«Allende mi abuelo Allende», de Marcia Tambutti; el pasado familiar

La poco manejada preposición ‘allende’ que significa «más allá» es en este filme usada en su título con un doble sentido, pues la nieta mexicana del ex-presidente de Chile, Salvador Allende, ha rastreado e investigado detalles familiares de su abuelo que están más allá de lo que fue su proyección pública porque pertenecieron exclusivamente a su esfera personal. Marcia Tambutti Allende habla con acento mexicano, pero ha vivido en distintos periodos de su vida en ambos países y ahora buscó reconstruir la imagen personal y familiar de su abuelo sepultada por la Historia, el exilio y el dolor de su familia. Una mirada aguda y cercana, que intenta romper el silencio familiar sostenido por décadas. En el 68 Festival Internacional de Cine de Cannes, el documental logró el premio L’Oeil d’or (El Ojo de Oro) por ser un trabajo delicado que explora la intimidad de la familia con un gran pudor.
Aceptar es una cosa, sufrir es otra, dice alguien en un momento determinado del documental. A los Allende les ha acompañado la tragedia desde que falleciera Chicho, como coloquialmente llamaban a quien fuera presidente de Chile por decisión de los chilenos en las urnas, y abruptamente separado del poder a través de un golpe de estado comandado por el general Pinochet. Algunos de ellos se han suicidado, tanto dentro como fuera del país, pero el filme no avanza sobre eso y tampoco pretende cuestionar la decisión judicial que avala las pruebas de que Salvador Allende se suicidó en el Palacio de la Moneda. Tambutti incluye un fragmento de su último discurso radial desde la sede presidencial, que se puede interpretar como una insinuación de que prefería quitarse la vida si no podía seguir representando la voluntad popular que había sido expresada por su pueblo en democracia.
La realizadora indaga en intentar saber cómo se relacionaba la familia con Chicho con el fin de tratar de hacerse una idea sobre el desarrollo de toda la vida familiar en aquellos momentos, cuando ella era muy pequeña y debió exiliarse a México. Su ex-esposa Hortensia Bussi tenía 92 años de edad durante el tiempo de rodaje y su estado de salud estaba bastante delicado. Por eso su nieta tuvo que dialogar con ella en tiempos cortos ya que se cansaba pronto cuando comenzaba a hablar.
La película apoya sus pesquisas en cientos de fotografías que fueron encontradas y también localiza algunas imágenes íntimas del presidente que sin duda pasarán a la Historia. Con ello, Marcia Tambutti trata de despertar en sus familiares la misma curiosidad que ella sentía y la sanación que supone exteriorizar ciertos sentimientos ocultos. Durante muchos años existió en la familia una especie de bloqueo emocional que les impedía hablar sobre lo que sucedió como modo de esconder la tragedia obviando aquello que duele. La directora recuerda que cuando era pequeña, en la intimidad nunca hablaban de él. Aquel día de septiembre de 1973, la casa presidencial de la avenida Tomás Moro fue bombardeada y a continuación saqueada por completo, por lo que no se conserva nada de lo que allí había al haber sido robado o destruido.
«Allende mi abuelo Allende» es una película que no quiere reabrir heridas en nadie de dentro o fuera de la familia, aunque tal vez en el caso de la abuela eso fue inevitable por ciertas actitudes que aquí se recuerdan acerca de su ex-esposo. El filme transita los caminos más íntimos del ambiente familiar y nos ofrece una perspectiva única sobre todas estas personas que difícilmente la habría podido conseguir alguien de afuera, por muchos meses que se hubiera dedicado a ello.
©José Luis García/Cinestel.com