«Llenar el vacío» (La esposa prometida) de Rama Burshtein; la tradición, los rituales y la felicidad

Se presentó en el Festival de Cine Judío de Barcelona.
La directora Rama Burshtein nació en Nueva York y estuvo estudiando en la Escuela de Cine y Televisión Sam Spiegel de Jerusalem en los años 90, periodo en el que el mundo religioso y espiritual cobró gran importancia en su vida hasta el punto de que, aseguran, «se dedicó a promover el cine como arma de expresión propia de la comunidad judía ortodoxa». Su principal mirada suele ser hacia las mujeres y este primer largometraje está también en esa línea, pues se centra en las relaciones entre los hombres y mujeres de ese grupo con una interpretación propia y común de la realidad.
Para comprender mucho mejor lo que muestra la película, es necesario recordar que el movimiento ortodoxo jasídico es un grupo religioso que busca seguir su vida y relaciones con los demás desde el punto de vista de una interpretación literal de lo que mencionan algunos escritos originales de esa religión. Sus preceptos están influenciados por la Cábala, disciplina y escuela de pensamiento esotérico; procuran vivir lo más aislados posible; aplican estrictamente los textos de la Toráh; y siguen los dictámenes de su guía, un rabino al que denominan admor.
«Llenar el Vacío» (La esposa prometida) cuenta la historia de Shira, la hija más joven de una familia ortodoxa de Tel Aviv. Prometida con un joven de su misma edad, se siente preparada e impaciente.
La muerte de su hermana mayor, Esther, al dar a luz a su primer hijo, trastoca por completo la vida familiar y su futuro, hasta el punto de que se verá obligada a elegir entre los deseos de su corazón y el deber familiar.
La película aborda de manera directa y práctica hasta qué extremo podemos llegar las personas en nuestra ambigüedad y pone su énfasis en el hecho de que no todo está escrito y que hay muchas veces en las que en la vida hay que improvisar, decidir y arriesgar respecto a aquello en lo que se cree que honestamente puede ser mejor. Tratar de buscar refugio o una respuesta concreta a un tema concreto en un libro sagrado, en otras personas o en un líder espiritual, sería algo más complejo porque es como si traspasáramos esa responsabilidad a terceros. Claro está, que esto entronca con la idea del sacrificio que es una de las bases de numerosas comunidades religiosas porque está asimilado en su propio instinto de conservación.
Los matrimonios nunca son obligatorios en el judaísmo. En el mundo jasídico, en el que se ambienta el film, los padres organizan propuestas de matrimonio a sus hijos, pero incluso así la joven pareja debe dar su acuerdo. La película abunda en las dudas que esa inesperada situación provoca en algunos de sus personajes. La pregunta clave es si siente realmente Shira amor por el viudo de su hermana, o si no será que algunos miembros de la familia están tratando de convencerla porque no quieren que él se marche a vivir a Bégica con su hijo recién nacido, dejando a su familia política con pocas opciones de convivir junto al niño. Las dificultades para exteriorizar los sentimientos entre los miembros de esta comunidad, suponen una dificultad añadida al dilema principal.
Entre los temas que aborda «Llenar el vacío» (La esposa prometida) hay algunos que pueden considerarse universales además del de la abnegación: el vacío que supone la pérdida de un familiar directo, la lealtad a la familia, y el entendimiento de que a veces la vida no nos tomará el camino que nos podíamos estar pensando hace apenas unas semanas antes.
El film revela además algunos puntos en común con lo que es el feminismo contemporáneo que algunos han comparado con las novelas de Jane Austen. Rama Burshtein decía al respecto que «el paralelismo es bastante obvio porque «Llenar el vacío» tiene lugar en un mundo en el que las reglas son claras y rígidas. Los personajes no están buscando alguna manera de estallar fuera de ese mundo. Por el contrario, están tratando de buscar una manera de vivir dentro de él».
Como la mayor parte del elenco principal no era parte de la comunidad ortodoxa, Burshtein les dio instrucciones para asistir a todos los principales eventos que tienen lugar dentro de la película, incluyendo una boda y una circuncisión. Los varones de los diferentes grupos jasídicos acostumbran a sumergirse en el baño ritual denominado mikvéh todos los días, por la mañana, antes de las plegarias matutinas. En la mayoría de las sectas jasídicas, los hombres acuden a la sinagoga el viernes por la noche después de la cena para participar en la sobremesa del rabino denominada Tisch. Ahí se distribuye comida, se cantan y bailan melodías tradicionales y se escucha una plática (drasháh) del rabino.
Es común que la lengua principal hablada en casa sea el yiddish, y que la educación sea de un carácter predominantemente religioso. Los actores se tuvieron que adaptar a todas estas costumbres y a la característica vestimenta del grupo, en particular la de los varones. La abnegación y las dudas son los dos temas básicos del film.
©José Luis García/Cinestel.com