Martín Serra nos habla sobre «Maradona, el médico de la selva»
Reestrenó en el Monumental Lavalle de Buenos Aires.
Muchas veces la Historia se olvida de registrar personas sin cuya dedicación la vida de quienes los rodearon habría sido muy diferente. Este es el caso de Esteban Maradona, un enigmático y hermético galeno que ejerció su profesión médica en un pequeño pueblo de la región argentina de Formosa durante más de 50 años. Convivió con aborígenes y observó la naturaleza desde una perspectiva respetuosa. En este documental no solamente se cuenta su historia, sino la de otras muchas personas que se encontraban cerca de él y pudieron conocerlo.
Maradona se puede definir como una persona que en sus orígenes rodeado de todo, no encontró nada pero más tarde rodeado de nada, encontró todo, y que pudo canalizar su trabajo hacia una comunidad originaria que lo recuerda con devoción. Martín Serra, el director del documental, nos cuenta más cosas al respecto en diálogo para Cinestel.
– ¿Se podría decir que el fondo básico del film tiene que ver con el singular concepto sobre la felicidad que tenía Maradona?
Al investigar en profundidad a Maradona, surgía la inquietud del concepto de felicidad. Él siempre fue tratado desde una perspectiva histórica como una persona que hizo un enorme sacrificio al hacer la tarea que hizo. Ese sacrificio yo lo entiendo como el de una persona que había dejado muchas cosas de lado. Por lo tanto, ahí el concepto de felicidad estaba en discusión porque para mí no es una persona que se sacrificó toda su vida, sino todo lo contrario. Maradona fue alguien que primero disfrutó esa vida que llevaba y que como estaba muy satisfecho con esas experiencias de vida rodeado de nada, con ese concepto naturalista y ese existir que no necesitaba ninguna de las cosas que proporciona el progreso, él logra con ello una vida tan distinta al concepto que tenemos nosotros al vivir de otra manera que lo consideraríamos como estar en la nada; esa nada es la que él disfruta y por eso es feliz ahí y por eso pudo hacer todo ese trabajo que después desarrolló y por lo cual es más conocido.
De todos modos, a él lo que le daba felicidad era ese lugar inhóspito y difícil, esa sociedad distinta y compleja que en su mayor parte era población aborigen. Todo ese tipo de desafíos y la no comodidad era el particular concepto de felicidad de Maradona.
– ¿Por qué prefirió comenzar el documental por los lamentos ante su pérdida y luego seguir explicando su dimensión humana?
Sí, eso es algo que me gustaría significar, porque esos primeros minutos de la película que muestran los lamentos por su pérdida y demás, fueron ahí colocados para anclar información al espectador y que a partir de esos datos, que entre los lamentos por su pérdida están básicamente los hitos de su vida, no tuviera que recurrir a esa información durante todo el tiempo restante de la película. Así podía desarrollar más libremente la otra parte que era la que más me interesaba.
En esos minutos del comienzo, primero se informa que ha fallecido, se explica un par de premios que recibió y la candidatura al premio Nobel y después se ven algunos recortes de diarios, algunas noticias que habían salido en los medios y punto. Ya con eso, al hablar brevemente, se podía contar la vida de Maradona pero después, toda la dimensión de la búsqueda de la felicidad y la libertad que son los dos temas básicos de la película, los pudimos madurar con mucha más libertad sin esos hitos que liberamos en esa parte inicial.
– Su visión naturalista proviene de esas culturas aborígenes ascentrales. ¿Sus largos escritos al respecto están al resguardo de posibles tiburones financieros devoradores? ¿Cree que es complicado mantener esa sabiduría popular hoy en día?
Maradona tenía una formación médica clásica que con el correr de los años y más en el tiempo que se había establecido ahí en Formosa, él va adquiriendo e intercambiando cultura, sabiduría y formación con la medicina natural de los aborígenes y el estudio de la naturaleza. Yo creo que hoy es complicado mantener esa sabiduría que se pasaba de voz en voz, al no existir entonces esa globalización en la que hoy todo se mezcla y se funde. Eso era particular de ahí, era algo que era difícil que saliera de esa región, y por lo tanto creo que hoy se han diluido todos esos conocimientos que se van pasando, si bien debe existir todavía la tradición de pasarse información y de hecho un poco de eso hay porque los aborígenes durante la investigación nos ocultaban algunas cosas y no nos daban toda la información relativa a sus conocimientos naturales.
