«Un día perfecto», de Fernando León de Aranoa; la lucha contra el miedo

Estreno recomendado de la semana en España.
Frente a un cine de Hollywood que acostumbra a distorsionar la realidad de la guerra presentándola a través de superhéroes, el cineasta español Fernando León de Aranoa vuelve a hacer en «Un día perfecto» un ejercicio de responsabilidad y buen proceder con una historia en la que, con el argumento como pretexto, desarrolla un filme cargado de subtextos acerca del odio en la guerra y los manejos del miedo, la irracionalidad, la confusión y la impotencia. La película es una inevitable comedia con la que sus protagonistas tratan de defenderse del terror, aplicando algunas cantidades de humor con las que minimizar los temores a toparse con decenas de minas antipersona que hay enterradas a lo largo y ancho de la Bosnia en guerra durante los años 90.
Benicio del Toro interpreta al coordinador de un grupo de ayuda humanitaria que se encuentra en el medio de un alto al fuego durante la contienda en la península de los Balcanes. Alguien ha tirado el cadáver de un hombre gordo en un pozo de agua potable que debía abastecer a la población del lugar. Es imposible extraerlo porque no se dispone de una cuerda cualquiera que sería necesaria para hacer ese trabajo, así que el agua se ha corrompido y los vendedores de ese líquido en cisterna están haciendo su gran negocio.
Los trabajadores humanitarios inician un periplo para hallar una cuerda con la que sacar al muerto. Acompañan al coordinador del grupo llamado Mambrú (Del Toro), el cooperante «B» (Tim Robbins), la analista y evaluadora de conflictos rusa Katya (Olga Kurylenko), la experta sanitaria francesa Sophie (Mélanie Thierry), y el traductor local Damir (Fedja Stukan), a los que se une un niño bosnio. El viaje en dos jeeps se convertirá en un laberinto con la irracionalidad como enemigo, el odio entre vecinos como problema principal, y la burocracia de la ONU como tapón incomprensible.
Sin duda, nos encontramos ante uno de los grandes títulos del cine español de este año. Con un guion derivado de la novela Dejarse llover de la médico y coordinadora de emergencias en zonas de conflicto Paula Farias, la película nos demuestra cómo el realismo social que imprime en sus filmes León de Aranoa puede ser mucho más poderoso en el cine que el pretencioso glamour del heroísmo que se percibe en algunas otras obras.
Aquí el humor entre compañeros viene forzado por las circunstancias de un miedo muy oculto, implícito y llevadero en esas profesiones, y por eso habríamos de dejar pasar unas pocas licencias que tal vez respondan mucho más a tópicos triviales que a un machismo real, ya que el hecho de tener la violencia de la guerra tan cerca quizá podría estar arrasando, en este caso transitoriamente, con el sentido común. «Un día perfecto» contiene además una ligera subtrama amorosa que se une a todo el conjunto de acciones que se suceden durante el relato.
Fernando León de Aranoa no es ajeno a todo este conflicto bélico, pues parece que en esa última década del siglo XX estuvo rodando un documental en esta zona, circunstancia que habrá sido decisiva a la hora de completar el extraordinario diseño de producción del que goza la película.
©José Luis García/Cinestel.com
©fotos Reposado P.C. y Mediaproducción, S.L.U / Fernando Marrero