«Por amor al arte»; la película más artística de Marcelo Goyeneche

Estreno en Buenos Aires
Aparte de una amistad, si pensamos en qué más es lo que tenían en común el cineasta Bernardo Arias y el escultor argentino de origen italiano Antonio Pujía, la respuesta es su amor al arte.
El documentalista Marcelo Goyeneche, autor de «Las enfermeras de Evita», siempre ha estado interesado en reflejar los fenómenos sociales y culturales que están interrelacionados y que tienen una conexión.
«Por amor al arte» es una película que cuenta para la realización con uno de los iconos de los famosos Estudios Lumiton, la primera productora de cine argentino que fue creada en el año 1931. Bernardo Arias siempre tuvo el propósito de acabar una película cuya historia tenía en mente, y pactó con Goyeneche la posibilidad de encarrilar ese proyecto. Paralelamente, el escultor Antonio Pujía aparece también como una de las vías para encauzar esta historia que tiene que ver con el arte.
Bernardo asegura que la obra es lo más importante, e igualmente dice que el arte es muy difícil comunicarlo con palabras. Tres años fue el tiempo que se prolongó el rodaje de este filme, que cuenta con la sabiduría y la sensibilidad de quienes han sido sus artífices.
Marcelo Goyeneche responde las preguntas de Cinestel:
– ¿Crees que el arte se puede definir de muchas maneras distintas, según quien lo defina? ¿E igualmente era ése uno de los propósitos de «Por el amor al arte»?

Marcelo Goyeneche
Sin dudas que es uno de los debates más apasionantes que supo entablar el ser humano: las diferentes interpretaciones ontológicas del arte. «Sin arte la vida sería un error» dijo Nietzsche, y cuánta razón tenía. El propósito principal de nuestra película es poder reflexionar sobre lo que nos pasa, el significado y la interpretación que cada espectador le da a una obra. Partimos de una serie de preguntas que a Bernardo lo inquietaban profundamente: Qué es el arte y quiénes deciden qué es arte y qué no; y a quién se le puede decir que es un artista y a quién no.
Por otro lado, intentamos demostrar el rol de rebeldía y sublevación que ha tenido el arte, convirtiéndose en el medio de comunicación más importante durante siglos, hasta llegar a este presente tan incierto, donde la mercantilización parece haber convertido al curador de una muestra de arte en alguien más importante que el artista en sí.
– En el documental se hace referencia a lo que supuso el cierre de los Estudios Lumiton. ¿Fue este tema un golpe tan duro para el cine argentino?
Para los trabajadores del cine seguro que sí. Fue muy difícil para ellos aggiornarse a nuevas formas de producción. Bernardo trabajó luego del cierre de los estudios con Fernando Birri, considerado el padre del nuevo cine Latinoamericano. Birri venía de pasar unos años en Italia donde fue a estudiar cine y recibió la influencia del cine italiano del momento. Fue muy inteligente al conformar un equipo de trabajo donde se mezclaban técnicos de la vieja escuela con los jóvenes. Para Bernardo era un mundo totalmente desconocido y un desafío filmar sin actores profesionales en escenarios naturales; era la renovación del lenguaje cinematográfico y lo tenía a él, un hombre de los años dorados del cine argentino, como protagonista.
– Por una visión a futuro, ¿consideras la escena de Bernardo y Antonio conversando con unos jóvenes estudiantes de arte como una parte esencial de «Por amor al arte»?
Tanto Bernardo como Antonio siempre tuvieron en claro que era en los jóvenes donde querían encontrar a los espectadores de esta película. Para ellos era fundamental dejar un legado para las nuevas generaciones de estudiantes y futuros artistas. Ese encuentro es un momento muy importante de la película, y ellos estaban muy a gusto con los jóvenes.
– Asimismo hay en el film una conexión indirecta con «Las enfermeras de Evita», a través de Lucy Rebelo. ¿Fue ella la precursora de que se haya rodado este filme?
Ella es una de las responsables, sin dudas. Todo comenzó cuando conocí a Lucy. Enfermera de la Fundación Eva Perón, me contacté con ella para registrar su testimonio para la película “Las enfermeras de Evita”. Cada vez que nos juntábamos en su casa del barrio de Flores el que nos recibía en la puerta, con una sonrisa, era Bernardo, su marido desde hacía 62 años. Ese fue el comienzo; luego fue mérito de Bernardo que, a través de su carisma, su historia personal y las ganas que tenía con 90 años de hacer esta película, me convenció de formar parte de la aventura.
– Conecto para finalizar lo que se dice en «Por el amor al arte» sobre la perdurabilidad del trabajo artístico, con otro tema aparte de lo que en el documental se cuenta, como es que CINAIN no ha podido garantizar hasta ahora la conservación del patrimonio fílmico argentino. ¿No tendría que existir un control riguroso para que no se pierdan obras artísticas de cualquier tipo?
Lo que hace falta son políticas públicas de preservación del patrimonio cultural. Esa decisión no tiene que ver con el gobierno de turno sino con políticas de estado que perduren en el tiempo. Seguirá siendo una lucha titánica frente a los que nos quieren borrar nuestra memoria colectiva, y lo vienen logrando, sino la derecha no podría estar de nuevo gobernando y con los votos del pueblo.
©José Luis García/Cinestel.com