“The Hypnotist”; ¿Fue Olliver Hawk un superstar o un farsante?

DocsBarcelona 2020
La controversia sobre la presumible ausencia de moral y deontología que acompaña a las prácticas del espectáculo de la hipnosis, tuvo su máximo exponente en Finlandia durante los años 60 y 70 del siglo XX con el caso de Olliver Hawk, un hipnotizador de la vieja escuela que contribuyó con su show televisivo al desprestigio de la política oficial finlandesa.
“The Hypnotist” es un filme documental que cuenta con un despliegue impresionante de archivos audiovisuales de aquella época. Su director, el debutante Arthur Franck, seleccionó y transformó todo ese material para dar forma a lo que es su visión personal de tan rocambolesco personaje, a través de la cual trata de desenmascarar los hilos que mueven la manipulación psicológica y sus vínculos con la política. Fue sin duda, uno de los trabajos más impactantes del DocsBarcelona.
Afirmaciones como la de “sois esclavos hipnotizados”, explican por sí mismas la catadura moral de este autodenominado catedrático de Ciencias de Comportamiento que encandiló a centenares de miles de televidentes y sobre el que la película no llega a aclarar del todo si él se sirvió de la política o si fueron los políticos, entre ellos el presidente del país, quienes lo utilizaron a él en beneficio propio.
Lo cierto es que, si bien en un principio la popularidad de Hawk subió como la espuma, su declive fue estrepitoso, llegando a degenerar tanto que incluso llegó a la misoginia, mientras que mantenía a sus osos y otros animales encerrados en una jaula.
“The Hypnotist” es un relato arcano y algo esotérico sobre el que es muy difícil discernir si lo que vemos ha sido construido en la mente del realizador. Lo que sí que es cierto es que su personaje se había ofrecido a curar a enfermos graves a través de la hipnosis, siendo acusado de intrusión por las organizaciones médicas.
En cualquier caso, la película es muy válida para preguntarse acerca de los límites entre la verdad y la mentira, así como sobre la manipulación de los medios de comunicación y el proselitismo de una doctrina, la hipnosis como espectáculo, que carece de fundamento alguno.
©José Luis García/Cinestel.com