Entrevista a Alejandro Venturini sobre «Favio, crónica de un director»
Estreno en Argentina
Leonardo Favio,… ¿Qué más se podría decir sobre un artista tan seductor de grandes masas del público? La respuesta es que mucho, pues abarcó tantas cosas a lo largo de su vida que se nos haría imposible sintetizarlas sin dejarnos unas cuantas.
El director Alejandro Venturini basa este largometraje documental en una entrevista inédita que el artista y cineasta concedió en el año 2009, y que se convirtió en una suerte de clase magistral.
Testimonios de allegados y colaboradores, imágenes desconocidas hasta ahora y recuerdos de momentos esenciales en su biografía, algunos inclusive recreados para el filme, componen un mosaico de particular valor para recordar a Favio, una persona muy comprometida con el devenir de la Argentina.
Director de culto en el cine y precursor de la balada romántica latinoamericana, este icono de las artes argentinas dejó una impronta imborrable.
«Favio, crónica de un director» transita a partir de su infancia en Lujan de Cuyo (Mendoza), pasando por sus pinitos en el radioteatro y su arribo a Buenos Aires. Su pasión por la música y la influencia que en él ejerció el peronismo completan esta visión tan cercana en la que, claro está, no podían faltar referencias a algunas de sus películas imprescindibles como son «Crónica de un niño solo», «El romance del Aniceto y la Francisca» y, sobre todo, «Gatica, el Mono», a la que se le dedica una última parte en la que se desgranan detalles muy interesantes sobre esta biopic acerca del boxeador argentino José María Gatica y en particular del singular proceso que tuvo al actor Edgardo Nieva como protagonista.
Alejandro Venturini, el director del documental, responde las preguntas de Cinestel:
– ¿La entrevista inédita a Favio fue el motor que te animó a armar este documental?
En realidad el motor fue el cine de Leonardo Favio y la entrevista inédita con la que contábamos fue algo así como el combustible que nos llevó a realizar este documental. A él lo había entrevistado en 2009 con otro fin, ya que en ese entonces estaba armando un sitio web con entrevistas a directores argentinos que al final nunca vio la luz, pero me quedó ese encuentro con Leonardo que me parecía sumamente inspirador para mí y creía que también lo podía llegar a ser para cualquiera que se encuentre en el medio cinematográfico.
Entonces, a partir del 2011 empecé a pensar el documental basándome en la entrevista, pero lamentablemente en el 2012 Favio fallece, y decidimos esperar un tiempo prudencial porque teníamos la intención de entrevistar a toda la gente que lo acompañó durante toda su carrera como director.
– La película nos adentra en el Leonardo Favio cineasta, pero en una persona tan inconmensurable parece inevitable que aparezca algo de sus otras muchas facetas. ¿Tenían claro desde un comienzo cuál iba a ser el enfoque principal o hubo que elegir?
Sí, nunca me quise apartar del Favio cineasta, y eso estuvo en claro desde un principio porque es de lo que quizás más conozco y de lo que puedo hablar. Incluso sus otras facetas -como actor, músico o la de militante político- se tocan desde la perspectiva sobre qué le aportaron a él como director, qué herramientas le brindaron para que sea considerado uno de los mejores directores del cine argentino.
– Era conocido el sentimiento de Favio en favor de la identidad argentina y su afecto por el general Perón. «Favio: crónica de un director» aporta unos detalles muy interesantes al respecto. ¿Qué tipo de referencias tuviste que investigar sobre este tema?
No quería alejarme demasiado de lo que me había brindado él en la entrevista respecto al tema, ni quería tampoco alejarme de lo que él había plasmado en el documental «Perón, Sinfonía del Sentimiento», así que sólo me limité a sumar los testimonios brindados por la gente que estuvo a su lado trabajando en esa película y en «Gatica, El Mono», la cual es también un relato impresionante del peronismo. Se trató de ser lo más fiel posible a su sentir sobre el tema.
– Precisamente, si bien su visión de la construcción de la Nación argentina estuvo siempre ligada al peronismo, el documental apela más concretamente a su mirada humana, artística y a su relación con los demás. ¿Era importante hacerlo así para que lo puedan ver argentinos de cualquier pensamiento político?
No, el documental busca expresar lo que yo considero la esencia de Favio a nivel cinematográfico, y si nos remitimos específicamente al peronismo, en sus películas se trasluce su ideología pero nunca hubo proselitismo, de hecho él mismo decía que no era un director de cine peronista, sino un peronista que hace cine.
– ¿Sus orígenes humildes, el agudo sentido hacia la música y el cine, así como su compromiso con la cultura del país, serían los grandes temas que aborda el filme?
Sí, pero si de alguna forma se quiere agrupar a todos estos temas bajo uno en común que sea sinónimo de Favio, sería la pasión. En nuestra película el cine es una pasión que nace en la adolescencia del protagonista cuando ve «Rashomon» de Kurosawa y eso perdura en el tiempo pese a las trabas que surgen cuando uno va convirtiéndose en adulto.
– ¿Y el hecho de que cantara para pagar sus películas sería uno de los síntomas de que se trataba de un personaje público superlativo?
Sin dudas lo era, pero yo creo que eso también se debe a lo que mencionaba antes que es la pasión, porque Favio era igual de obsesivo con su cine que con su música, más allá que una le permita financiar la otra. No lo hacía exclusivamente con fines comerciales sino que había mucho amor puesto ahí y él era un agradecido porque mundialmente fue conocido por ser cantor. Por este motivo es que buscamos que se conozca el Favio director.
©José Luis García/Cinestel.com