Marlén Viñayo obtiene el Premio Latitud por “Cachada” (entrevista)

DocsBarcelona 2019
Tras numerosas experiencias en el ámbito audiovisual, Marlén Viñayo (León, España, 1987) se instala en El Salvador, donde funda su propia productora de cine documental, La Jaula Abierta, y tras varios cortometrajes, se decide a abordar un proyecto mucho mayor con un grupo de mujeres salvadoreñas que con muchísima fuerza interior, asumen un proyecto teatral que es emocionante y conmovedor.
Nunca es fácil revivir los traumas del pasado, pero estas cinco vendedoras ambulantes se reúnen en torno a una directora teatral para mostrar ante el público las consecuencias de esos déficits heredados de la educación recibida en un país machista, lo cual las ha llevado en algunos casos a afrontar los golpes de la violencia de género, un asunto que trasciende incluso las fronteras de su territorio, al haberse transformado en un problema de debate global.
El motivo por el que estas mujeres forman una compañía de teatro es que con ello también quieren asumir el desafío de representarse a sí mismas para que, a modo de liberación, ellas puedan mostrarse y explicar todas las amenazas e injusticias a las que debieron hacer frente.
“Cachada” había sido ya proyectada en el Festival de cine SXSW de Austin (Texas) y también en funciones llevadas a cabo en distintos puntos de El Salvador. En Barcelona acaba de recibir el Premio Latitud al mejor film, una sección de DocsBarcelona dedicada a producciones de la península ibérica y Latinoamérica.
Marlén Viñayo se graduó en el año 2011 en Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid y en el 2012 cursó un Master en Cine Documental y Sociedad en la ESCAC (Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Catalunya). Su premiada película fue montada nada menos que en los flamantes Estudios Churubusco Azteca de CDMX, justamente en su renovada Sala THX 5.1. Un fondo creado por el Ministerio salvadoreño de Economía sirvió igualmente para financiar el film.
La productora y directora responde las preguntas de Cinestel:
– ¿Puede decirse que la maternidad es uno de los temas fundamentales de tu documental?
Sí, desde luego, porque si bien en un principio la película va sobre la obra que están haciendo, que se llama “Si vos no hubieras nacido” y trata sobre maternidad, (pensando yo que esto iba a ser un hilo conductor para ir intercalándolo con las historias de ellas), efectivamente la historia se inicia cuando ellas empiezan a verse como madres y como hijas, y comienzan a ser conscientes de un montón de cosas. Ahí es donde me encontré con algo muy valioso, porque en El Salvador, ser consciente de que estás dentro de una violencia muy cotidiana, para mí ya es un primer paso para cambiarlo.
Esas situaciones de violencia, de pobreza y de abuso, son muy comunes en la mayoría de mujeres salvadoreñas. Y cuando son pobres, los problemas van a peor. Entonces, a través de esos ejercicios en los que el teatro funciona como una especie de terapia, ellas empiezan a ser conscientes de que habían sido víctimas y de que no es normal lo que les había pasado, al haberse quedado embarazadas a los 15 años de hombres mucho más mayores, y además darse cuenta de que realmente habían sido objeto de abusos.
– De El Salvador se han visto documentales sobre la violencia de las maras o pandillas, pero no sobre este otro tipo de violencia de tipo más doméstico o menos visible.
Las pandillas cruzan, marcan y definen la sociedad salvadoreña, y eso es muy impresionante también, el tratar de conocer cómo funcionan las pandillas y los efectos que tiene, pues hay muchísimas víctimas.
Sí que hay documentales sobre pandillas o sobre emigración, pero lo que yo creo que “Cachada” tiene diferente es que habla sobre un tipo de violencia sobre el que no se ha hablado antes, que es específica contra la mujer, y que durante mucho tiempo permaneció oculta y opacada por la realidad nacional y por la estadísticas de asesinatos y de homicidios relacionados con las pandillas. Y este documental es también una historia de esperanza, pero no una esperanza que alguien más te la va a dar, sino que te la tienes que construir tu.

Marlén Viñayo, directora de “Cachada”
– ¿Consideras entonces que El Salvador es un país violento, tú que vives allá?
Es una sociedad totalmente violenta. Las pandillas para mí son un reflejo al extremo de la sociedad salvadoreña. Esa violencia está muy interiorizada y normalizada. Por ejemplo, recuerdo que cuando llegaba a la ONG como voluntaria para grabar en vídeo, me encontraba niños de cuatro años amenazándole el uno al otro con que le iba a cortar la cabeza. O también jugando a quién quiere ser policía o pandillero, y todos quieren ser pandilleros.
