«A farra do circo» de Roberto Berliner y Pedro Bronz; la explosión creativa

Una de las entidades que más ha influido en la escena cultural de Río de Janeiro (Brasil) ha sido el Circo Volador por donde se calcula que pasaron alrededor de 200 artistas de todas las áreas de la interpretación: música, teatro, baile, payasos,…, algunos de los cuales fueron y son muy famosos. Roberto Berliner había grabado en cintas de VHS con su cámara casera montones de horas de actuaciones que ahora ha editado junto a Pedro Bronz en este documental que va desde la inauguración de tan emblemática entidad en el año 1982 hasta el mundial de fútbol celebrado en México en 1986, que sería la época dorada del grupo.
La película es una sucesión de distintos vídeos que, si bien tienen poca calidad de imagen, son todo un testimonio vivo de cómo se forjaron aquellos artistas que creían en la libertad en el medio de la dictadura y que poco a poco fueron alcanzando una inusitada efervescencia que nadie supo predecir con antelación. Entre aquellas jóvenes e incipientes promesas, podemos ver en el film actuaciones de Gilberto Gil o Caetano Veloso y hasta vemos y escuchamos la declaración entusiasta del cineasta Joaquim Pedro de Andrade quien en el año de constitución de este impresionante grupo había escrito, producido y dirigido el último de sus filmes, «O homem do Pau-Brasil».
Los primeros veinte minutos de «A farra do circo» son una cadena de actuaciones musicales de distinto tipo, entre las que encontramos incluso el heavy metal. Seguidamente tenemos un collage sobre las dificultades que se encontraron en sus inicios en la playa de Arpoador, en Ipanema, a partir del 18 de agosto del 82, su lucha por el mantenimiento de un edificio histórico que iba a ser derruido, y una mezcla de diferentes actuaciones que incluían también streap-tease y algunas preguntas provocativas dirigidas al público con sumo descaro y desparpajo. Igualmente vemos una escena de la famosa humorista, cantante y comediante Dercy Gonçalves despotricando contra la política cultural que llevaba a cabo el gobierno brasileño en aquellos momentos.
Obviamente, el formato de la película no es el panorámico y la calidad visual deja mucho que desear en algunos momentos. Todo son grabaciones de la ‘TV Video Pobre’ de Roberto Berliner y en algunos pocos fragmentos se percibe también por el sonido estridente y distorsionado que la batería de la cámara VHS se estaba empezando a agotar, pero en general eso no afecta tanto por el interés como documento histórico de quien quiera saber más acerca de cómo se movía aquella gente que constituyó una cooperativa para llevar adelante este proyecto creativo con nacimiento un día cualquiera y que se convirtió en algo muy grande con ingredientes tan dispares como pueden ser el punk o la figura de Sergei, un imitador de Mike Jagger muy parecido físicamente pero sin los consabidos morritos.
«A farra do circo» finaliza su exposición en lo que significó el primer declive importante de esta numerosa formación de artistas, pues su viaje a México para actuar durante el mundial futbolístico de 1986 sirvió para darse de frente con otra realidad que no comprende de su «poesía radical», que es como alguno de ellos lo autodenominó. Llegaron al D.F. en un Hércules de la fuerza aérea del ejército brasileño en el que iban todos ellos y su material de trabajo, pero una vez allí se enteraron de que la multinacional Coca Cola les había retirado su apoyo para el evento, al considerar que no habían viajado las estrellas tipo Roberto Carlos con las que suponían que iban a contar. Eso hizo que tuvieran problemas para poder alojarse en algún lugar de la capital azteca y fue un duro golpe del que los cariocas tardaron en recuperarse.
El documental fue merecedor del Premio especial del jurado del Festival Internacional de Cine de Río de Janeiro 2013 (Brasil).
©José Luis García/Cinestel.com