«A la vuelta de la esquina» (Thomas Stuber); precariedad laboral y social

7ª Mostra de Cinema Alemany Actual – 2018
El cine del director Thomas Stuber comienza a ser habitual en la programación de la Muestra de cine alemán actual de Barcelona, que en su edición del año pasado ya programó su drama «Herbert», mientras que este mismo año exhibió otro film suyo que compitió en la sección oficial de la Berlinale 2018, «A la vuelta de la esquina» (In den gängen), un drama romántico que deriva de un trasfondo social sórdido, pues está ambientado en una de las zonas más deprimidas de la antigua Alemania del Este.
El punto de partida de este relato es la llegada a un almacén-supermercado de un nuevo empleado de carácter taciturno que se enamora de otra empleada. La forma en que esa relación progresa es el hilo conductor para referirse a otras cosas mucho más generales que se vislumbran a lo largo del film.
Porque el cuarto largometraje de este talentoso director asume las dificultades que se les presentan a personas poco cualificadas dentro del mercado laboral alemán, y lo hace de una manera sencilla y pausada, mostrando los recovecos que se pueden hallar en ese universo que aquí se presenta como bastante solidario entre los trabajadores.
El protagonista es un chico joven al que le han despedido de la construcción, donde ganaba algo más de dinero, y que ahora tiene que pasar por una situación más precaria en un trabajo peor remunerado. En realidad todos los trabajadores del grupo sufren problemas parecidos en sus vidas, hasta el punto de que alguno de ellos termina de forma trágica, aun cuando Stuber le ha dotado al guion elaborado por el autor de culto alemán Clemens Meyer de un componente de respeto entre los compañeros formidable, que solamente el protagonista decide saltarse en una acción concreta que parece más onírica que real por su voluntad de transgresión.
En «A la vuelta de la esquina» el uso de las carretillas elevadoras dentro del almacén puede ser visto como una alegoría sobre los extremos inalcanzables que conlleva una distribución desigual de la economía. Y todo ello en un lugar en el cual la máquina automática (¿por qué será?) expendedora de café es el lugar de encuentro habitual entre los trabajadores. Estamos ante un film en el que la raíz del argumento es mucho más importante que su trama poética, aun cuando la historia de amor entre los dos empleados es igualmente destacable.
©José Luis García/Cinestel.com