Entrevista a Marcel Gonnet sobre su documental «Valdenses»
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Estreno Gaumont y Malba de Buenos Aires
El documentalista peruano Marcel Gonnet Wainmayer acumula en su segundo largo en solitario gran cantidad de trabajo de investigación acerca de los Valdenses, un grupo herético medieval que luchó contra el poder y formó una peculiar y autónoma identidad cultural que se enfrentó al Vaticano, sobrevivió a la inquisición y luego de ochocientos años aún sobrevive en los territorios agrícolas de Argentina, Uruguay y Estados Unidos. La restauración del filme “Fideli per secoli” nos muestra la historia real de este grupo. El documental se estructura a partir de los fragmentos de esa película prohibida por el fascismo y perdida durante décadas, que hoy ha sido completamente restaurada para el público, y se articula en el contrapunto entre los primitivos valdenses medievales y la actualidad de personajes con idiomas diversos, para preguntarse por qué, después de más de ocho siglos, la herejía valdense todavía resiste.
Herejía medieval y primera iglesia protestante de la historia, los Valdenses son al mismo tiempo una comunidad campesina de 850 años de edad y una corriente que en las últimas décadas ha desafiado al Vaticano en temas como el matrimonio homosexual, la eutanasia y el aborto.
Marcel Gonnet responde las preguntas de Cinestel:
– ¿Los valdenses son comunidad cultural, entidad religiosa o ambas cosas al mismo tiempo?
![Marcel Gonnet](http://www.cinestel.com/wp-content/uploads/2015/12/Valdenses_Marcel-Gonnet.jpg)
Marcel Gonnet
Existe siempre una tensión en la definición de esta identidad valdense. Está la idea de que son un “pueblo-iglesia”, y creo que es lo que han sido a lo largo de la historia, pero es posible que eso haya comenzado a cambiar en las últimas décadas, tanto por la apertura de las comunidades hacia personas de diferente procedencia (sobre todo en Italia), tanto porque muchos jóvenes se alejan de la práctica religiosa, aunque se reconocen de alguna manera como valdenses desde un punto de vista cultural. En cualquier caso, la fe ha constituido la identidad valdense desde el Medioevo, y las persecuciones reforzaron estos procesos de identidad muy fuertemente. Se dice que es una iglesia familiar, ya que durante muchos siglos se mantuvieron en un gueto montañoso y luego en colonias donde formaban familias solo entre valdenses, pero creo que eso también ha cambiado en los últimos 50 años.
– ¿Cómo se encontró el documental prohibido por el fascismo?
En realidad, la película tiene un poco más de 50 minutos, y en su mayor parte es una ficción, con una parte final documental. Luego de ser censurada por el fascismo, desaparecieron las copias con títulos en italiano. También existía una copia en español, o por lo menos el proyecto de realizarla. Solo sobrevivió la copia con títulos en inglés, probablemente porque fue sacada por las montañas hacia Francia y después a Inglaterra y Estados Unidos. Pero en los años 20, la estética del cine cambió mucho, comenzó a surgir una producción más industrializada, y estas películas mudas con estética antigua fueron muchas veces despreciadas. No sabemos muy bien qué pasó, pero más de 40 años después, apareció una copia en una institución de Estados Unidos. Y eso permitió que pudiera digitalizarse y recuperarse este material.
– ¿Se trata de uno de los grupos que más se aferra a los orígenes del cristianismo y por eso fue perseguido?
La cuestión de las indulgencias y la “compra” de salvaciones, y en general la opresión que el poder del Vaticano desplegaba por toda Europa en el Medioevo, además de otros elementos como el agotamiento que generaron las Cruzadas, hicieron que surgieran muchos grupos cristianos (que el poder romano pronto identificó como “heréticos”) que reclamaban una vuelta a los valores de los primeros apóstoles. No solo los valdenses, sino también los cátaros y otros grupos mendicantes. Durante mucho tiempo, los propios valdenses sostuvieron que el origen del movimiento valdense estaba en el descontento contra la “Donación de Constantino”, que convirtió al catolicismo a todo el imperio romano. Esto no es cierto en términos históricos, pero sí identifica el problema de la riqueza y el poder como elemento perturbador de los valores que los valdenses identificaban con Cristo y los apóstoles: pobreza, comunidad, solidaridad, fe y libertad.
– Algo se menciona en la película, pero curiosamente al cristianismo se le puede encontrar unos cuantos puntos en común con el marxismo. ¿Fueron los valdenses quienes más se dieron cuenta de ese factor?
No son los únicos, creo que los valdenses de alguna manera encarnan una tradición de vida comunitaria que tiene mucho que ver con lo que Marx organizaba bajo la categoría de socialismo utópico, es decir experiencias sociales que prefiguraban otros tipos de sociedad. De cualquier manera, la historia del protestantismo está plagada de episodios de resistencia y de luchas, ya que no debemos olvidar que a esa altura, política y religión no eran cosas diferentes. Más acá en el tiempo, los cuerpos pastorales valdenses creo que tuvieron una enorme influencia de la Teología de la Liberación, que también se prefiguró en algunos pensadores protestantes, pero que confluyó en una relación más fuerte de todo el cristianismo con las realidades políticas, sobre todo latinoamericanas. La relación entre marxismo y cristianismo me parece bastante obvia, a pesar de los prejuicios de muchos cristianos, y de las simplificaciones del marxismo vulgar, que con frases como “la religión es el opio de los pueblos” muchas veces ha bloqueado cualquier diálogo al respecto.
©José Luis García/Cinestel.com