“Dulcinea”, de David Hebrero, posee referencias al cine de Woody Allen
La premiere mundial de esta película del español David Hebrero tuvo lugar durante el transcurso de la tercera edición del BCN Film Fest. “Dulcinea” es una historia de presupuesto pequeño pero de altos vuelos, ya que se le percibe una acurada preparación y un sutil acercamiento a los elementos propios del cine de Woody Allen que tanto agradan a la cinefilia, así como a propuestas más comerciales como la de “Atrapado en el tiempo”, pues su personaje principal está enganchado en un bucle, pero esta vez inclusive mucho mejor resuelta.
El protagonista es un joven estadounidense que está obsesionado con España, concretamente con Madrid, y al que su terapeuta le otorga un anillo mágico con el que huir de su realidad. Pero esa concesión va a tener una regla inquebrantable que implica la imposibilidad de visitar un mismo sitio dos veces.
Desafiante y divertido, este relato tal vez debería de estrenarse sin doblaje ya que es una historia de contrastes con un gran guión. “Yo escribo mucho. Intento escribir cuatro o cinco guiones al año -cuenta Hebrero a Cinestel-. Parece mucho, pero aunque no tiene que ser lo mejor del mundo, lo que trabaja es el cerebro e intentar salvar lo aterrador que es comenzar a escribir en una página en blanco y a especular con lo que podrá o no funcionar. Me parece muy importante trabajar el músculo de la escritura”.
– Esta historia habla sobre todo de la soledad, el imaginario individual y las expectativas a futuro. ¿Fueron esas tus principales referencias a la hora de escribirla?
Yo llevo viviendo en Los Ángeles cuatro años; y lo que más me encontré, que nunca nadie te prepara para ello, es que se trata de una ciudad muy solitaria. De todos los lugares en donde he vivido, esta es la ciudad más solitaria del mundo. Entonces eso lo pasamos al personaje, porque es una cosa que tanto yo como el co-guionista y actor principal Steven Tulumello, lo sentíamos muy cerca, pues es una paradoja que siendo una ciudad con tanta gente, al final te sientas tan solo y que todas las relaciones que se tengan sean de mentira.
Ese concepto lo extrapolamos a todo lo demás, pues da igual el lugar en donde estés. Yo creo que cuando uno encuentra un poco el sentido de la vida, definitivamente te das cuenta de que estás más solo de lo que te creías. Por eso cada uno de los personajes en las distintas ciudades en las que rodamos, está en su soledad.
– ¿Podría decirse entonces que para la película te has basado en experiencias personales tuyas?
Sí, sobre todo la parte de Madrid, porque yo la considero una de las ciudades más románticas del mundo, pero la gente no lo sabe. Todo el mundo se suele fijar más en París o en Roma, pero no tienen el pensamiento de venir a Madrid. Lo cual me hace mucha gracia.
Yo tengo conciencia de que Madrid de día y de noche son dos ciudades completamente diferentes. Los lugares que se ven en los paseos por Madrid de la película, son los mismos en donde yo tuve una relación. Me parecía muy interesante traerlo a la pantalla, porque yo empezaba a mirar películas y no encontraba ninguna con contenido sobre lo romántico que es España o Madrid. Siempre se saca lo malo o lo sucio, los barrios bajos, pero no veía contenido romántico. Así que decidí exponer mis vivencias y todo lo que me ha ocurrido en Madrid. Por eso, todo el bloque central de “Dulcinea” está un poco basado en mi experiencia.
– Hay quien puede pensar que, viviendo en Los Ángeles, no deberías de tener problema en encontrar apoyo y actores para cualquier película. ¿Es eso así en la realidad?
No, y además fue muy curioso explicar la película a la gente. Nosotros trabajamos mucho en producciones grandes allá en los Estados Unidos, pero claro, cuando tú le haces un ‘pitch’ a alguien sobre este tipo de cine, que es una historia pequeña y muy abierta, con pocas personas en el equipo y algunos viajes, la gente se piensa que no tienes ni idea de lo que estás haciendo, o que te estás metiendo en un suicidio artístico. Y sobre todo, lo que más nos llegaba era la predicción de que no la íbamos a acabar porque creen que se necesitaría mucho más tiempo para hacerla.
De hecho, por ejemplo cuando llegamos a París a rodar, la actriz francesa que teníamos contactada para las escenas en esa ciudad, nos dijo que no la iba a hacer. Sólo disponíamos de tres días en París y no teníamos actriz. La encontramos en esos tres días, construimos la relación con esa persona, y al final lo rodamos y es una de mis escenas favoritas. En realidad, lo bueno ha sido poder contar con distintos profesionales para esta película tan pequeñita.
– Dijiste que habíais tardado un año y medio en rodar la película. ¿Tuvisteis algún problema de raccord con los actores en ese tiempo?
El pelo, el pelo es un detalle sobre el que no te das cuenta y no lo piensas a priori. Lo de la ropa lo teníamos muy controlado, pero con el cabello tuvimos que ir con mucho cuidado. Y otra cosa muy graciosa es que el actor ganó peso en Madrid porque le gustó mucho la comida, y en algunas escenas se le notó un poco el físico. Entonces hicimos algo para compensarlo, que fue usar prendas más apretadas.
– Y volviendo a Los Ángeles, ¿qué has aprendido de aquel lugar que es la meca del cine?
Que es una industria muy complicada y muy falsa, muy dos caras. Entonces, lo que he aprendido es que con esto hay que tomarse precauciones. Yo he tenido la suerte de trabajar mucho allí, pero sí que te das cuenta, regresando al tema de la soledad, que es muy complicado hacer relaciones personales con gente, porque todo el mundo quiere algo de ti y además está deseando saltar de nivel al puesto siguiente. Por eso, es importante seguir un poco tu intuición; y esa es la razón por la que este filme lo hicimos sin reglas, porque estábamos bastante cabreados de proyectos donde hemos trabajado y al final todo es muy cuadriculado. Quisimos romper con todo eso aprendiendo las reglas y sabiendo liberarte de ellas.
– De hecho, tu personaje principal también está huyendo de todo ello. Está al margen del mundo competitivo y no quiere entrar en ese terreno.
Correcto. Y también nosotros intentamos mostrar Los Ángeles de una manera más real. Es una ciudad muy mitificada con Hollywood, pero no es bonita sino bastante triste y gris. Por eso las partes de Los Ángeles son las menos atractivas de la película, porque nos interesaba mostrar que Hollywood no es el paraíso que mucha gente se imagina. Los Ángeles es una ciudad que te ofrece mucho, pero visualmente no es un lugar agradable, y quisimos mostrar ese contraste de lo feo de allí y lo bonito de aquí. Ambos paradigmas se dan a la vez en todas las ciudades, pero esa era nuestra perspectiva.
– ¿Y si te dieran la oportunidad de rodar otra película en los Estados Unidos, lo considerarías?
Sí, depende de la película, claro. Nunca te cierras puertas. Eso siempre es una posibilidad. Allí hay muchas reglas y pautas que seguir y yo por eso creo que, sin quererlo, me estoy volviendo un poco más a casa, a España a trabajar porque, aunque los medios son menos y es un poco más complicado levantar proyectos, en ciertos ámbitos se valora un poco más la gente que está empezando.
©José Luis García/Cinestel.com