Además, a eso se suma que hay una pobreza muy visible, que es imposible que no la veas; tendrías que llevar un antifaz puesto en la cabeza para no darte cuenta de la pobreza que hay.
– Aparte de ello, “Cachada” también hace referencia al maltrato de los niños, especialmente cuando alguien de la obra golpea un muñeco como si fuera su hijo. ¿Eso es como para darse cuenta de lo absurda que es una situación así?
Lo que pasa es que ellas creían que esa es la manera de educar a los hijos, pero en la Asociación ya habían tratado el tema de no maltratar a los niños, porque se producían unas golpizas terribles.
En esa escena, que a mí me parece muy fuerte, ellas actúan con unos muñecos-bebés de plástico, pero el día de la grabación no estaban los muñecos, así que la directora teatral decidió agarrar unos papeles higiénicos que ellas venden, para sustituirlos, lo cual me parece muy simbólico porque es un tiempo en el que ella se descarga completamente, y no hubiera sido igual esa secuencia si la hubiera hecho con los muñecos originales.
– Se suele comentar que cuando en Centroamérica muchos papás emigran a los Estados Unidos, los niños quedan al cuidado de otros familiares o vecinos. ¿Sigue ocurriendo en la actualidad?
Sí, muchos se quedan con las abuelas o con un familiar. Eso lo que hace es que si esos adultos pasan todo el día en el mercado trabajando, el niño que se queda mucho tiempo en la calle sin este acompañamiento familiar, es carne de cañón para las pandillas, porque cuando el niño está solo durante el día y no tiene dinero, no ve a los adultos; las pandillas se aprovechan de eso y les prometen que van a formar parte de algo, que van a tener poder y que les darán dinero. Así es como muchos niños pequeños comienzan a caer en esos grupos.
Mi pareja es periodista y trabaja el tema de las pandillas, pero en mi caso, yo entendí muy bien este tema a través de una de las mujeres del documental, quien me contaba cómo un niño que yo conocí y que vive en su comunidad, se hizo pandillero. Y efectivamente, la mamá se había despreocupado por él y se había ido a Estados Unidos. El niño se había quedado con el papá, pero no se hacía mucho cargo de él. Y la abuela trabajaba en el mercado. Entonces este niño pasaba todo el día en la calle y no tenía para comer, hasta que la pandilla le llegó con sus ofrecimientos.
– Y si alguna de estas mujeres que muestras quisiera separarse de su pareja debido a los malos tratos, ¿lo tienen fácil allí?
Todas las de la película son madres solteras. Muchas de ellas, no todas, sufrieron episodios de violencia. Una por ejemplo se separó del marido porque él se fue a los Estados Unidos y le dijo que iba a volver por ella y por los niños, y ya nunca volvió; otra sí que era maltratada por su pareja y llegó un día en el que lo dejó y no hubo problema,… pero hay una situación actual muy alarmante que es el hecho de que casi cada día aparece al menos un caso de una mujer asesinada a manos de su pareja o de su ex-pareja.
Con esta alarma, hay días en los que dices que ya no aguantas más; y eso que yo lo veo en las noticias, es decir, que aunque yo no lo sufro, sé que hay mujeres que han ido a denunciar por maltrato y que viniendo del juzgado, el agresor las asesina por haber denunciado. Es decir, que tampoco hay una gran protección por parte del Estado y hay muchísimos casos de feminicidios.
– Siendo una residente ya fija en Centroamérica. ¿Cómo ves en general la situación de la industria cinematográfica en esa zona?
Pues en cuanto al cine tenemos el triángulo norte de Centroamérica, formado por Guatemala, El Salvador y Honduras, que van luchando con muy pocos fondos. Guatemala ya está en el programa Ibermedia, y eso es un gran punto, y ahora han conseguido también unos fondos del gobierno, tras el estreno de una película guatemalteca en Cannes, que es un gran paso. Asimismo hubo otra película anterior llamada “Ixcanul”, que estuvo en la Berlinale, y ambas con inversión de afuera del país como coproductores.
También está Costa Rica con más fondos. Honduras tiene una producción anual que me parece enorme, y no sé cómo lo hacen porque allí no hay dinero. Y en El Salvador estamos en ello, pues ahora seguramente van a salir varias películas producto de estos fondos del Ministerio de Economía, y ojalá que les vaya bien y que nos sitúen un poco en el mapa.
©José Luis García/Cinestel.com