«Una noche real», fábula de Julian Jarrold sobre dos princesas inglesas

Estreno en España el viernes 20 de mayo
Se presume que las princesas Isabel (actual reina) y Margarita del Reino Unido se escaparon del Palacio de Buckingham la noche del fin de la segunda Guerra Mundial para festejar ese hecho histórico en un baile en el hotel Ritz que duró hasta la medianoche. El director de cine y televisión británico Julian Jarrold agranda ese dato nunca confirmado (de ser verdad, a estas alturas ya lo habría sido), y convierte esos rumores en una fábula que mezcla la alegría y el humor con el drama romántico y el suspense.
«Una noche real» viene a ser el revés del cuento de la Cenicienta, pues aquí son un par de princesas las que se mezclan con plebeyos y nobles durante toda una noche. Contada como si hubiese ocurrido en la realidad, la ficción está muy bien elaborada y tiene momentos divertidos. Las actuaciones de los protagonistas son además muy convincentes.
Siendo el año 1945 es comprensible que hasta cierto punto, Isabel y Margarita pudieran haber llegado a moverse de incógnito por las calles de la city londinense, aun existiendo periódicos y otros medios. Jarrold convence incluso en su artificio fabulado con una gran puesta en escena tanto dentro de palacios y hoteles como en calles de la capital británica. Es cierto que hay elementos imposibles de relacionar con el mundo real, como ocurre con los escoltas de las princesas que le dan un tono de farsa grotesca que contrapone, por ejemplo, el drama que se irá descubriendo acerca del espontáneo acompañante de Isabel. Jack es un chico de clase trabajadora y ella es una princesa.
Por otro lado, algunos pasos que da Margarita por su cuenta huelen a posible desventura caótica, pero en sí mismos mejoran el devenir del relato.
La diversión y ese sentido inteligente del humor que tienen los ingleses son también la mejor parte del filme, aunque luego esté el espectador que es fanático de la monarquía y la nobleza, y que llegue a creer que estas cosas pudieron ser tal como aquí se cuentan, admitiéndolas como ciertas en su imaginario personal. La historia de Julian Jarrold es indudable que tiene una parte sostenida en la realidad, pero el resto es intensa fantasía y pura invención del guion. «Una noche real» es no obstante una película que se deja ver por su buen planteamiento y construcción.
©José Luis García/Cinestel.com