«Antonio Puigjané, El Piru; un franciscano capuchino a contrapelo»
Estreno en Buenos Aires jueves 18 febrero 2016
La vocación entendida como un servicio de interés público para ayudar a salir de la brecha a los más desfavorecidos es lo que llevó al fraile franciscano Antonio Puigjané a implicarse con grupos de izquierda revolucionaria que buscaban restaurar las libertades de pensamiento político en la Argentina de la dictadura. Cuando llegó la democracia y gobernaba el presidente Raúl Alfonsín, el 23 de enero de 1989 hubo un absurdo y erróneo asalto al cuartel militar de La Tablada ya que alguien pensó que un golpe de Estado era inminente. Le intentaron implicar como un ejecutor más de la toma, -inclusive con falsos testigos-, pero al comprobar que estaba inhabilitado para caminar por prescripción médica, fue juzgado y condenado a prisión como ideólogo, lo cual había negado desde el primer momento. El realizador Fabio Marcelo Zurita estrena un documental que procura hacer una visión introspectiva acerca de quién es y cómo piensa su personaje.
«Antonio Puigjané, El Piru (Un franciscano a contrapelo)» es un filme en el que, entre otros, participan con su testimonio el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel; el escritor, historiador y periodista Osvaldo Bayer, firme defensor de la dignidad de los pueblos aborígenes; y algunas Madres de Plaza de Mayo que lo conocen por haber acudido durante muchos años a sus concentraciones de los jueves.
Con sólo once años de edad, Puigjané elige ser sacerdote. Luego vendrá la clara opción por los más pobres en la villa Martillo Chico de Mar del Plata, en La Rioja junto con Monseñor Enrique Angelleli, y en Buenos Aires junto a las Madres de Plaza de Mayo. Todo ello hasta que en democracia es condenado a veinte años de prisión, en la cárcel de máxima seguridad de Caseros y en la de Ezeiza, hasta su libertad condicional.
Pero, ¿por qué estuvo realmente preso Fray Antonio Puigiané? El filme trata de exponer todo lo ocurrido, de colocar cada cosa en el lugar que le corresponde, y se apoya en bastantes imágenes de archivo, entre ellas de los también documentales «Caseros, en la cárcel» (2006) de Julio Raffo, y «Con un oído en el pueblo y otro en el evangelio» (1985), de Mario Bomheker.
Fabio Marcelo Zurita responde las preguntas de Cinestel:
– ¿Hubo gente que habló en algún momento de Fray Antonio Puigjané sin conocerlo?
La gran mayoría. Sobre todo crearon una barbaridad sobre su persona, desde la misma Iglesia y por supuesto desde grupos reaccionarios. Sin mencionar a los jueces que lo condenaron por supuestos. El imaginario que impulsaron los medios de comunicación, así también el prejuicioso y muchas veces mal empleado boca en boca, llevó a Antonio, un hombre de paz, a ser visto como el mal. Caben dos ejemplos… Un sacerdote de mi barrio cuando le pregunté por Antonio, sin conocerlo, me dijo: ‘No hablo de sacerdotes que usan armas’, o el caso más reciente de un ex gendarme convertido en sacerdote, que cuando le destinaron a la misma iglesia que Puigjané, sus ex compañeros de fuerza le advirtieron mucho cuidado para su vida y fue tal las diversas versiones de sermón, que la sorpresa fue tan grande al conocer a Antonio que se puso a su disposición y fueron juntos a un barrio marginal de la ciudad autónoma de Buenos Aires. El ex gendarme quedó admirado por los cambios que tuvo al haber conocido y acompañado al franciscano Antonio. Ahora que lo conoce bien, piensa muy distinto a sus ex colegas.
– Siempre quedará en la opinión pública su compromiso con Madres de Plaza de Mayo, pero su película se propone como más abarcadora con respecto a su vida.
