«La Fiesta de Despedida», una película sobre la lógica del adiós

Sharon Maymon y Tal Granit son dos realizadores israelíes con experiencia que para esta película han unido esfuerzos con un notable resultado que fue premiado en la Seminci de Valladolid con la Espiga de Oro del Festival. La película es la suma de toda una serie de impresiones y sensaciones sobre la vida que son lógicas y bastante comunes entre todos los que han llegado a la llamada tercera edad. Existen personas que cuentan con la fortuna de encontrarse en ese periodo con excelente salud, pero también las hay que padecen ciertas enfermedades de carácter crónico, lo que muchas veces va asociado a una importante depresión y a iniciar una reflexión más profunda sobre la vida.
El título elegido para el film encaja a la perfección con la filosofía de lo que está contando: la necesidad de vivir la última etapa de nuestra existencia de una manera positiva y sin aspavientos. Pero claro, la pregunta fundamental aquí es saber qué decisión personal tomar sobre sí mismo cuando alguien padece una larga e irreversible enfermedad. Seguir dejando que las cosas lleven su curso o interrumpir la vida cuando no existe esperanza alguna de recuperación.
Presentada en clave de comedia negra, «La Fiesta de Despedida» es un filme que trata sobre la amistad y el saber cuándo decir adiós. Existen diversas formas para ir haciendo una despedida digna, quizá tantas como personas somos.
En la película vemos a un grupo de amigos que viven en una residencia de ancianos en Jerusalem. Con el fin de ayudar a otro amigo que está enfermo con carácter terminal, construyen una máquina para que pueda quitarse la vida sin dejar rastros de que ha sido una eutanasia. Poco a poco se va corriendo la voz acerca del invento y otros ancianos se suman a las peticiones de ayuda para poder acabar con sus respectivas vidas.
«La Fiesta de Despedida» es una película tratada con sentido del humor sobre la última etapa natural de la existencia, que además tiene el logro de alternar personajes y ser bastante abarcadora sobre ellos y la diversidad en sus personalidades. Gran acierto de los realizadores, porque no todos somos igual y la fijación de esta historia en un único personaje le habría dado un tono mucho más dramático al filme, convirtiéndola en algo muy diferente. Los actores que aparecen son habituales de la comedia, lo cual ayudó en su estreno en Israel a descongestionar la carga de dramatismo que pudiera haber tenido esta película.
En definitiva, estamos ante una historia no tanto sobre la muerte en sí, sino más bien sobre la amistad, el amor hacia los demás y en especial sobre la separación, sobre ese factor inevitable en nuestras vidas que va a ser que normalmente unos vayamos a ver o conocer la muerte de los otros sin que lo podamos evitar porque como se suele decir, es ley de vida. Los directores comentaban al respecto que «en nuestro proceso de decir adiós a un ser querido, hemos descubierto que cuando el cuerpo falla y la mente permanece lúcida, la ironía y el humor siguen siendo la mejor receta para hacer frente a la idea de la muerte».
©José Luis García/Cinestel.com