«Hayati (My Life)», huida de la desesperación con una zancadilla

DocsBarcelona 2018
La desesperación conduce muchas veces a que las personas tomen decisiones arriesgadas e incluso peligrosas. Eso es lo que le pasó al sirio Ossamah Al Mohsen cuando en el año 2015 se decidió a atravesar la frontera entre Turquía y Hungría con su hijo en brazos, momento en el que una reportera televisiva húngara le puso una zancadilla y cayó al suelo junto a su descendiente.
Las realizadoras catalanas, graduadas de la ESCAC, Sofi Escudé y Liliana Torres, quisieron indagar en esta tragedia humana más allá del triste y lamentable hecho anecdótico cuyas imágenes dieron la vuelta al mundo, pues se trata de un padre y su hijo que dejaron atrás, en campos de refugiados de Turquía, al resto de la familia.
A aquella secuencia ignominiosa le sucedió la llegada a Madrid de los dos huidos, donde poco después el padre fue contratado como nuevo entrenador de los azulones del Getafe Club de Fútbol.
Las directoras no tenían dinero ni para los trailers, pero fueron a pedir consejo y ayuda al director de la ESCAC, Sergi Casamitjana, y de ese modo pudieron comenzar los trámites para la financiación, con varios pitchings y otras reuniones en numerosos festivales y plataformas profesionales.
Sofi Escudé cuenta que eran conscientes de que la zancadilla podría ser un gancho para contar la situación actual de esta familia, «pero realmente aquello es completamente insignificante respecto a lo que es la historia en sí, y tan sólo queríamos dejarlo como un evento más. Una cosa más del guion, pero no convertirlo en su punta de lanza».
«Hayati (My Life)» llevó un año de grabaciones entre Turquía y Madrid. Los protagonistas sirios temían la poca profundidad que muchas veces tienen los periodistas de los grandes medios, y por ese motivo a Sofi y Liliana les costó un poco más de tiempo convencerlos de que ellas dos no eran unas reporteras.
«Queríamos que fuese una ventana a la vida de estas personas, sin una intervención visible de nosotras, las documentalistas, y sin que hubiese entrevistas a cámara. Todo lo que ellos hacían lo registrábamos. Eran ellos quienes marcaban los límites. En ciertas cosas nos frenaron, pero siempre estuvieron muy abiertos» -explica Liliana Torres-.
Y mientras Ossamah permanece en Madrid, en Turquía todavía quedan algunos futbolistas sirios atrapados en esta grave situación humanitaria, sumidos en pleno estancamiento, ya que tampoco pueden regresar a su país de origen.
Todas las partes que pertenecen al pasado, aparecen hechas con técnicas de animación en «Hayati (My Life)», pues ambas realizadoras quisieron que aquellas experiencias pretéritas que no podían retratar, tuviesen ese subrayado en la narración cinematográfica.
La tristemente conocida zancadilla también está de ese modo reflejada en la pantalla, aunque para Sofi lo que se quería mostrar en el documental «no es que a Ossamah una patada le cambiara la vida, sino que cuanto más sepa la gente, más sensible será el mundo. Y nada fue como nos lo esperábamos, sino que una vez más el guion no lo haces tu, sino que lo hace la vida; por eso nosotras íbamos por detrás en muchos momentos».
©José Luis García/Cinestel.com