FELCIT, Festival Latinoamericano de Tigre: entrevistas a directores

La segunda película de la colombiana Libia Stella Gómez Díaz titulada «Ella» consiguió en Tigre (Buenos Aires) el premio a la mejor película en su primer Festival Latinoamericano de Cine (FELCIT). El filme también obtuvo el Diploma al Mejor Actor para Humberto Arango. Hubo una Mención a la innovación narrativa para Carlos Armella (México) por «En la Estancia» y otra del jurado para «Raúl» de Matías Venables (Chile). El Diploma a la Mejor Actriz lo recibió Silvia Nudelman de «No hay tierra sin mal», y el de Mejor Fotografía, Martín Frías por «Amor, etc». En la categoría Cortometraje Latinoamericano resultó ganador “Plato Paceño” de Carlos Piñeiro (Bolivia), y «El valle interior», de Alejandro Telémaco Tarraf (Argentina) en el de cortos tigrenses. En Cinestel pudimos entrevistar así como recabar y resumir declaraciones públicas de los directores a lo largo del tiempo que duró el festival.
ENTREVISTAS
Belén Bianco sobre «No hay tierra sin mal»
– La historia de Anita es de búsqueda del amor y de iniciación. ¿Mostraste sencillez -aparente- para que sea en principio reconocible por los espectadores?

Belén Bianco
Creo que tenía la intención de hablar de un estado de las cosas y no de eventos extraordinarios. La necesidad de amor parte de una cotidianidad que abruma a los personajes, que los deja sin reacción o que los hace moverse por inercia.
– «No hay tierra sin mal» es un acertado relato sobre la soledad, tanto de Anita como de la mucama Silvia, e inclusive sobre la formación de gustos personales. ¿Quisiste resaltar las dificultades que tiene esta chica para encontrar su lugar en el mundo?
Intenté trabajar en Ana la tensión constante que se genera entre lo que quiere ser y lo que debe. Creo que es un personaje que busca incansablemente formar parte pero al mismo tiempo le es muy difícil saber cómo responder a las exigencias de los demás. Por otro lado, me interesa reflexionar sobre la condición y el lugar que ocupa la mujer en la sociedad, lo siento una necesidad y un deber.
– Rodaste en fílmico, el formato de siempre que ahora va siendo sustituido por el digital. ¿Fue porque disponías de película o lo hiciste por conservar esas texturas?
Rodar la película en S16mm fue una decisión pero también algo que se dio naturalmente. Desde que empecé a escribir el guión imaginé volver a mi adolescencia y a mi ciudad de esa forma. Nunca me cuestioné el formato. Estaba por cumplir 20 años y me encontraba estudiando en la Universidad del Cine, donde fui educada en el fotoquímico, llevaba dos cortometrajes dirigidos y todos los proyectos en los que había participado, ya sea en asistencia de dirección o en producción habían sido rodados también en ese formato. En ese momento, sentía que era la única forma de hacer cine. No solo quería conservar esas texturas, sino que además me llamaba el vértigo de no poder ver lo que estaba haciendo.
Gladys Lizarazu sobre «Amor, etc.»
– ¿Entre los temas que trata la película, la adaptación al mundo urbano y las conexiones con el vecindario sería uno de los principales?

