«Experimento Stuka»; ensayos de los nazis en 4 pueblos de Castellón

DocsBarcelona 2018
Tuvieron miedo de hablar pero ahora, unos 80 años después, el documental de los directores y guionistas valencianos Pepe Andreu y Rafa Molés, destapa un grave suceso ocurrido en cuatro pueblos de Castellón en mayo de 1938, cuando las casas fueron bombardeadas por tres aviones alemanes de un modelo de avión desconocido hasta la fecha.
Soltaron una bomba en el centro de cada pueblo y mataron a más de 40 personas. Los habitantes no entendieron nada de lo que pasaba, pues se trataba de cuatro localidades tranquilas y no había en ellas nada que hiciera suponer que podrían ser un objetivo de guerra, como sí se presupone en el caso de Gernika, donde había varios polvorines con una abundante munición republicana.
«Experimento Stuka» investiga esta agresión a la población civil indefensa y atemorizada, a través de los testimonios que se han decidido a hablar, así como de toda la documentación disponible, tanto en España como en Alemania.
Hasta donde puede llegar, el filme con producción ejecutiva de Televisión Española y Suica Films, sí que pone en evidencia la desinformación habida hasta ahora al respecto de unas operaciones secretas sobre las que rápidamente se deduce que fueron experimentos de los nazis, todo con vistas a lo que más tarde sería la II Guerra Mundial, y con la aprobación y aquiescencia de los rebeldes fascistas españoles, encabezados por el general Franco, que llevaban a cabo en aquel entonces su campaña contra la democracia de la República Española, dos años antes de la famosa entrevista con Hitler en la localidad fronteriza de Hendaya.
Pepe Andreu (PA) y Rafa Molés (RM) responden las preguntas de Cinestel:
– Hay algunos datos que todavía se desconocen sobre lo que ocurrió en estos pueblos. ¿Se puede indagar más?

Rafa Molés
RM: La información que no se conoce, seguramente no existe, porque es verdad que se quemaron muchos archivos pertenecientes, entre otros, a la Legión Cóndor. La suerte es que en este caso, el documento clave que da la explicación y que documenta el porqué se produjeron estos bombardeos, ése se ha salvado. Eso no quiere decir que no haya muchísimos otros archivos sobre decenas de sitios en España. De hecho, hay sospechas de que en otros lugares pasaron cosas parecidas.
Al final, la Guerra Civil española para Hitler fue un campo de entrenamiento, de práctica de pilotos, de tests armamentísticos, o de tácticas de bombardeo como Gernika, donde oleadas de aviones combinaban bombas incendiarias con otras fraccionarias. Y en estos pueblos de Castellón se experimenta con el último «juguete» armamentístico, que es el Stuka, que se había estado probando apenas un mes antes, cuando el avión llegó en secreto desmontado.
Su ambición era probarlo en edificios robustos y contra población civil. Eso se hizo en estas cuatro localidades y su éxito es probadísimo, porque esta carpeta que lo describe sí que se la llevan a Alemania, mientras que muchas otras se han quedado aquí. De hecho, tras estos tres prototipos que se probaron en Castellón, luego se fabricaron unidades del Stuka en masa. Fueron miles y miles, porque es el avión que Hitler utiliza para invadir Europa durante la II Guerra Mundial.
Lo que sí que sabemos y sospechamos es que hay otros ataques de la Legión Cóndor en otras zonas de España que tampoco tienen una explicación táctica determinante en lo que es la guerra española. Por tanto, se puede sospechar, y esa sería la aspiración máxima de nuestro documental.
Más allá de poner luz y aprender sobre lo que pasó en Castellón, que son las dos cosas que se pretenden con «Experimento Stuka», nos gustaría que fuera un impulso para que otras personas vayan a los archivos, pregunten por el nombre de su pueblo y saquen la información, porque la hay. Lo que pasa es que el silencio de 75-80 años que lo ha cubierto todo, ha hecho mucho daño y hay quien ha acabado aceptando cosas como normales. Si aceptamos que «esto son cosas de la guerra», nos quedamos sin preguntarnos y sin saber cosas.
– Pero al haber 40 muertos, existe un delito de lesa humanidad que no ha sido juzgado y eso es una injusticia total.

Pepe Andreu
RM: Sí, justo ahora los cuatro pueblos están llegando a esa fase. Osea, primero ha sido la aceptación del hecho, y después la reconciliación, porque es verdad que muchas familias no hablaban de este tema por haber dos bandos dentro de ellas que decidieron enterrar el asunto.
Nosotros intentamos entrevistar a todos los testigos que estaban con vida, aunque de los que salen en la película, hoy solo quedan un 20% vivos. Y cuando lo han aceptado y entendido, aunque en un principio les costaba reaccionar, están planteándose pedir responsabilidades a Alemania. Pero no ha sido inmediato, sino que primero han tenido que digerirlo todo esto.
– Dedicáis también una parte del documental a los traumas que esta situación ha generado. ¿Fue lo más complicado de grabar?
PA: Claro, porque ellos eran incluso incapaces de tratar esto que ocurrió en el pueblo, en su propia casa y con su propia familia. El silencio carcomía a la familia.
– ¿Y el acuerdo de silencio entre ellos era algo que no estaba hablado o acordado explícitamente?
RM: En realidad sí que hubo una ley franquista que impide durante un tiempo que la gente hable de los bandos, pero después desaparece. Más que la ley existe el miedo a hablar, que muchas veces fue para no infundir odio en sus hijos, según nos han contado muchos testigos y personas que lo vivieron. Ellos decían que no hablaban, no por no discutir entre sí, sino porque sus hijos no se odiaran tanto como ellos se odiaron. Por fin, cuando se ha podido hablar, al final esto ha sido una liberación para muchos.
Ahora los testigos están muriendo (este último invierno se nos han muerto 4 ó 5), pero al mismo tiempo sus hijos están sufriendo mucho. Hay un caso de un vecino de Benassal, al que su padre le tocó estar luchando del lado de la República, porque él era de zona republicana, y cuando llega al pueblo al final de la guerra, como han destruido la iglesia, existe esta confusión esquizofrénica de que han sido los rojos los que han bombardeado los pueblos. Por eso él ha tenido que sufrir que su padre se lamentara toda su vida, pensando que habían sido los suyos y no entendiendo el porqué. Y de hecho ha muerto pensando que fueron los suyos quienes destrozaron el pueblo.
– En Gernika había polvorines, pero el bombardeo fue básicamente hacia la población.
RM: Claro, es que lo que pasó en Gernika y lo que pasó en Castellón no tenía ningún objetivo estratégico para el avance franquista. No tiene un sentido lógico y tanto en uno como en el otro sitio, los franquistas podrían haber entrado paseando, porque ahí no habían soldados.
Por tanto, el objetivo de la Legión Cóndor fue aprovechar ese teórico avance de la guerra, para probar sus armamentos. Esto está expuesto en los diarios privados de Von Christophen, que fue el encargado de organizarlo.
©José Luis García/Cinestel.com