Dilemas morales, jugadas del destino, la vida iba en serio, traición y lealtad

El Festival de Cine Alemán de Madrid tuvo por primera vez su extensión en Barcelona. De las películas proyectadas comentamos «Culpables son los otros» de Lars-Gunnar Lotz, «Nuevos Horizontes» de Pola Beck y la inaugural «Costa Esperanza» de Toke Constantin como muestra de los filmes recientemente estrenados en Alemania.
«CULPABLES SON LOS OTROS»
Admirador de las obras y la técnica de Krzysztof Kieslowksi, Lotz ofrece en esta historia la percepción de que estamos ante un dilema moral complicado pero que el film resuelve de una manera muy realista, adecuada y sin golpes bajos, en una película en la que los gestos y las miradas también cuentan. Benjamin Frag es un atracador habitual que emplea el dinero de sus botines en fiestas y cocaína. El film comienza con uno de esos robos cuando él y otro ladrón abordan a una mujer con un pasamontañas puesto en la cabeza en el interior de su automóvil y le roban 500 euros.
Tiempo después, Benjamin es capturado, juzgado y sentenciado a permanecer por un tiempo acogido a un programa de reinserción social en una granja con otros jóvenes condenados. Por una jugada del destino, Eva, una de las orientadoras sociales del centro, es aquella víctima del inicio de la película. Ella no lo puede reconocer inicialmente porque el atracador llevaba la cara tapada, pero una serie de factores irán variando esa situación.
Contrariamente a lo que se pueda pensar mientras se ve «Culpables son los otros», el filme no es en absoluto previsible pues Lars-Gunnar Lotz le da unos giros al guión que son perfectamente posibles estableciendo durante gran parte del metraje una tensión, a veces incómoda, entre la fuerza de la ética y los sentimientos de culpa, donde el pasado identitario y los caracteres propios de cada uno juegan un factor importante. Sin duda, una de las mejores películas del festival de un director alemán debutante que promete.
«NUEVOS HORIZONTES»
Lara y Nora son dos chicas de veintitantos años que viven juntas en un apartamento y que todavía proyectan sus relaciones con la vida exterior desde un punto de vista de experimentación sin apenas identificarse con sus respectivos progenitores y que parece que se resisten a madurar frente a un futuro cuyo horizonte no saben ver. En una de sus habituales visitas nocturnas a una fiesta rave, Lara entabla una relación esporádica con uno de los camareros del local y como consecuencia queda embarazada.
Pola Beck, también realizadora debutante con este film, se ha querido centrar más bien en el trasfondo psicológico que acompaña a una situación inesperada de estas características, en si le conviene abortar o tener el hijo a la protagonista y en si decírselo o no al que sería el padre de la criatura. En un entorno sin demasiados puntos de reflexión, de repente Lara comienza a darse cuenta de que la vida iba en serio y poco a poco tiene que hacerse a la idea. En definitiva, lo importante aquí sería que las protagonistas supieran modular las contradicciones propias. Buena construcción técnica y de guión con algunos altibajos en el trabajo de los actores.
«COSTA ESPERANZA»
Es el film de apertura del Festival, tanto en Madrid como en Barcelona. Toke Constantin presenta un drama ambientado a principios de los años ochenta en la antigua RDA. Un trabajador del puerto de Rostock busca trabajo en un barco de pesca para conseguir huir del país y formar una nueva vida con su novia vietnamita, pero la temida Stasi tiene oídos en todas partes y llegan a saber sus intenciones por lo que termina detenido y recluido en un centro penitenciario para prisioneros políticos.
El desarrollo del guión de «Costa Esperanza» va añadiendo constantemente nuevos elementos que tienen que ver con los conceptos de traición y lealtad en un contexto y decorados que fueron muy difíciles de hallar. En la Alemania comunista, cualquier supuesto amigo te podía delatar y era una amenaza latente que siempre estaba presente. El film es una interesante mezcla de géneros, desde el carcelario hasta el político, que refleja muy bien las tensiones y ese tipo de terror que ejercía el Estado. Lástima que el final no esté a la altura del resto ya que no tiene en cuenta todo el desarrollo narrativo del film e incluso es incongruente con lo que hemos visto. El director dijo en Barcelona que no supo muy bien cómo acabar porque ninguna de las hipótesis que barajaba le convencían. Tremendo error. (jlg/rbc)