«Al otro lado del muro», de Pau Ortiz; trámites para ‘legalizar’ la vida

Así como la física muchas veces no cuadra con las matemáticas, las leyes van en ocasiones muy por detrás de las necesidades de cierta población con pocos recursos que precisa de una manera imperiosa el encontrar una salida digna a su ya de por sí complicada situación.
Pau Ortiz es un realizador catalán que está especializado en dirección documental por la ESCAC, siendo además conocido por haber dirigido la serie «Tu mateix» para la Xarxa de Televisions Locals de Catalunya.
Tras haber hecho en 2013 el docu-drama «13 maneras de quedarse solo», este 2017 estrena el documental «Al otro lado del muro», coproducción con la productora mexicana de Emiliano Altuna y Carlos Rossini (El Alcalde).
Rodado en Palenque, estado de Chiapas, el filme llega a la sección oficial del DocsBarcelona tras haber sido premiado como mejor documental internacional en el HotDocs de Canadá.
Básicamente, «El otro lado del muro» es el reflejo en la pantalla de una historia real de dos hermanos hondureños obligados a ejercer como padres de sus otros dos hermanos pequeños, debido al inexplicable ingreso en prisión de la madre de los cuatro, tras una acusación de la policía sin aportar pruebas, como perteneciente a una organización criminal.
La mujer es condenada a una pena de 10 años de prisión, dejando a sus vástagos bajo el sustento del hijo mayor que tiene 18 años de edad, trabaja sin papeles, y además está a punto de ser padre.
El propósito inicial de Ortiz de transmitir a los espectadores la sensación de impotencia, perplejidad e indefensión de los descendientes de la mujer encarcelada, queda ampliamente superado en los intensos 68 minutos de duración de este trabajo fílimico, que además goza de una cuidadosa puesta en escena y sabe contarnos las barreras sociales, legales, económicas y emocionales que se han encontrado sus protagonistas.
La serenidad inicial con la que los hijos afrontan el injusto tratamiento recibido por su madre contrasta con algunos malentendidos entre los dos mayores, sobre todo cuando Alejandro deja de comprender algunas posturas frente a la vida que son lógicas en Rocío, su hermana de tan sólo 13 años que está al cuidado de los más pequeños.
Esa confrontación es una de las partes más interesantes de la película, junto con unas comedidas y escasas apariciones de ambos hablando a cámara, en las que intentan aclarar algunas dudas en torno a su estado emocional.
«Al otro lado del muro» explora una de las contradicciones del México actual, cuando las dificultades cada vez mayores que encuentran los mexicanos que quieren emigrar al norte, aquí el espectador las puede comparar con el tratamiento injusto que suelen recibir los habitantes de otros territorios centroamericanos dentro de México.
Los protagonistas son de Honduras y padecen una gran discriminación por parte de algunos mexicanos, como por ejemplo el empresario que le paga a Alejandro 400 pesos semanales, sabiendo que eso no alcanza para vivir, o el origen de lo que se ve en la escena final, formidablemente tratada por Ortiz al mantener la distancia y un escrupuloso respeto que esta familia no ha recibido en ese país.
Al final del visionado de esta película quedan muchas ganas de ampliar más sobre este tema, pues lo que sí que está claro es que hay detalles paralelos al rodaje que serían muy interesantes de conocer, sobre todo en el terreno de la consideración que ahí se tiene en torno a la justicia, las razones para mantener a estos inmigrantes como ilegales, y el papel de los policías dentro de un pretendido estado de derecho.
©José Luis García/Cinestel.com