Sí, es verdad que Antonio en su vida, haber conocido a las Madres fue un despertar. Y que las acompañó en el momento que era muy peligroso, en plena desaparición y muertes en nuestro país por mano de la dictadura gobernante. Que se dice: ‘Antonio es las madres’… Por mi parte quise contar quién es Antonio Puigjané y la coherencia como sacerdote que admira a los curas tercermundistas; hasta su compromiso de cuerpo y alma con los más humildes, con los desheredados de las tierras, contra quienes hasta se creyeron dueños del agua,…
– En 1983, Juan Pablo II amonestó en público a Ernesto Cardenal durante una visita oficial a Nicaragua. Sin embargo, no se conocen amonestaciones de Papas a dictadores, sean de la corriente que sea, -y eso que la mayoría de los de América Latina fueron muy devotos del catolicismo-. ¿La oligarquía católica sólo tiene en cuenta a una parte de su clero y de sus feligreses a la hora de regañar?
El poder del dinero y del poder mismo, gobierna todo, es como una especie de dictadura de la información y manera de ver y pensar.
Antonio Puigjané le llegó a escribir una carta a ese mismo Papa, cuando visitó nuestro país como mediador con el conflicto en Chile. Antonio le reclamó por los desaparecidos y contra su viaje al Chile de la dictadura, que en vez de estar con los dictadores asesinos, que se junte con el pueblo que sufrió las consecuencias. Todas esas cosas le sirvieron para ser marginado.
– El documental tiene el subtítulo de «Un franciscano a contrapelo». ¿Eso es en alusión a que la mayoría de miembros de esa orden religiosa no suscribirían las acciones de Puigjané?
Antonio tuvo desde que fue a vivir a Mar del Plata, a la villa Martillo Chico, problemas con la jerarquía eclesiástica y muchas veces le sugirieron alejarse de la Iglesia católica. Le daban a elegir entre las Madres o el movimiento político y su religión como algo diferente. A lo que Antonio les contestaba: ‘Renunciar a las Madres y al pueblo es renunciar a Dios’. Muchas veces los capuchinos, quizás por su formación o inocencia, veían de cierta forma que Antonio hacía las cosas mal al revelarse; luego muchos admiraron su lectura y claridad.
– Fray Antonio, además de su lucha en favor de los más humildes también es un gran defensor de la democracia. ¿Su implicación en el movimiento que acudió al copamiento de La Tablada tuvo ese propósito?
La versión es que fue de un sector chico del MTP, que en privado tomó la decisión secreta de ingresar al cuartel militar de la Tablada, con el fin de evitar un nuevo alzamiento militar y dar fin a las exigencias y avances carapintadas. En esos tiempos la reiterada amenaza era factible de concretarse.
Antonio desde el discurso venía denunciando esos avances y su pedido era unirse el pueblo, ante cualquier intento de golpe militar. Antonio no participó, ni tenía conocimiento de que iría a suceder algo como La Tablada, que iba en contra de su ideología y formación de vida.
– Para finalizar la entrevista, hay unas imágenes en la película con Antonio Puigjané en lo que quedaba de la cárcel de Caseros. ¿Tiene la intuición de que ese día hubo un cambio importante y liberador en el interior de su persona?
Las imágenes en donde ingresa Antonio a la demolida cárcel de Caseros, fueron filmadas en el año 2007 y lo hice con una cámara que usé para todo lo que fuese el archivo. Antonio me contaba en privado lo emocionante que fue volver a subir esos pisos hasta llegar a su celdita. Por eso le pedí de volver hacer el recorrido y acompañarlo. Una vez dentro de lo que quedaba de su pequeña celda, en la que debió vivir casi diez años, su rostro se transformó y fue ahí donde se me ocurrió hacer la entrevista.
Antonio con su problema en la cadera y su problema al caminar subió sin interrupciones los dieciocho pisos y eso no lo hace cualquiera, sino alguien que verdaderamente se sintió liberado de ese infierno.
©José Luis García/Cinestel.com