DocsBarcelona: la especulación inmobiliaria y la presión turística
DocsBarcelona 2019
El Festival Internacional de Cine Documental de Barcelona está siempre atento en la búsqueda para su programación, a aquellos temas que inquietan a la opinión pública. Este año, y en secciones diferentes de la muestra, se vieron dos documentales que tienen en común la necesidad de expresar ejemplos y situaciones derivadas de una especulación inmobiliaria creciente, que en su mayor parte procede de los denominados fondos buitre.
“Push” y “City for sale” son dos valiosos ejemplos alrededor de una alarmante situación que se está extendiendo en muy diversas partes del mundo. El primero de ellos está dedicado a la compra incesante de edificios enteros y sus consecuencias, mientras que el segundo tiene un enfoque más ligado al turismo.
La irrupción repentina de este método de inversión económica está provocando que muchos inquilinos deban desalojar su vivienda de toda la vida.
Muy pocas semanas antes del Festival, la revista semanal estadounidense The New Yorker publicaba un amplio reportaje de seis páginas en torno a las quejas en relación a la masificación turística de Barcelona. Ahí la periodista Rebecca Mead hacía una somera descripción de la situación, con especial énfasis en la irrupción de Airbnb y sus apartamentos ofrecidos en alquiler a turistas fiesteros y ruidosos.
“City for sale” es un documental de la realizadora catalana Laura Álvarez que sólo aborda una de las caras de la moneda en todo ese nuevo entramado de intereses económicos: la de los vecinos de Barcelona afectados por esa especulación urbanística, tanto los que tienen que soportar fiestas continuas día y noche de sus sucesivos vecinos temporales, como los que padecen otros tipos de bullying a modo de presión para abandonar sus propiedades o pisos alquilados.
Bajo la idea que asume la directora de que se ha llegado a una situación absurda, el filme muestra con detalle cómo el mercado de la Boquería se ha transformado en una atracción turística, con la consiguiente decepción de compradores y vendedores que ahí siguen tratando de sortearlos; o la permanencia de un propietario en su piso de toda la vida, que está dentro de un edificio transformado en un hotel por un fondo especulativo.
Álvarez se pregunta que quiénes son los que se benefician de una situación como ésta y por qué el turismo ha de ser un motor económico en la ciudad: “Yo tengo la sensación como ciudadana de Barcelona que el turismo ha pasado de ser una experiencia en la cual viajábamos para conocer y aprender, a otra en la que es un bien de consumo. Mi impresión es que nos vamos a Roma o a Berlín como aquel que va a Zara a comprarse un jersey, y creo que los turistas cuando vienen aquí es para pocos días y con una lista de cosas a hacer para compartirlas en alguna red social: comer tapas, hacer una sangría, tomar una copa de cava e ir a la playa”.
“Push” y el problema global
Y con un montaje portentoso, también se presentó en Barcelona el documental “Push”, del director y periodista sueco Fredrik Gertten, en el que describe pormenorizadamente porqué la vivienda se ha convertido en uno de los problemas mundiales más urgentes y cuáles son los movimientos que se han puesto en contra.
Cuando grandes fondos mundiales están invirtiendo en la compra de edificios enteros, se da la paradoja de que esos dueños de las casas ni siquiera saben quiénes son sus inquilinos. El realizador del film está convencido de que tanto los inversores como las constantes alzas de precios, contribuyen a extender la pobreza entre la población, siendo despojadas así de un derecho que se considera fundamental.
Gertten, quien cree que se debería de hablar más sobre este tema, comienza su documental en un bar de Toronto donde el mismo barman que sirve cervezas o vodkas les canta a los clientes. “Para mí la resistencia es la comunidad, la gente, los ciudadanos -explica en Barcelona-. Pero esto otro es una invasión de dinero, que además no tiene corazón. No solamente compran tu casa, sino que también echan a tu bar favorito y ponen un Starbucks.”
Consciente de que el neoliberalismo crea menos poder para los gobiernos, el director va más allá y muestra unas declaraciones del italiano Roberto Saviano, autor de Gomorra, en las que vincula la existencia de estos fondos buitre con los paraísos fiscales que, según dice, “son la economía y casi todas las grandes empresas tienen su dinero allá”, además de que “el valor de sus inversiones es tan alto, que funcionan como una economía paralela”. Tanto fondos de pensiones como dinero procedente de actividades criminales estarían financiando estas compras, según especifica el documental.
Barcelona y Berlín son, a juicio de Gertten, los mayores polos de oposición al origen de este problema, mientras que las políticas llevadas a cabo por la alcaldesa Ada Colau estarían siendo tomadas como ejemplo en diversas partes del mundo. De hecho, “Push” también examina la génesis del movimiento municipalista Shift, que pretende luchar contra este fenómeno, y del que se comenta que muchos alcaldes de distintos territorios del mundo están entrando.
Esta forma de invertir comenzó en Estados Unidos, España e Irlanda, y algunos gobiernos están mostrando muy poco interés en revertir esta tendencia, como lo demuestran unas imágenes de la comparecencia de una de las relatoras de la ONU, cuya persona funciona igualmente como hilo conductor en el documental.
Respecto a la urgencia para abordar esta dificultad que él reclama en su película, Fredrik Gertten fue categórico durante el DocsBarcelona: “Fondos como Blackstone no tenían ningún piso en Barcelona en 2011. Repito que esto es como una invasión y yo creo que casi ningún gobierno había entendido lo que está pasando. Ahora sí, y surgen movimientos en Suecia, en Holanda,… y por eso están mirando a Barcelona.
Estos inversores tienen una cartera de dinero que procede de los fondos de pensiones, de los criminales y de los que fugan dinero. Hay mucho dinero para que ellos lo inviertan. Y como procede de paraísos fiscales, no pagan impuestos.”
©José Luis García/Cinestel.com