«Foto Estudio Luisita»; la gran fotógrafa del espectáculo argentino
Estreno en Buenos Aires
Se llama Luisa Escarria y nació en la ciudad de Cali (Colombia), donde quería ser monja, pero a los 28 años huye de la violenta situación que vivía su país y se instala en Buenos Aires junto a sus dos hermanas, su madre y su tía.
Conocida en muchos ámbitos del espectáculo por sus fotos de retrato, de escenarios y de tapas discográficas, su interés por la fotografía deriva de que su madre, Eva Iglesias, fue la primera fotógrafa que hubo en Latinoamérica, mientras que su padre, Luis Felipe Escarria, se convirtió en el primer paisajista fotógrafo de Colombia.
«Foto Estudio Luisita», título de este documental, es un recordatorio sobre cómo se llamaba el local que Luisa regentaba en la céntrica Avenida Corrientes, lugar donde pasaban a retratarse para la posteridad innumerables y famosas figuras del espectáculo porteño.
La película repasa cómo es la vida de esta mujer y descubre los recuerdos que tanto ella y quienes la rodean tienen, así como sin duda, lo tendrá el público que la vea, porque posee el hilo conductor de la evocación a partir de un relato familiar en un contexto entrañable y una música maravillosa de Guillermo Guareschi.
Igualmente, el filme pone el foco en la importancia de ese patrimonio fotográfico creado durante muchos años que es una memoria visible de varias décadas de creación artística argentina.
Los directores del film, Sol Miraglia y Hugo Manso, responden las preguntas de Cinestel:
– ¿Tienen la sensación de que su película completa o culmina la obra fotográfica de Luisita?
Sol: En realidad, comienza una nueva etapa en la obra de Luisita. La película fue el primer movimiento, digamos. El 19 de marzo se inaugura la muestra de parte de sus trabajos en la galería de fotografía del teatro San Martín. A fin de año está preparándose otra muestra en el Museo del Bicentenario. Además hay un libro que está preparando Juan Gatti (responsable del diseño de arte en las películas de Almodóvar) sobre el trabajo de Luisita.
Hugo: La intención de la película siempre fue la de acercar al público tanto el trabajo como la vida cotidiana de Luisita. Pensamos la película para poder cumplir la premisa más importante para nosotros: que las personas puedan conocer el mundo de Luisa y Chela, un mundo de perritos, canarios, tés por la tarde, boleros y una constelación de estrellas del espectáculo conviviendo con todo aquello.
– ¿Y quisieron que el documental diera a conocer ese ambiente tan familiar que envuelve esta historia?
Hugo: Sí, era fundamental que ambas cosas convivan en la película. Aunque el mundo de las hermanas, el del cotidiano, cargado de sencillez, dulzura y sensibilidad, es el que se puede ver en sus fotos.
– ¿Casi que ahora no nos damos cuenta de lo que significaba en otras épocas distintas a la nuestra ser una mujer que trabajaba de forma independiente?
Sol: Para Luisa fue doble el esfuerzo, porque no solo estaba el patriarcado dominante en el ambiente fotográfico sino que además la discriminaban por retratar el mundo del teatro revista; lo popular estaba muy mal visto dentro de ése ambiente. Una vergüenza.
Pero allí se puede ver la fuerza de Luisa para seguir adelante, aunque parezca una mujer pequeña y débil, ella demostró que tuvo una fortaleza enorme, y no le importo nada.
Hugo: Hace diez años, a Sol, los popes de la foto en la Argentina y muchos galeristas importantes le decían que las fotos de Luisita no le iban a importar a nadie, que el trabajo de Luisa era “oficio, de algo popular”. Una tremenda estupidez y sobretodo irresponsabilidad. Gracias a Dios, Sol no les dio ni cinco de bola y siguió adelante; esos mismos espacios ahora la llaman para mostrar el trabajo de Luisita… En fin, esperemos que el nuevo orden sea cierto, y que también ayude en general a la fotografía hoy.
– ¿Y cómo estimaron mejor aumentar el ritmo en la segunda parte del filme? Me pareció una idea genial.
Hugo: La primera parte trabaja más el cotidiano y la parte gruesa de su biografía. Después comenzamos a desarrollar más aquel mundo con personajes como las amigas, cumpleaños, bailes, el regreso al teatro Maipo y la parte final, con la muestra. Siempre tuvimos claro que al principio deberíamos manejar tiempos más dilatados para que el espectador pueda conectar con la esencia de las hermanas. Si uno las conoce, entiende de donde vienen tremendas fotos.
– ¿La buena acogida en el BAFICI de este documental les ha animado a lanzarse hacia futuros proyectos?
Sol: El haber ganado el premio del público en el BAFICI nos dio una satisfacción enorme, ahí pudimos entregárselo a Luisita y toda la sala del cine estaba de pie aplaudiendo, como se lo merece. Fue un momento muy sensible para todos lo que estuvimos trabajando por ese reconocimiento a ella y su trabajo.
Hugo: Gracias a Luisita nos conocimos con Sol. Ella me llamó un día y me mostró algunas cosas que había filmado sueltas… Eran las primeras imágenes de Luisita, Chela y Rosita. No lo podía creer. Con el tiempo nos fuimos viendo más seguido, empezamos a registrar juntos a las hermanas Escarria, escribimos el proyecto y lo presentamos al Instituto de Cine y ahí arrancó todo. Ya llevamos cinco años de pareja, filmando juntos.
Ahora estamos en la etapa de montaje de nuestra segunda película, un documental sobre el artista plástico y muralista Ricardo Cinalli.
©José Luis García/Cinestel.com