Entrevista a Lucas Santa Ana por «Como una novia sin sexo»

Estreno en Argentina
Lucas Santa Ana egresó hace tiempo en la ENERC de Buenos Aires como guionista y también estudió dramaturgia, actuación y dirección, una combinación de interés suyo y dedicación que le lleva a la dirección de películas como «Como una novia sin sexo», un filme que desarrolla las vicisitudes de una salida de tres veinteañeros para acampar durante unos días en una localidad costera. Santa Ana aborda una historia en la que los jóvenes viven esa experiencia que, sin habérselo propuesto a priori, les obligará a iniciarse en algunas cosas y a buscar ciertos límites difusos que la vida misma va interponiendo en su camino casi sin que se den cuenta. La casual coincidencia con una chica vendrá a poner a prueba varios temas afectivos que sobre todo a esa edad pueden prestarse a distintos niveles de confusión. Compañía, amistad y posibilidades de sexo forman parte de este juego de sensaciones contradictorias y deseos.
Rodada en Villa Gesell, el realizador muestra aquí su dominio narrativo al que se suma las buenas actuaciones de los cuatro miembros del elenco: Javier De Pietro, Agustín Pardella, Marcos Ribas y Luana Pascua.
Lucas Santa Ana responde las preguntas de Cinestel:
– La película está ambientada hace 20 años. ¿Cuánto tiene de experiencia personal este guión que has co-escrito?

Lucas Santa Ana
Allá por el 2001, empecé a soñar con esta historia. Está inspirada en mis vacaciones con amigos a la costa argentina cuando era adolescente en los 90. Pero mi historia personal es muy distinta a lo que escribimos junto a Diego Mina.
En la película se cuenta la historia de tres amigos que se van de camping para reforzar una amistad endeble. Ellos no saben que es así, pero a medida que avanza la historia los sentimientos se confunden. Para no hacerse cargo de lo que le pasa, uno de ellos se pone de novio con una chica del camping y ahí se empieza a complicar más la trama.
Mi experiencia personal sólo funcionó de punto de partida e inspiración solamente y como contexto histórico y geográfico de la película.
– ¿El culto a la imagen en video que practican algunos personajes tiene que ver también con tus vivencias?
Mi hermano mayor compró una cámara de video compacto en los 90 y la usamos mucho. Fue al mismo tiempo que yo empecé a estudiar teatro. Creo que ha influenciado un poco, pero no lo tuve en cuenta al momento de escribir la historia.
La cámara la pensamos en el guión como un elemento testigo de lo que a los chicos les pasa y que con el devenir de la película, se vuelve un símbolo de la relación de amistad.
– ¿Crees que es una historia de introspección y de búsqueda de vínculos externos al mismo tiempo?
Los personajes están en un viaje de iniciación y autodescubrimiento. No saben lo que les pasa hasta que les pasa. Y una vez que están frente a sus propios deseos, deben tomar decisiones fuertes. La introspección funciona como motor de lo que sucede con los vínculos de los personajes.
– ¿Y el punto de vista homófobo que aquí se ve es distinto ahora y por eso ambientas el filme en los años 90?
Sí, se me hacía anacrónico pensar este historia en la actualidad. La homofobia existe, no ha desaparecido y seguimos luchando para erradicarla. Pero me interesaba mucho más la culpa y los sentimientos de confusión que viven en el interior de los personajes. Eso era mucho más intenso en los 90, cuando apenas en nuestro país se empezaban a visibilizar los homosexuales, lesbianas y trans.
– Creo que tienes un documental por estrenar. ¿Qué es lo que exploras en él?
Sí, el documental se titula “El Puto Inolvidable. Vida de Carlos Jáuregui” y es una biografía del principal activista gay de los 80 y 90s y su lucha por la visibilidad del colectivo LGTB y la búsqueda de leyes de igualdad y no discriminación.
Es una historia testimonial que escribimos con Gustavo Pecoraro, amigo y compañero de Carlos Jáuregui. El documental comienza narrado por Gustavo, pero se va abriendo a otras voces de amigos y compañeros que se sumaron a la lucha de Jáuregui. El objetivo de la película es volver a visibilizar la figura de Carlos Jáuregui y de los primeros años del movimiento LGTB en la Argentina.
©José Luis García/Cinestel.com