Guillermo Pfening, actor argentino: «Los deseos constituyen el destino»

Desde que el cineasta argentino radicado en Brasil, Héctor Babenco, lo convocara en 1998 como secundario en «Corazón Iluminado», el actor argentino Guillermo Pfening ha tenido sobradas oportunidades de demostrarnos su certera pasión por el cine, donde ha participado en películas como «XXY», «Paco», «Wakolda» o «Nadie nos mira», la más reciente obra de Julia Solomonoff.
También fue notoria la traslación a largometraje que hizo como director en 2011 de un primer corto, «Caíto», rodado por él en 2004.
Con una larga lista de títulos en cine y televisión, este conocido intérprete argentino recala ahora en «Amando a Carolina», la nueva película que el productor, guionista y director Martín Viaggio acaba de estrenar en Argentina.
Sobre este nuevo trabajo suyo como protagonista, Guillermo responde las preguntas de Cinestel:
– «Vos te fuiste con toda la ilusión y yo me quedé con toda la pena», asegura Martín, tu personaje, en un momento dado del filme. ¿Consideras que la película es un conflicto entre el deseo y el destino?
Yo creo que son los deseos los que construyen el destino de uno. Lo que uno desea. El tema es que cuando esos deseos son deseos amorosos, ya entra en juego una cuestión mas dialéctica. Osea, si yo puedo desear ser actor y voy detrás de eso, claro que en el camino me encontraré con obstáculos a sortear. Pero si deseo a otra persona y esa persona no me desea, no hay mucho que pueda hacer. «Amando a Carolina» refleja en cierto punto lo difícil de conectar con alguien de una manera más genuina, sin tanta mente, sin tanto discurso interno.
– Visto desde el lado del espectador se le puede encontrar algo de humor al relato. ¿Crees que fue también esa la intención de Martin Viaggio?
Sí, era un poco la idea. Tiene algo de «looser» Martín, algo absurdo.
– La expresión facial y corporal es igualmente importante porque ahí está reflejada la mirada del otro. ¿Hubo ensayos previos entre los actores en ese sentido?
Los ensayos eran en el set, no hubo ensayos fuera del set. Fue una película muy guerrillera, éramos 20 personas en el lugar de rodaje. Muy a pulmón, muy familiar.
– Fíjate que tu personaje anterior a éste, en «Nadie nos mira», tiene algunos puntos en común con el de «Amando a Carolina», aun cuando hay también bastantes diferencias sustanciales, como por ejemplo la orientación sexual.
¿Percibiste esas similitudes y diferencias o nunca te fijas en esas comparaciones?
No, la verdad que nunca pensé a estos personajes juntos. Tampoco pienso a los personajes en cuanto a su orientación sexual. Uno ama o no ama. No importa qué sexo ama. Lo mismo pienso en la vida.
– Viéndote trabajar en Brasil y poco antes en los Estados Unidos, es casi inevitable pensar en esa internacionalización. ¿Estarías dispuesto a hacer un salto y actuar en algún otro momento fuera de la Argentina?
Sí claro, trabajé en Colombia, Italia y Bolivia también. Sueño con trabajar en España, admiro a muchos directores españoles, como Julio Medem, Eduardo Casanova, Almodóvar y tantos otros.
©José Luis García/Cinestel.com