Entrevista a Matilde Michanie sobre su documental «Judíos por elección»

¡Qué difícil es ser judío! afirmaba con sarcasmo el escritor Sholem Aleijem. «Judíos por elección» es el relato de un grupo de buscadores empeñados en vivir tal «dificultad» y tratar de trascenderla.
Matilde Michanie («Licencia número uno») explica en Cinestel la manera en que configuró este trabajo de investigación sobre el terreno.
– ¿Cómo logró que estas familias le expresaran para las cámaras algo tan personal como es la opción de ingresar en una nueva fe religiosa?
Yo trabajo de una manera en la que establezco una relación «personal» con cada protagonista o protagonistas de los documentales que hago. Es una relación directa, intensa, a veces prolongada en el tiempo, a veces no, pero siempre es una relación donde el respeto y la confianza determinan lo que las personas quieren y pueden decir.
– ¿La confesión judía es la única del mundo que pone obstáculos a nuevos miembros cuyas raíces familiares no están dentro de esa religión?
Espero no equivocarme pero creo que sí, es una línea de sucesión directa a través de la madre. Aunque la línea reformista no coincide con ésto por ejemplo.
Digamos que se es judío por origen (familiar) pero también por conversión esa posibilidad existe desde que el pueblo judío es tal y esto está en la torá.
– Podría calificarse entonces como un cierto instinto protector.
De alguna manera aunque también tiene que ver supongo que con que la religión judía es una religión de acción y práctica constante, de estudio, no sólo de fe y por lo tanto ingresar implica aceptar esa práctica y comprometerse a ella.
– En España es sabido que un buen número de judíos ocultan su condición. Sin embargo, en Argentina parece que las decisiones personales son más diversas y en numerosos casos puede verse personas por la calle con su estética tradicional.
España tiene una historia particular respecto de los judíos, los conversos precisamente eran aquellos que debían ocultar su condición de tales. Quizás ese prejuicio siga flotando en algún lugar. Pero no todos los judíos son ortodoxos, o sea que muchos pueden serlo y nadie se daría cuenta que lo es. La Argentina tiene la comunidad judía más grande de Latinoamérica y hay representantes de todas las corrientes.
– ¿Usted, a la hora de plantearse la estructura de esta película, tuvo en cuenta que las familias tenían que ser lo más variadas posibles?
Muchas veces en el género documental uno plantea una idea y una estructura y la realidad ofrece o dispone variantes distintas de las que uno quiere. Sí, la idea era que tenían que haber protagonistas que hubieran optado por el judaísmo en las distintas corrientes.
– ¿Encontró muchas opciones donde elegir?
La gente que se convierte en general no quiere hablar de este tema, su condición anterior es parte de su pasado. Fue un camino también encontrar a quienes quisieran hablar, pero a la vez quienes lo hacen están orgullosos de serlo y lo demuestran.
– ¿Piensa que este tipo de documentales fomentan el conocimiento entre las personas?
Sí, pienso que es bueno conocer lo que se ignora, ayuda a superar prejuicios, revela nuevos universos personales, fomenta la tolerancia y la reflexión.
– ¿Qué apoyo recibió de las autoridades del INCAA para realizar este proyecto?
Del INCAA recibí todo el apoyo. Sin ese aporte no hubiera podido realizarlo en las condiciones de libertad creativa y de producción.
©José Luis García/Cinestel.com