“La Clase de Esgrima”, de Klaus Härö; imaginación contra el terror

Estreno en España
El terror instaurado con motivo de la dictadura soviética de Stalin se encuentra en la base de la historia de un maestro que el director finlandés Klaus Härö rodó en Estonia. “La Clase de Esgrima” (The Fencer) narra cómo a principios de los años 50 del siglo XX, un joven campeón de ese deporte llega la zona báltica huyendo de su pasado y de la policía secreta del abominable y despreciable mandatario que tanto sufrimiento causó a las distintas poblaciones que componían la antigua URSS.
Haapsalu es un pequeño pueblo que parece ser un lugar de tranquilidad donde Endel Nelis podrá llevar una vida más o menos normal. Ahí le ofrecen trabajo como profesor de primaria y decide fundar un club deportivo para sus alumnos.
La mayoría de los niños son huérfanos víctimas de la ocupación rusa y su maestro les transmite la pasión por el esgrima.
En esa pequeña localidad, Nelis se enamora y su éxito con el alumnado despierta los celos del director del centro, quien comienza a indagar sobre el pasado del protagonista.
En un entorno en el que las iniciativas individuales, aun en el caso de que fueran deportivas, no eran bien vistas, “La Clase de Esgrima” contrapone ambas posturas a través de una narración clásica que conserva el ritmo necesario y gradualmente va incrementando el suspense. Las dificultades le pueden venir al profesor por varios frentes, en un ambiente de incertidumbre silenciosa y de represalias por cualquier asunto de lo más inverosímil, como aquí se ve.
La dirección de arte del filme es correcta, aunque se advierten algunas dificultades acerca de la adaptación de época que Klaus Härö ha resuelto con algunos recursos de que dispone el cine para que no se noten tanto. En cierta forma, el maestro es un perseguido por la purga estalinista y el final de la película es lógico y creíble.
©José Luis García/Cinestel.com