«La Pasión de Michelangelo» de Esteban Larraín; la historia del vidente de Villa Alemana
El director chileno Esteban Larraín aborda en este film una crónica novelada basada en un hecho real que en 1983, en plena dictadura de Pinochet, conmocionó a la sociedad chilena cuando un muchacho de 14 años decía hablar directamente con la Virgen María. Patricio Contreras, Catalina Saavedra y Sebastián Ayala son los protagonistas.
Larraín investigó el caso de aquel vidente del que se decía que había producido milagrosas curaciones, hablaba en idiomas desconocidos, levitaba y hacía apocalípticas profecías ante una multitudinaria concurrencia de peregrinos de todo Chile a los que se unían aquellos dispuestos a sacar provecho del acontecimiento.
Lo que definitivamente resultó ser una gran farsa, es retratado por el realizador chileno en un tono dramático enfocado a partir de las sospechas que la iglesia católica tenía desde el principio cuando envió a un párroco de Santiago a investigar, encarnado en la película por Patricio Contreras, y los oscuros manejos de la policía secreta de la dictadura que protegió a Michelangelo en los asuntos más nimios y que hasta en algunos momentos lo escolta para abrirle paso frente a los fervorosos creyentes.
La pantomima que mucha gente ya deducía fue confesada por sus protagonistas veinticinco años después, en 2008, dando detalles de esta historia tan absurda como trágica, oscura y exagerada, en una mezcla de crueldad e ingenuidad. El film es una coproducción de Chile, Argentina, Francia y Alemania y recibió apoyos de los principales fondos de ayuda al cine como son Ibermedia, Fonds Sud, World Cinema Fund, Incaa y el Fondo Audiovisual del Consejo de la Cultura de Chile.
El director de «La pasión de Michelangelo» nos cuenta más acerca de sus intenciones:
– La religión es una herencia que ustedes recibieron del colonialismo. ¿Cree que se ha utilizado como instrumento para manipular?
Normalmente las religiones cumplen el rol de dotar un sentido al caos de la vida y en el caso del catolicismo, durante décadas otorgó una justificación a las penurias de la existencia humana y la injusticia social sobre la base de ideas como “la voluntad de Dios” o que seremos recompensados en otra vida. Esto resultaba en una barrera a cualquier impulso para cambiar el estado de la cosas y ayudaba a perpetuar el ideario conservador (entiéndase regímenes monárquicos, diferencias sociales, diferencias de género, etc). Afortunadamente, el catolicismo en la segunda mitad del s.XX sufrió un aggiornamiento que puso durante un tiempo al catolicismo como una religión de vanguardia respecto a la noción de que se debe combatir la injusticia acá en la tierra. Pero esa visión fue luego relativizada con éxito por las corrientes conservadores de la Iglesia, hasta la llegada del sorprendente Ratzinger y del actual Papa quien al parecer dará mucho que hablar.
– Miguel Angel no nació en acorde a su identidad real y es un travestido pero, ¿no cree que el travestismo también existe en otros terrenos sociales como el de las ideas o el de los trabajos que no gustan?
Actualmente, el travestismo campea en todos los ámbitos del quehacer humano. Travestismo social y político. Ir por la vida cambiando ideas o convicciones como quien cambia de sombrero, para amoldarse a la situación. Ya lo dijo Marx : “estos son mis principios… si no les gusta, tengo otros”.
– También su protagonista llega a un extremo vanidoso y arrogante. Parece que comportarse así cuando se cree tener poder es una parte ineludible de la condición humana.
El envilecimiento que provoca el poder es legendario (“…el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”). En el film, Miguel Angel es al fin y al cabo solo un muchacho, y su cambio de personalidad está dada tanto por el poder repentino que adquiere como por esa sed de venganza que acumuló al ser durante toda su vida el último eslabón de la cadena.
– Retrata usted a los habitantes de un pueblo con mucha necesidad de afecto. ¿Eso los llevaría a decir que sí a todo?
Con mucha necesidad de afecto y también de reconocimiento. Naturalmente, ese pueblo es el reflejo de estado del país en esos años: un país golpeado, maltratado, amenazado y humillado. Estamos hablando de un país también mucho más provinciano y rural, donde un evento como la mismísima aparición de la Virgen María resolvía y daba sentido a una serie de temas pendientes. Así las cosas, era muy difícil dudar o decir “no” a la Virgen María.
– ¿El personaje de Patricio Contreras vendría a representar las contradicciones humanas en esta película?
En el film, el conflicto del Padre Ruiz-Tagle refleja justamente este enfrentamiento entre fe y razón: una persona creyente pero a la vez erudita cuyo propio cartesianismo y la cruda realidad que vive día a día, se enfrenta a la versión más espúrea de la religión: el fanatismo. Pero al mismo tiempo, este fenómeno popular al que asiste le ofrece pruebas al parecer irrefutables de la existencia de algo milagroso. El rostro de Dios que durante años buscó en el rostro de los más necesitados, se le aparece ahora en este muchacho ladino y mentiroso.
– ¿Por qué prefirió dejar los aspectos políticos de ese momento en un segundo plano?
Se me hacía muy simple y fácil venir 30 años después a hacer el “scoop” de que todo se trató de un montaje, siendo que desde esos mismo años la teoría del complot estuvo en el aire. Me desafiaba más dejar el tema político como parte del telón de fondo de la historia y centrarme en cambio en la construcción de un relato más mítico y simbólico acerca del auge y caída de un falso profeta, usando códigos del thriller religioso para hacer en definitiva un film de calidad pero asequible a un público masivo.
©José Luis García/Cinestel.com