«El Huaso» y la incertidumbre que se apodera del ser humano

Presentado en DocsBarcelona.
Gustavo Proto es un chileno radicado en Toronto (Canadá) que tuvo una infancia mutilada por el acontecimiento horrible que supuso el suicidio de su padre.
Ése fue un factor traumático que ha marcado profundamente todo el desarrollo de su vida.
Su hijo, el realizador Carlo Guillermo Proto, plantea este relato documental a partir del hecho inesperado de un posible diagnóstico de Alzheimer a su padre.
Durante el film se ve pasar a Gustavo varias veces por la consulta médica para practicarle pruebas neurológicas de todo tipo que establezcan si se confirman las sospechas.
El pesimismo, la ansiedad y la incertidumbre se apoderan por completo de la vida de este hombre y ni siquiera su fe religiosa consigue mantenerlo a flote.
Solamente un largo viaje en avión hasta Chile donde perseguirá consumar un sueño largamente añorado desde niño (participar como huaso en las competiciones de ganado), parece darle un consuelo ante la inminencia de una triste noticia.
Tanto su familia, que en su mayor parte discrepa de la decisión de viajar del padre, como diferentes actitudes y rasgos de la personalidad de Gustavo nos dan una idea fatalista acerca de su destino.
El realizador, Proto hijo, demuestra en este primer trabajo un buen dominio de los encuadres y del tiempo aunque la escasa o nula implicación en el documental de algunos miembros de la familia que se negaron a aparecer le restan realismo a la historia.
Carlo Guillermo quiso suplir esta carencia en la película con intervenciones suyas que le costaron, según dijo en Barcelona, horas y horas de grabación, especialmente la escena final, una de las más emotivas, en la que aparecen cinco miembros de la familia reunidos en una mesa tras conocer el diagnóstico definitivo.
En relación con ello, Proto explicó que la aparición mayoritaria de tres generaciones distintas encarnadas en su padre, su pequeño sobrino y él le dan la riqueza que necesita la película.
Su padre y él siempre conversan en español pero para dirigirse a su progenitor desde detrás de la cámara astutamente empleó el inglés, lo que facilitó una cierta distancia que consideraba necesaria.
El rodaje en Chile tuvo lugar a unos 50 kilómetros de Viña del Mar.
©José Luis García/Cinestel.com