«Dancing with María» de Ivan Gergolet; el ritmo de la danzaterapia

Tiene unos 93 años, se llama María Fux, es argentina y todavía está en activo gracias a su pasión vocacional por el baile, la coreografía y la danzaterapia, convencida de que a través del movimiento se generan cambios que no son sólo físicos, sino que involucran activamente a nuestro cuerpo interno, muchas veces aislado, ignorado, con miedos o problemas tanto sensoriales como psíquicos. El italiano Ivan Gergolet asume en «Dancing with María» su debut en el largometraje documental con una historia conmovedora sobre una profesional del baile y de la música que sigue conservando con tesón la salud y su escuela de danza, mayoritariamente para discapacitados físicos y psíquicos, en la avenida Callao de Buenos Aires.
La tarea que desempeña en ese centro consiste en organizar grupos de danza integrada que siguen la doctrina que ella ha desarrollado durante mucho tiempo, sobre la base de la percepción de los ritmos internos del cuerpo y su simbiosis con la música y con los objetos. Es incuestionable que María además de docente también es una estudiante, porque todos sin excepción seguimos un aprendizaje hasta el final de nuestros días y ella está ahora también en la encrucijada de intentar reconocer y superar los límites cada vez más estrechos que le impone la edad a su ágil cuerpo, agravados por una aparatosa caída dentro de un pozo en el año 1999 que le fracturó una de las rótulas.
El trabajo de cámara estuvo en la película a cargo del propio Gergolet en combinación con David Rubio, y consistió en hacer tomas sobre las actividades del centro de danzaterapia tal cual se desarrollaban, sin preparación o manipulación previa, para más tarde aglutinar una selección y una edición coherente y acorde a lo que son esas clases y a la filosofía por la que se rige el pensamiento de María Fux como profesional y como persona. A lo largo de la película sólo hay una imagen de danza que se preparó expresamente, porque es una secuencia que se tomó con un plano cenital en la calle bajo el edificio donde está situado el centro.
Igualmente, incorpora algunos testimonios de alumnas con sus impresiones, entre ellas el de la esposa de Gergolet, italiana de Trieste, quien ha sido el vehículo para que este documental se llevara a cabo al haber asistido tiempo atrás a esas clases en las que abundan personas que por motivos evidentes han padecido el problema de la negación de su propio cuerpo a causa de discapacidades físicas.
La razón por la que acuden pocos hombres es muy general y, por supuesto, traspasa las fronteras de la Argentina. Es un hecho que siempre son en su mayoría mujeres las que se apuntan a clases de danza o de expresión corporal y aquí queda bien expuesto y palpable.
La gran búsqueda de María comienza por los límites de la improvisación y esa técnica requiere el máximo esfuerzo físico para llegar a encontrar lo que ella llama los ritmos internos, que pueden ser el corazón o la respiración. Desde ese punto, María Fux desarrolla la metodología de su arte buscando una conexión muy profunda con la música, siempre diciéndoles a sus alumnas que los sones y las notas se tienen que ver para que el cuerpo lo pueda traducir y darle una forma concreta, visible y corporal.
«Dancing with María» es un documental hermoso en el que escuchamos una parte musical variada y diversa, seleccionada entre las piezas que la docente acostumbra a incluir en las clases gracias a su fino oído. A lo largo de esta coproducción entre Italia, Argentina y Eslovenia, hay algunas pinceladas vía imágenes de archivo sobre lo que ha sido la trayectoria de esta emprendedora vocacional que nos explica que el ritmo tanto lo vamos encontrar dentro del cuerpo como en el espacio que nos rodea.
Mujer de empatía casi sin límite porque en cualquier momento sabe ponerse en el lugar del otro, se sitúa todos los días al frente de unas personas que en algunos instantes de su vida desearon tener un cuerpo diferente, pero ahora ya no, pues tras pasar por la danzaterapia están orgullosas de lo que son. María teje una relación impresionante incluso con sus alumnas sordas, y tiene una especial atracción por el mundo aborigen de América y Asia.
Sabiendo y aceptando que el cuerpo ideal no existe, el propósito aquí es el de vincularse con el cuerpo expresivo, generoso, que cambia con el tiempo y con las emociones, que busca y que siente.
©José Luis García/Cinestel.com