Una propuesta intimista e innovadora. «Karen llora en un bus», de Gabriel Rojas Vera

Proyectada en el Fórum del último Festival de Berlín y estrenada con éxito en Colombia, «Karen llora en un bus» es un film que expresa que luego de diez años de vivir en una «jaula de oro» y de haberse dedicado por completo a su marido, Karen (Ángela Carrizos) se da cuenta de lo que ha dejado atrás.
Harta de todo, decide abandonar a su esposo y partir. Con sus ahorros alquila una habitación en el centro de Bogotá y trata de conseguir un trabajo, pero su edad e inexperiencia hacen que sea imposible. Pronto tendrá que decidir entre volver a su antigua estabilidad arriesgando la nueva libertad adquirida o, por primera vez, enfrentar por si misma la crueldad de la vida.
Es ésta la ópera prima de Gabriel Rojas, egresado de la Escuela Nacional de Cine de Colombia, una película que presentó en Cartagena y que viene a dar un vuelco a las tan trilladas temáticas de narcotráfico y violencia en ese país para adentrarse en una historia sencilla con la única pretensión de mostrar la necesidad que muchas mujeres tienen de liberarse de ciertos prejuicios y condicionamientos de una sociedad dominada por el hombre.
Gabriel Rojas Vera es a la vez director y guionista de esta película y cuenta a los lectores de Cinestel cómo pudo adentrarse en la más profunda idiosincrasia de un personaje femenino desde su punto de vista masculino:
«Explorar el género femenino para mí era un reto desde que empecé a escribir el guión y obviamente encontré un handicap al tratar de meterme dentro de la piel de una mujer y sentir sus dificultades pero para ello usé varias anécdotas y vivencias que he tenido con mujeres que me han contado todo respecto a ellas, sus miedos, sus crisis, sus anhelos,… y entonces a partir de ahí empecé a escribir la historia sobre una mujer como si hiciera un test en el que incluyera ingredientes con los que ellas se sintieran muy identificadas».
– Teniendo en cuenta que la situación de la mujer ha ido mejorando en diferentes lugares del mundo, es evidente que la película ahonda en la idea de que muchas de ellas se encuentran en la necesidad de liberar insatisfacciones ante una sociedad eminentemente machista y, concretamente, en este caso la liberación se produce a través del divorcio y a partir de ahí trata de buscar otros caminos más satisfactorios.
Yo no pretendía describir una problemática social sino que simplemente era como una anécdota particular, pues a Karen le sucede eso y de pronto se siente con la necesidad de liberarse, en este caso a través del divorcio pero podría ser en cualquier otra situación. La liberación es una necesidad del ser humano, no solamente de las mujeres sino también de los hombres a quienes puede llegarles el momento en que se sientan frustrados por algo y necesiten lanzarse a luchar por sus sueños y por su liberación.
– En los hombres de «Karen llora en un bus» se observa una cierta torpeza, incluso que ciertos personajes parece que carecen de fuerza narrativa. ¿Esto lo hizo usted conscientemente para dotar de más preponderancia a la parte que tiene que ver con la protagonista?
Karen es la columna vertebral de esta historia y, de hecho, es quien aparece en todas las escenas. Más que torpeza lo que siento es que a veces los hombres no tienen la sensibilidad de entender la problemática de la mujer y en este caso sí que puede resultar un poco torpe pero lo que ocurre es que no entienden cual es la verdadera necesidad de Karen tanto por parte de su esposo como de su nuevo amante. En cierto sentido yo intenté que se notara que la protagonista tuviera cierta culpabilidad de auto-sometimiento, entonces ella sabe que no está lista totalmente para asumir una relación nueva porque va a repetir la historia que tuvo con su esposo y un poco ella también hace que de alguna manera se auto-someta. Yo creo que hay un poco de las dos cosas y si me permite un poco de autocrítica, sí que faltó darle un poco más de profundidad a los perfiles masculinos en la historia. Eso lo han notado en algunas críticas que me han hecho y en próximos proyectos procuraré nivelar ese tipo de perfiles.
– En estos casos concretos, la mujer casi siempre suele encontrar ayuda en una amiga, tal como ocurre en la película, antes que recurrir a hombres que mayoritariamente no saben ponerse en esa situación.
En el caso de Patricia, la amiga, en un momento se transforma en la versión femenina totalmente contraria a Karen, tiene cierto peso en la decisión de irse y hay cosas que en el mundo real son más crudas y más fuertes por lo que hay que romper ciertas barreras aunque ambas comparten muchas más cosas. Ella quiere rescatar a Karen pero finalmente termina queriendo rescatarla de una forma tal que parece que se va a repetir la misma historia. Lo que quiere Karen es ser una persona que puede ser autónoma en su propia forma de vida.
– Usted no quería contar con actores conocidos y Ángela Carrizo tiene una actuación protagónica que ha sido muy elogiada. ¿La conocía ya anteriormente a esta actriz?
No, digamos que ninguno de los actores es reconocido en mi país. Sí que han hecho actuación porque son actores de teatro que han hecho algunas cosas en televisión y yo quería encontrar caras nuevas.
Yo creo que esta película en Colombia es muy importante porque toca unos temas totalmente distintos a los que usualmente se tocan en el cine colombiano donde se describen grandes conflictos nacionales del los problemas de narcotráfico y del conflicto armado, la guerrilla, los paramilitares, etcétera,… pero esta historia es muy universal y ese respiro en el cine colombiano ha ido muy bien.
Ángela estuvo viviendo en San Francisco, en los Estados Unidos, se hizo un cásting y ella mandó un portafolios que nos pareció interesante y luego me mandó un compendio de sus actuaciones en cortometrajes y en audiovisual, vi que tenía talento y vino y nos conocimos para hacer la película.
– La película contó con la inestimable ayuda de Cine en Construcción, pero es que además también estuvo en el Foro de Berlín, algo que me imagino que para usted sería sorprendente al conocer esta noticia.
Fue completamente inesperado y un logro que no estaba dentro de los planes y más siendo mi ópera prima. Yo soñaba con ver mi primera película en la pantalla gigante exhibida pero nunca seleccionada en un festival tan importante como es el de Berlín.
Creo que este logro se lo debo también a todo el equipo técnico, a los actores, a los productores. Fue una sorpresa para todos pero también un placer y estamos muy contentos de haber estado ahí y a partir de eso cualquier cosa es ganancias. En Berlín mucha gente entendió la historia, la compredieron porque es una historia que puede pasar en cualquier lado del mundo.