«¡Yallah, Yallah!» es la primera coproducción argentino-palestina

Los conflictos de índole político muchas veces afectan al desarrollo y funcionamiento de otras actividades de lo más normales y cotidianas. Los directores Fernando Romanazzo y Cristian Pirovano han marcado un hito dentro del cine argentino, al haber realizado la que es la primera coproducción entre Argentina y Palestina.
«¡Yallah, Yallah!» pone el foco en las dificultades que un equipo de fútbol tiene para poder ponerse a jugar un partido cualquiera, pues todo está afectado por el sometimiento que vive Palestina por parte de Israel.
El filme explica cuáles son los problemas que impiden que ese equipo deportivo esté cohesionado y pueda desempeñar la función que le corresponde.
El documental sigue el día a día de siete miembros de la formación deportiva que siempre están a merced de lo que pueda suceder en el «fuera de campo», y nunca mejor expresado.
Fernando Romanazzo responde las preguntas de Cinestel:
– ¿Por cuál vía territorial entraron ustedes a Palestina y cuáles son los problemas que tienen en ese sentido los nacionales de ese país cuando se encuentran fuera de él?
Nosotros entramos por Tel Aviv, pero la mayoría de palestinos no entran por esa ciudad, sino que por Jordania. Ellos necesitan un permiso tanto para salir como para entrar, y no es sencillo para nada. Por ejemplo, por Tel Aviv solamente algún diplomático o alguien así puede pasar, pero normalmente todos salen y entran por Jordania.
– ¿Visto lo visto, creen que el fútbol une o desune? ¿Es cierto que ellos se lo toman como un entrenamiento para estar bien físicamente?

Fernando Romanazzo
Sí, sin ninguna duda el fútbol une, aunque también puede desunir. Ejemplos hay variados, y en Argentina muchos, pero en Palestina más que para entrenamiento lo utilizan para poder escapar a la realidad o tener un divertimento. Obviamente que para los niños pequeños en un juego, pero también para los grandes es una forma de disfrutar, aunque sea unos momentos, de jugar y de estar un poco contentos y practicar un deporte.
Volviendo a la unión, lo que sí he notado, y eso es diferente a Argentina, es que en Palestina las hinchadas se respetan muchísimo entre sí, y eso por ejemplo lo vimos cuando un percusionista y un flautista fueron a festejar a la hinchada contraria en un entretiempo para bailar juntos (algo totalmente impensado en el caso argentino); entonces sí, sin lugar a dudas, el fútbol les une.
– ¿Y esas puertas giratorias sin retorno que se ven en el filme, formarían una metáfora de cómo es la situación en ese entorno?
Sí. Literalmente, los checkpoint o los controles de molinetes de acero gigantescos y el muro, forman parte de la misma metáfora. Los puestos de control panópticos siempre están vigilados y controlados, sus formas de comunicación terrestres, tanto para a pie como en auto son cortados y están controlados por estos checkpoint. Y esa es una metáfora de que siempre están coartados de sus libertades de libre tránsito. Y además de estar controlados, también están encerrados. Esas serían las tres metáforas que utilizamos en la película.
– ¿Rodaron solamente en Jerusalem o visitaron otros lugares de Palestina?
Rodamos en toda Cisjordania, (creo que nos quedó una sola ciudad sin poder visitar), en Gaza no nos dieron el permiso, y en Jerusalem sí que estuvimos. Pero la mayor parte está rodada en Cisjordania.
– ¿Les gustaría volver alguna vez a retratar nuevas historias de ese país ocupado?
Sí, sin ninguna duda, y especialmente de las historias que transmiten algo positivo y rescatable, no solamente la parte fea que se conoce internacionalmente de las muertes y las masacres, sino también las historias de vida de las que están llenas, dentro de la resistencia diaria que tienen los palestinos, y siendo una película que nosotros vamos a mostrar en una gira por Europa.
Tampoco deseábamos ir con una visión paternalista ni turística. Les insistimos que queríamos hacer coproducciones para que la idiosincrasia del lugar se transmita también a través de la película. No queremos ir y filmar lo que nosotros pensamos que es, por posible visión errónea, sino el compartir experiencias desde el audiovisual que tenemos con otros colegas, y plasmar en conjunto la ideas todos poseemos, evitando así quedar en solamente una mirada occidentalista.
©José Luis García/Cinestel.com