Gladys Lizarazu
Sí, es una mirada muy particular sobre cómo viven el amor algunas parejas puertas adentro y cómo eso afecta la interacción que tienen con el afuera. En este caso concretamente tenemos una pareja que vive en una burbuja, porque ellos, en tanto pareja o núcleo cerrado, están mimetizados y como pareja funciona muy bien, pero cuando interactúan con el afuera, ya sea porque el afuera los invade o porque tienen que salir solos, (sin el otro), aparecen los conflictos. Esto pone en evidencia la imposibilidad de operar por fuera del núcleo de la pareja, y ahí es donde aparecen las cuestiones no resueltas que tienen que ver con cada uno de ellos en particular y como los afecta. El afuera los interpela y cuanto más protagonismo comienza a tener en sus vidas es cuando la relación se empieza a resquebrajar.
– Viendo la película se puede deducir que cada uno de ellos dos vienen de respectivos problemas en sus familias. ¿Lo contemplaste así a la hora de escribir el guión?
Si ellos acarrean temas familiares no resueltos, eso los une y de alguna manera se convierten en su propia familia, como si eso los absolviera de hacerse cargo de los temas que tienen pendientes, de crecer como personas. En este sentido ambos personajes tienen una resistencia a madurar, sobre todo Dib que con casi 40 años aun le hecha la culpa al mundo de su fracasos. Y al primer inconveniente con sus vecinos lejos de encontrar la forma de convivir como adultos, o hacer el mínimo intento, se enfurece, grita y se da por vencido.
– El elenco en general, no solo los protagonistas, trabajan con mucha credibilidad en esta película. ¿Cómo conseguiste formar este grupo cohesionado de actores?
Yo había visto algunos trabajos de María Canale, que es la actriz principal que interpreta a Lisa, y de Alberto Rojas Apel, quien interpreta a Dib y pensé que ellos podían ser los protagonistas de esta película.
La primer versión del guión la había escrito hace mucho tiempo por eso a la hora de realizarla hice una nueva lectura, necesitaba verla desde otro lugar, desapegada de aquel primer momento de concepción. Necesitaba imaginarla de nuevo, pensarla en términos visuales y eso me llevó a entender que era una película de actores. El desafío era encontrar aquellos intérpretes que fueran capaces de darle vida en toda su dimensión a de cada uno de los personajes.
Con Maria y Alberto ensayamos bastante antes de arrancar el rodaje, nos juntábamos dos veces por semana y fue algo que sostuvimos alrededor de dos meses. Era necesario ir construyendo el vínculo entre ellos dos, encontrar “la pareja”, su dinámica, sus tiempos. Los ensayos ayudaron a lograr esa afinidad y generaron una dinámica de trabajo muy linda en la que ambos actores se sentían muy cómodos. Cuando empezamos el rodaje, teníamos mucho ganado porque realmente había una relación entre ellos y eso era fundamental para que la película funcione. De hecho hizo que el rodaje se vuelva un momento muy atractivo y creativo para todo el equipo. Ellos estaban tan sueltos en el set que proponían cosas y yo dejaba que la cámara siga grabando sin avisarles, no daba el corte y ellos seguían, incluso les proponía situaciones para que improvisen y lo hacían. Varias de las escenas de la película las trabajamos así.
Con el resto del elenco no tuve posibilidad de ensayar, los fui convocando a medida que filmábamos de manera bastante espontánea y así se iban incorporando a la historia. Eran en su mayoría actores cuyo trabajo yo conocía o con los que había trabajado alguna vez. En Argentina tenemos muy buenos actores y es bastante fácil trabajar con ellos porque es gente muy apasionada de lo que hace y muy generosa también.
DECLARACIONES
Libia Stella Gómez Díaz sobre «Ella»
«Lo que me inspiró en primera instancia fue una pieza teatral para radio que conocí hace mucho tiempo. No la adapté, pero el leitmotiv fue esa imagen de un anciano que arrastra una carreta con el cadáver de su mujer en busca de los medios económicos para darle el final digno que ella se merece. Digamos que como en toda situación de indolencia que hemos caído en Colombia, de preocuparnos muy poco por lo que le pasa al otro, hay tanto dolor y tanta muerte que vemos muertos en el noticiero y cambiamos el canal porque estamos cansados de tanta violencia, y eso ha logrado que nuestra sociedad se vuelva muy insensible frente a lo que les pasa a los demás. Esta película va hacia la necesidad de recuperar la solidaridad del uno por el otro y a combatir la indolencia que se ha apoderado de todos nosotros».
«Hay varias ‘ellas’ dentro de la película en unas historias muy femeninas pero con un hilo conductor que es Alcides, un personaje masculino. Quise hacer un homenaje a las mujeres a través de un hombre que ha vivido una vida en la que ha ignorado bastante a su mujer y a su papel dentro de la vida y la sociedad. Al morirse Georgina, esa muerte significa para Alcides un gran aprendizaje sobre lo que ella le daba, lo que significaba para su vida, y ahí entiende el valor que tenía ella en todo su entorno».
Carlos Armella sobre «En La Estancia»
«Inicialmente, la intención era hacer un documental sobre los últimos habitantes de estos pueblos abandonados, y se fue generando en mi cabeza esta otra parte que yo no sabía si la iba a poder documentar, que más bien creo que pertenecía a la historia del fuera de cámara, a lo que iba a ser una película de ficción. Al final se me conjuntaron las dos ideas, la de documental y la de ficción, que para mí eran parte de un mismo proyecto, entonces a la hora de escribir el guión sabía que tenía que ser muy riguroso sobre todo en el estilo documental de modo que no se sintiera que había grandes recursos detrás de esto, sino que había un documentalista que tomó una cámara y salió a grabar a estos habitantes del pueblo. A mí me parece que las películas más interesantes son las que se arriesgan a mostrarte algo que no ves todos los días».
Enrica Pérez sobre «Climas»
«La película surgió en contraposición con el cortometraje que hice, Taxista», que fue por un lado la adaptación de un cuento y por otro un corto sumamente urbano y masculino. Yo quería hacer algo opuesto a lo que había hecho, para tener una experiencia completamente diferente. Así decidí que necesitaba hacer algo femenino a partir de algo escrito desde la nada por mí, sin que fuera una adaptación ni que fuera cien por ciento en Lima. Quería irme a otros lados y viajar, porque cinematográficamente es muy rico y porque necesitaba que fueran tres mujeres muy diferentes una de la otra, pero al mismo tiempo que compartiesen cosas que son universales como es el despertar sexual y la maternidad, que son cosas que el hombre no experimenta de la misma manera desde su perspectiva. Lo mismo sucede con la edad madura en la mujer, porque el hombre envejece y puede tener 80 años y sigue siendo guapo, pero la mujer no, seamos sinceros. Esa mirada de la mujer desde diferentes generaciones, es lo que me interesaba».
Herib Godoy sobre «Latas Vacías»
«La historia de «Latas Vacías» es una mezcla de la realidad y la fantasía que se vive actualmente. No sé si es una crítica, pero es lo que está sucediendo en Coronel Oviedo (Paraguay), que hay muchos asentamientos a nivel urbano, entonces mucha gente que viene de afuera se arma de valor para venir a vivir de forma no tan decente porque están en casas chiquititas que da un poco de pena pero también transmite mucha bravura, por decirlo así, porque están viviendo a metros prácticamente de casas muy importantes y te dan ideas para seguir contando historias. El guión fue escrito en español, pero los actores hablan en el dialecto guaraní que se usa en la calle».
©José Luis García/Cinestel.com
Reseña de todas las películas del festival, en el enlace de abajo.