«El Virus de la Por», de Ventura Pons; moviendo temores infundados

Estreno destacado de la semana en España
Está claro que los lenguajes teatral y cinematográfico difieren bastante y que para hacer la adaptación al cine de una obra de teatro se requiere una sensibilidad y un conocimiento del medio muy especial. Ventura Pons cumple con esa premisa y en «El Virus de la Por» (El Virus del Miedo) rehace la obra junto a su escritor original, Josep María Miró, en una película sobre miedos y paranoias colectivas que se han ido fomentando en nuestra sociedad durante estas últimas décadas y que antes no existían. Todo comienza cuando un día los monitores de una piscina municipal deciden que los niños comiencen a nadar sin burbuja. Uno de los pequeños empieza a sentir temor para lanzarse al agua y su entrenador, Jordi, procura calmarlo y ayudarle a tener confianza en sí mismo. La conversación concluye con un abrazo y un beso en la mejilla, pero alguien que está ahí lo va a interpretar de otra manera, iniciando un conflicto.
Ese alguien es una niña que le cuenta a su madre una versión totalmente deformada del hecho, quien a su vez se lo dice al padre del chico a través de un grupo que han formado los progenitores en una red social de Internet. A partir de esa calumnia se comienza a formar un lío que va in crescendo. El comportamiento anterior de una cierta rebeldía de Jordi tampoco va a ayudar mucho en las conversaciones con la directora y con su compañero de trabajo. Las suspicacias comienzan a fluir, cada quien da su versión de los hechos aunque no estuviera presente, y todo se va enrareciendo y poniendo cada vez más violento.
Ventura Pons ha querido arriesgar narrativamente a la hora de mostrar ese complejo mundo de complicidad no meditada, teniendo en cuenta que se trata de personajes que, como diría Juan Carlos Rulfo en una entrevista para Cinestel de hace unos cuantos años, se hacen constantemente las mismas preguntas y nunca hallan las respuestas. Como aquí se trata de un patraña total que se ha ido alimentando entre los padres contaminando a los compañeros del trabajo de Jordi, para crear ese tono Pons recurre a la repetición de ciertos momentos entre los protagonistas con la convicción de que la perspectiva y el orden con el que se digan las cosas poco importan cuando entre la gente involucrada hay otras carencias avivadas por el cotilleo, y tal vez son ellos quienes dentro de dos o tres horas vuelvan a repetir lo que acaban de decir con gran contumacia.
«El Virus de la Por» destapa la evidencia de que hay una importante desconexión generacional con los más mayores porque, o lo que ha pasado es que las generaciones más recientes no les han hecho caso, o son ellos los que no han sabido o querido transmitir ciertos valores que ayudarían, y mucho, a que los de ahora fueran más ecuánimes e inteligentes y menos infantiles. La percepción distorsionada de las noticias de sucesos también puede haber tenido influencia, y en la cinta un hecho grave ocurrido en el Raval tiene un peso importante porque se intenta generalizar.
Los padres de la discordia y los compañeros de Jordi simplemente se dejan llevar por esa corriente de histeria colectiva y lo más llamativo es que no hacen nada para llegar a la verdad y concluir que todo eso ha sido la invención de una inocente niña.
Los actores del filme son los mismos que hicieron la obra de teatro y como Pons es genial en la dirección, aquí han hecho un meritorio trabajo. Los principales son Roser Batalla, Ruben de Eguía, Albert Ausellé, Santi Ricart y Diana Gómez.
©José Luis García/Cinestel.com