Monica Bellucci junto a Emir Kusturica en «En la vía láctea»

Estrenada en España
Monica Bellucci es la protagonista de esta tragicomedia junto a Emir Kusturica, quien se dirige a sí mismo desempeñando una doble función en esta película, la cual está basada en un conjunto de «tres historias verdaderas y muchas fantasías».
«En la vía láctea» (On the milky road) es un filme que está ambientado en la época en que sucedió la Guerra de los Balcanes. Emir Kusturica interpreta a un lechero serbio que cada día tiene que sortear las balas a bordo de su burro para llevar a los soldados en combate la recién ordeñada mercancía.
Parece que ya tiene pareja, pero la llegada a la aldea de una misteriosa mujer italiana hará que comience una historia de amor prohibido y apasionado en un entorno de naturaleza.
Siete años pasaron desde el estreno de su anterior película y Kusturica se sigue mostrando fiel a su estilo de alta imaginación, simbólico y metafórico.
«En la vía láctea» es un filme asentado en el realismo mágico, un estilo narrativo en el cual los subtextos siempre son más importantes que lo que a simple vista nos entra a través las imágenes y los diálogos. Y siendo que la historia posee distintas aristas que nos llevan a puntos disímiles e incluso poco creíbles para el razonamiento lógico, la principal virtud del realizador serbio la encontramos en el ritmo que le ha dotado a esta historia, que inclusive viene acompañada de sus frecuentes y habituales fondos musicales, también en algunas fiestas aldeanas con peculiares letras en sus canciones.
En un momento determinado de su metraje, la película presenta un giro importante. Y si hasta entonces el amor y lo que sienten las personas con respecto a la vida, entre drones y halcones, y con dosis de crueldad no demasiado explícita, era la tónica dominante en cuanto a las metáforas que presenta, la crítica solapada hacia la guerra es lo que ocupa la parte final de este nuevo trabajo fílmico de Kusturica, ahora haciendo doblete como protagonista.
En defintiva, el cineasta, actor y músico serbio despliega aquí una enorme habilidad imaginativa que busca conectar con espectadores que a su vez sepan interpretar o dar sentido a todo aquello que ven durante las dos horas que dura el filme. Espléndidas locaciones y una alegoría final bellísima en torno a la construcción de una sociedad, completan esta historia destinada a un público que intente hacer un uso amplio y consecuente de su propia imaginación.
©José Luis García/Cinestel.com