Entrevista al director de «Wiñaypacha», Oscar Catacora
El director peruano Oscar Catacora recién pasó por Madrid y Barcelona para promocionar la candidatura de su película al Goya a la mejor película iberoamericana. «Wiñaypacha» es un filme sensible y conmovedor que muestra aspectos actuales de una cosmovisión andina, a través de una pareja de ancianos de más de ochenta años que viven en un lugar remoto del Perú, abandonados a más de 5000 metros de altura.
Catacora parece haber querido acercarse a toda una realidad dolorosa, como puede ser la pérdida de vínculos con una cultura ancestral, a través de un relato de pura ficción que cuenta con un elaborado mantenimiento del relato y con un ritmo pausado narrativo encomiable.
Es la primera ocasión en que el Perú produce una película hablada en lengua aymara en su totalidad.
Además de los reconocimientos recibidos en su propio país, esta historia recibió también los premios a la mejor ópera prima, fotografía y FEISAL en Guadalajara (México), otro más en el Festival Presencia Autóctona de Montreal y, además de postularse en los Goya, fue presentado por Perú para representar al país en los próximos premios Oscar.
La identificación del director con la cultura aymara, así como con su universo mítico y sus problemas, fue clave para que este proyecto se llevara a cabo en una puesta en escena que parece haber llevado bastante tiempo de ejecución.
Oscar Catacora responde las preguntas de Cinestel:
– ¿La historia de la película tiene que ver con la de tus ancestros?
Un poco, pero no del todo. Tomé como una premisa básica una pequeña experiencia de mi vida, pero a partir de ahí empecé a crear todo un universo donde se desarrolla la historia, que fue reforzada con mi cercanía con mis abuelos cuando hice mis prácticas profesionales en Comunicación para el Desarrollo en las zonas alto-andinas.
– Para mí, quizá lo más importante del filme sea las implicaciones que ha tenido el éxodo de la gente hacia la ciudad. ¿Esa era tu idea desde un principio?
Sí, sobre todo la película es una denuncia social, ya que en la actualidad y desde hace un buen tiempo, los jóvenes han empezado a migrar hacia la urbe para poder especializarse con una profesión o dedicarse a alguna otra actividad comercial o mercantil. Han decidido quedarse en la urbe y olvidarse de su zona de origen, donde se han quedado los padres, quienes han envejecido por los años y en muchas ocasiones trágicamente han perecido en la soledad.
La idea era abordar este tema y de alguna manera exponerlo hacia la sociedad, generando una corriente de reflexión y de opinión.
– Igualmente me parece que «Wiñaypacha» es una llamada de atención hacia la desprotección que las comunidades indígenas han tenido históricamente del Estado peruano y de otros también.
Sí, en Perú lo que sucede es un mal manejo de algunas instituciones a la hora de proteger o asistir adecuadamente a estas poblaciones vulnerables, a este grupo de personas que realmente necesitan un apoyo por parte del Estado.
Lo que hacemos con la película es tratar de visibilizar esta problemática para que la sociedad tome conciencia.
– También me resultó llamativo el hecho de que estas personas que nunca han actuado en una película, hayan sido manejadas de cara a la dirección de actores de la manera tan positiva que tú lo has hecho. ¿Cómo conseguiste que tus personajes, representados por debutantes, resulten creíbles?
Lo que hicimos fue ensayar bastante. Fue un trabajo de alrededor de seis meses, aunque no se pudo ensayar de manera continua ya que son personas de mayor edad y solo podíamos hacerlo dos o tres veces a la semana. Durante el día se hacía un ensayo de una o dos horas por la mañana y ese mismo tiempo por la tarde, de tal manera que se extendió por un buen tiempo, necesario para poder consolidar la capacidad de ellos en su proceso de aprendizaje como protagonistas de la historia.
– También creo que tu película contribuye en cierto modo a poner en evidencia lo que es la falta de educación y el respeto por un modo de vida que siempre fue sostenible. Por ejemplo, en Lima hay quien cree que los «cholos» roban y cosas por el estilo, cuando eso no es cierto.
La verdad es que a veces es lamentable que mucha gente piense de esa manera. A veces creemos que en esas pequeñas comunidades está la reserva moral que requiere el mundo, porque los valores que precisa la humanidad están presentes.
Para mí es sumamente importante que estas manifestaciones culturales se expongan ante la sociedad.
– Comenzaste siendo fotógrafo y me parece que la película refleja esa experiencia tuya y ese gusto por la fotografía. ¿Fue de lo que más cuidaste a la hora de rodarla?
Lo que hice en cuanto a la imagen de «Wiñaypacha» fue tratar sobre todo de reflejar mi gusto por la fotografía, ya sea por ejemplo tanto por la estática como por la cinematográfica.
En este tema, admiro mucho a Martín Chambi, que es un fotógrafo indígena muy conocido en Perú, quien a través de su fotografía ha documentado la forma de vida o el contexto de ese entorno. Entonces lo que yo trato hacer es de alguna manera seguir los mismos pasos para poder documentar y acercarme a lo verídico, con el fin de expresarme y exponerlo ante la sociedad.
– ¿Servirá tu filme para que se rueden más historias en lengua aymara en el Perú?
Sí, el gobierno de Perú, a través de su Ministerio de Cultura ha creado un nuevo concurso de proyectos cinematográficos en lenguas originarias, con lo que busca promover esa producción, y el cual ya viene dando sus primeros resultados. Entonces, creemos que a través de la producción cinematográfica lo que se está haciendo es tratar de revalorar y rescatar las lenguas originarias y las costumbres ancestrales que posee cada pueblo.
– Y desde tu posición como cineasta peruano, ¿crees que Perú necesita una Ley de Cine que sea efectiva y que se pueda aplicar con un reglamento?
Sin duda es necesaria una Ley de Cine, pero hablar sobre ello es un tema sumamente complicado. El gobierno promueve de alguna manera lo que es la libre competencia, es decir, el libre mercado, y como que a veces la Ley de Cine viene a promover todo lo contrario, el proteccionismo del nuevo cine, que en muchas ocasiones podría ser necesario para que la cinematografía de un determinado país en su modo de producción, despegue, pero que a la vez no se lo permite lo que es la libre competencia.
Recordemos que las cadenas de cine existentes en el Perú pertenecen a una entidad privada, y como tales tienen sus propios intereses. Es muy complicado abordar este tema.
– Pero desde la distancia se percibe que ustedes en el Perú están intentando hacer una cohesión del cine, aunque hubo una especie de escalón cuando entró a gobernar Ollanta Humala y han pasado cosas como la dimisión del ministro Salvador del Solar. ¿No sería necesario en tu país que el sector del cine se cohesionara mejor?
Yo creo más en la capacidad de producción que tienen los realizadores. Vivimos en un Estado de derecho y de libre competencia, como decía, y opino que el modelo que más se ajusta en esta situación es que los realizadores tengan una capacidad de poder producir con calidad, pero también pensando en el entretenimiento que busca el público. Aunque yo sí creo en un buen cine que también tenga espectadores.
©José Luis García/Cinestel.com