«Cien Años de Perdón»; ¿…thriller? Quizá una comedia de acción

Estreno en España y Argentina (Chile-abril)
Tiene mucha razón uno de los productores ejecutivos de este filme cuando recordaba en una reciente entrevista concedida a un medio argentino que muchas veces aquello que sucede en el cine solamente puede ocurrir en las películas. «Cien Años de Perdón» es un thriller (policial) bastante pretencioso como tal, que sin embargo puede funcionar bien en sus áreas de comedia algo patética. Teniendo en cuenta el bombardeo publicitario al que les pueda someter en España el canal televisivo privado que participa en la producción, es seguro que aquellos espectadores que gustan de seguir las recomendaciones de los gurús del merchandising van a pasar un rato entretenido, aun en el caso de que si piensas un poco, como que no te la crees. Y no son sólo las máscaras casi transparentes y que permiten ver los ojos de los atracadores de un banco, hay también algunos otros detalles sobre todo en la dirección de actores.
La película se inicia con la entrada en una central bancaria de la ciudad de Valencia de seis atracadores armados, quienes poco después se enteran de que un famoso político tiene depositados en una caja de seguridad varios elementos comprometedores. Es entonces cuando el gobierno español, saltándose los protocolos habituales de la policía en estos temas, trata de negociar con los atracadores con la finalidad de hacerse con el contenido de la caja.
Los asaltantes proceden en su mayoría del cono sur de América, excepto El Gallego (Luis Tosar) quien además es un gallego de verdad, de Galicia, y es líder de la banda junto a El Uruguayo, encarnado por el argentino Rodrigo de la Serna. El primero es un tipo metódico al que le gusta manejar los números y los datos, y el segundo posee un marcado resentimiento contra el sistema financiero y bancario.
Les acompañan en el robo, Varela, interpretado por un Luciano Cáceres que afirmaba cumplir con este rol uno de sus sueños personales cuando era pequeño, atracar un banco; y El Loco, papel desarrollado por Joaquín Furriel como el tonto que siempre suele salir en estos filmes mass media como la antítesis del resto de compañeros. Furriel afronta su primera superproducción como actor y es quien va a proporcionar cierta hilaridad en algunos momentos, en un tipo de obra de cine en la que suele ser normal que si no hay al menos un memo que haga gracia, no hay película. Es una condición sine qua non que contribuye a tapar algunos posibles errores, si los hubiera, por lo que aquí es curioso que acaba provocando que sea la parte más aceptable y disfrutable de un filme que nunca acaba de encontrar sus ejes discursivos.
El talento de los demás actores españoles (Patricia Vico, Raúl Arévalo, Marián Álvarez, Jose Coronado y Luis Callejo) ha sido en «Cien Años de Perdón» desaprovechado por un director, Daniel Calparsoro, que es muy bueno rodando secuencias de acción, pero que no ha logrado completar la dirección de los intérpretes y el tratamiento del guión (del mismo guionista que Álex de la Iglesia) como sería deseable.
©José Luis García/Cinestel.com