En cuanto a ‘tiburones financieros devoradores’, hay una anécdota de Maradona que dice que una vez se apareció un norteamericano que estudiaba y que no sé cómo se había enterado de su persona, pero estaba haciendo un trabajo y fue y le ofreció una determinada suma de dinero para comprarle los escritos. Creo que Maradona de hecho no se los vendió, pero sí le dio uno que se supone que está publicado en una universidad de Estados Unidos, aunque tampoco pude investigar mucho sobre eso porque no hay mucha data y está medio perdida esa historia.
La obra que él escribió acerca de las ciencias naturales aplicadas a esa región, está sin editar y yo creo que el día que alguno las descubra en una editorial puede llegar a tener un gran valor para el estudio y las investigaciones.
– ¿A qué pudo deberse su negativa a usar lentes correctoras pese a padecer miopía?
Bueno, creo que eso fue parte de su personalidad también. Él niega toda ayuda, todo progreso, todo aquello que lleve algo de comodidad al ser humano. De hecho dormía en una cama con sólo el elástico de hierro y no tenía ni colchón, no usaba luz eléctrica, no tenía baño incorporado a su casa, y leía hasta que la luz le daba y cuando la luz no le daba más, se retiraba y se iba a dormir.
Decía él que había que hacerle caso a la naturaleza y que no había que forzar nada, por lo tanto tampoco iba a forzar su vista; si no podía, no iba a leer. Tenía que hacer otra cosa, por ejemplo dormir. Así ocurría en muchas otras circunstancias; con el frío su cuerpo pasaba frío y con el calor pasaba calor. Hay que obedecer la naturaleza, decía, por eso la negativa a usar anteojos es parte de su personalidad y es muy coherente con lo que él decía que había que hacer.
– ¿Cómo surgió la idea de reflejar en un film a este profesional y persona íntegra en sus convicciones? ¿Le llevó mucho tiempo recuperar material de archivo?
Empezando por la segunda parte, llevó mucho tiempo sobre todo en lo que tuvo que ver con recuperar el archivo porque estaba muy repartido entre mucha gente y a su vez no era algo demasiado investigado. Entonces, hubo que rastrear muchísimas personas que tenían archivos. Además, en el lado de la familia nos mostraron parte de los escritos que tenían guardados pero en general estaba todo muy diseminado por Buenos Aires, Santa Fe, Formosa,… inclusive rastreamos una película en 16 milímetros que se había hecho en 1960, que la encontramos en un depósito del que la había hecho que no la había rotulado y estuvimos un día entero buscándola entre latas de cine hasta que apareció la imagen. Eran 10 minutos de enorme valor documental hechos en 16 mm que por supuesto están en la película y yo creo que todo este proceso debe haber llevado entre ocho, nueve y diez años para recuperar todo esto. Y también mientras hacíamos la edición iban apareciendo archivos y más cosas.
Respecto a la idea de reflejar a este profesional, justamente es no tanto por la historia del médico en sí, por la cual él es más conocido, famoso médico que trabajó con aborígenes, que si bien eso fue el puntapié inicial, lo que más me llevó a hacer la película fue esa personalidad extraña que él tenía, esa mezcla de ser una persona retraída, hosca en algún punto y también conjuntamente con esa persona que ejercía la medicina y ayudaba a los demás en la medida que él podía. Sin embargo, cuando uno les pregunta a los aborígenes qué es lo que más recuerdan de Maradona mencionan que curó a uno de los chicos o a cierta persona y demás, pero lo que de verdad le agradecen es que él era una persona que había ido de afuera y que se integró totalmente en la vida de ellos, se quedó a vivir ahí y convivió con ellos. Le agradecen más eso y no tanto su labor profesional, porque ven en él al tipo que los acompañó y con quien terminaron compartiendo conocimientos. Maradona les dio conocimientos de la medicina convencional y ellos de su medicina natural y eso se logró con el paso de mucho tiempo y años porque al principio cuando llegó, fue bastante resistido por los propios aborígenes y ellos mismos lo cuentan, pero después Maradona se fue ganando la confianza suya y la de los no aborígenes también.
©José Luis García/Cinestel.com