El ignoto Daniel Melero en “Retrato incompleto de la canción infinita”

Estreno en Argentina
Afirmaba hace algunos años en una entrevista que de adolescente se hizo punk y que creyó que se iba a morir a los 19. “Había invertido en eso, pero no me salió y ahora es una tortura estar vivo. Pero no querría irme”.
El objetivo del director Roly Rauwolf se entromete con suma delicadeza en los vínculos de Daniel Melero con la música. Un compositor, tecladista, teórico y productor musical argentino que resulta ser prácticamente desconocido para el gran público, pero que sin embargo fue el líder y vocalista de la banda Los Encargados durante los años ’80s del siglo pasado, al igual que se encargó de la producción discográfica de grupos tan emblemáticos como Soda Stereo, Los Brujos, Todos Tus Muertos y Los Babasónicos.
“Retrato incompleto de la canción infinita” es un viaje al interior de este melómano.
Clasificado como un puzzle documental, este relato trata de definir cuál es la importante posición que Melero mantiene dentro de la música y porqué se ha ganado un respeto entre sus iguales de profesión. Rauwolf traza una película muy chica pero intensa, que se fija en el contexto en el que se mueve su personaje, los conceptos que le han influido en su día a día, y la profundidad de sus ideas, alcanzada tras muchos años de alegrías y decepciones.
Daniel Melero ha evolucionado a través de los diversos cambios que se han producido a lo largo de la Historia del Rock, lo cual también le permite analizar desde un lugar privilegiado cuestiones de vital importancia como pueden ser las abruptas disoluciones de algunas bandas famosas, cuando unos músicos no se gustan a los otros y su relación se va deteriorando.
Y otros de los hallazgos de esta pequeña joyita “rockumental” son asimismo la mirada de su personaje hacia cómo se hace para buscar la belleza de un estilo propio de mostrar la música, la conceptualización del rock como cultura y el expreso deseo de situar el arte como algo simbólico donde cualquier artista tiene que querer mostrar su obra a sus amigos para alcanzar una cierta plenitud.
“Los sonidos me atraen más que la música en sí mismo”, explica Melero en algún momento de este film que contiene una suerte de bonustrack tras los títulos aparentemente finales de crédito.
©José Luis García/Cinestel.com