Entrevista a Eugenio Canevari por «Figuras», rodada en Barcelona

25 Festival l’Alternativa
El Auditorio del CCCB se quedó pequeño para albergar la segunda película del director argentino Eugenio Canevari tras «Paula» (2015).
«Figuras» es una película rodada precisamente en Barcelona, lugar donde el realizador teje esta historia en torno a Stella, una mujer mayor sin papeles que procede de Argentina y que está enferma de ELA.
Paco es su pareja, un español que le ayuda a sus necesidades más básicas, mientras que su hija Valeria les acompaña en sus ratos libres, pero la angustia que le provoca el deterioro de su madre, le lleva a perderse en las noches de fiesta.
En ese universo marcado por la necesidad, la familia ha pedido que les concedan un piso de protección oficial, pero de momento la respuesta no llega.
La presencia constante de la pobreza ejerce una poderosa influencia en este relato.
Eugenio Canevari responde las preguntas de Cinestel:
– Con las notables diferencias que hay respecto a tu primera película, ¿te has planteado experimentar distintos modos narrativos?
A medida que pasa el tiempo, uno va descubriendo nuevas cosas y la realidad es que tanto «Paula» como «Figuras» tienen algunas similitudes, pero también hablan de temas diferentes y cada una de ellas tiene su propia identidad. En «Paula» por ejemplo, los exteriores eran muy importantes y aquí no hay exteriores. En mi primera película, el silencio era fundamental como motor para explicar lo que simboliza, y en «Figuras» presento una historia hablada en su totalidad.
– Pero en ambos casos, la lucha contra la soledad es también evidente. Aunque los personajes de «Figuras» poseen un afecto que no tenía la primera, aquí sobre todo entre madre e hija.
Sí y yo te diría que no necesariamente es un conflicto, sino que quizá son gente que de alguna manera tiene que aprender a vivir en soledad, amigarse con ella, y esa es una lucha difícil. En el caso de «Figuras», al margen de que ése pueda ser un problema concreto, también sufren la indiferencia de las instituciones y esa injusticia hace que la soledad aflore aún más. La película va más allá del hecho artístico y también habla sobre los problemas sociales y cómo así la soledad se vuelve todavía más difícil.
– También puede ser que mucha gente se fije en problemas lejanos y no en los que pueda tener las personas que viven cerca. ¿Tu película también habla sobre el concepto de comunidad?

Eugenio Canevari
A mí me interesaba exponer un tema de interés social para plantear una realidad que igual uno está acostumbrado a ver cercana en Barcelona, porque la imagen que uno tiene es muy distinta a como ello puede ser en realidad, ya seas un local o un extranjero incluso.
Esta película surge de una combinación de elementos, y en este caso el principal fue un curso de interpretación en el que formé parte como profesor junto a Melina Pereyra para la escuela Chroma Teatre y en el cual teníamos trece alumnos. Dado que yo no creía que pudiera aportar mucho a los alumnos como profesor de interpretación, porque yo tengo otra formación y no tenía mucho que ofrecerles, acepté la propuesta pero con el objetivo de realizar una película y a lo largo de las clases empezamos a construir el guion, para después filmar la historia definitiva al final del curso.
Durante el proceso creativo conocimos a la madre de una de nuestras actrices, hija de Stella, y ahí nos dimos cuenta que su propia historia era mucho más potente y quisimos darle visibilidad a este tema al comprobar que ella misma lo estaba pasando muy mal. Fue un proceso muy ágil todo, porque no podíamos esperar mucho tiempo. Todos los actores que están alrededor de Paco y Stella son actores del curso.
– ¿Entonces Paco no es actor?
Paco es la primera vez que se ponía delante de una cámara y Stella es la madre de Valeria, que es una actriz del curso. Nosotros lo que hicimos a partir de una historia real, fue construir un guion nuestro gusto y el de los actores, para que se desarrollara de una manera que les fuera fácil y con elementos inspirados en esa misma realidad.
– ¿Piensas que con solamente haber rodado en interiores se acentúa la parte más íntima y familiar?
La idea de hacer sólo interiores fue para crear una especie de clima claustrofóbico y para explotar la intensidad de lo que está pasando, porque es así como lo he vivido también. Tenía ganas de poder traducir esa sensación de agobio que se puede sentir al entrar en esa casa, la impotencia, la necesidad de cambio y de salir,… y por otra parte el encontrarte con una persona que no tiene ganas de salir y de ver el mundo.
– Valeria y Stella son argentinas y Paco es español. ¿Le dejas al espectador la posibilidad de que prevea algún choque cultural?
A mí no me pareció importante remarcar en la película de dónde era cada uno exactamente, porque para mí lo fundamental era la relación entre ellos como familia y lo que le pasa a un inmigrante cuando tiene una necesidad urgente de asistencia social. Especialmente cuando no puede trabajar y tampoco tener acceso a los servicios sociales.
©José Luis García/Cinestel.com