«Hasta mañana, si Dios quiere»; la alegre vida de unas octogenarias

DocsBarcelona 2018
El tomarse la vida con humor y filosofía es una receta que es válida para cualquier persona. La directora navarra Ainara Vera, quien ha trabajado en una ocasión junto con el conocido cineasta ruso Victor Kossakovsky, e hizo un Máster en Documental de Creación en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, se propuso hacer un retrato alegre y despreocupado sobre un grupo de 17 hermanas franciscanas octogenarias que habitan en el ala de un monasterio-colegio reservada para aquellas monjas que ya han sobrepasado del todo la edad de jubilación, pero que tienen la suerte de poder valerse por sí mismas, luego de haber dedicado la mayor parte de su vida a trabajar como enfermeras.
«Hasta mañana, si Dios quiere» es un título que por sí mismo alude a ese impasse de espera sobre la muerte que se le supone a cualquiera que haya alcanzado esa edad, no obstante lo cual también es posible vivir con dignidad y en comunidad.

Ainara Vera
Ainara Vera no practica la religión católica, aspecto que no fue un problema para poderse internar e interesarse por una crónica cotidiana de estas mujeres, quienes desarrollan una vida de lo más austera en coincidencia con el deber auto-impuesto de intentar ayudar a los demás. El documental las retrata de una manera muy fiel, porque en todo momento procura evitar añadiduras que podrían tratar de manipular al espectador. Eso se percibe incluso en la excelente música elegida que acompaña este filme, que en fondo es una reflexión sobre la finitud de la vida.
«Yo quería hacer una película alegre, porque se suelen destacar mucho más las cosas malas o problemáticas en todas partes del mundo. Y cuando conocí a este grupo de mujeres me di cuenta de que ellas habían estado toda su vida en contacto con personas que habían sido maltratadas, con niños que habían vivido en familias desestructuradas, y en situaciones muy duras. Y ellas habían estado dando toda su vida como hormigas invisibles, ayudando a toda esa gente, pero viendo esa oscuridad habían conseguido llegar a los 80, 90 o 100 años bien, y seguir con ganas de vivir. Esa combinación me gustaba mucho, -contaba la directora en Barcelona-.
La realizadora también comentaba que cuando entraron estas mujeres a formar parte de esta congregación religiosa, había un número de entre 10 y 20 chicas al año que hacían lo mismo, pero que en estos años esa cifra se reduce a una chica cada cinco años en todo el territorio del estado español, o a alguna filipina o china que llega de una manera muy esporádica.
– ¿Era importante para ti reflejar que ellas se toman la vida con humor?
Para mí es muy importante, porque creo que el humor nos salva a todos, a ellas también. De hecho, a mí lo que más me interesaba es que fueran capaces de hacer cosas como las que ocurren en un momento de la película, cuando ellas hacen humor sobre las incongruencias de la propia Biblia. A mí me encantaba que ellas tuvieran la capacidad de distanciarse de su propia cosmovisión, hacer bromas y aun así seguir creyendo lo que ellas creen con sus incongruencias. Ojalá que en mi próxima película haya humor también.
©José Luis García/Cinestel.com