Entrevista a Juan Villegas por su película “Los trabajos y los días”

Estreno en Argentina
Las actrices y actores de teatro tienen una implicación directa con el espectador que sin embargo el cine no tiene. Es verdad que a algunos cineastas les gusta estar presentes en persona durante alguna proyección para conocer las reacciones del público -a otros les da pavor esta idea-, pero lo cierto es que actuar o tocar para la farándula posee unas cuantas gratificaciones muy hermosas, como puede ser el hecho de que al finalizar una función algunos de los que estaban presentes en el auditorio se acerquen al camerino a comentarles sus impresiones.
Juan Villegas recupera en esta incursión suya en el documental una idea que ya desarrolló el también notable cineasta Rafael Filippelli en 2004 con su película “Esas cuatro notas”: la posibilidad de que a través del cine el espectador acceda a los preparativos previos de una obra, algo que se presenta como bastante improbable en nuestra vida cotidiana.
“Los trabajos y los días” es un retrato observacional sobre lo que hay detrás del decorado, detrás de los bastidores de una obra musical de inminente representación para la audiencia teatral, y está filmado en el Centro de Experimentación del Teatro Colón de Buenos Aires (CETC), siendo además sin disimulo alguno un sincero homenaje a su fundador Gerardo Gandini, que lamentablemente falleció en el año 2013, y que fue una de las figuras más relevantes de la música contemporánea argentina de la segunda mitad del siglo XX.
El film también parece recordarnos que más allá de la ingente labor de los autores de cualquier obra artística, existe también un arduo y complejo periodo de adaptación y compenetración de todas las partes que la componen. Y todo ello entre las paredes de una de las grandes instituciones culturales de Buenos Aires.
Juan Villegas responde las preguntas de Cinestel:
– ¿Cómo surge la idea y la propuesta de mostrar los entretelones del CETC?
Me interesaba contar cómo la realización de una obra artística y su puesta en escena para que llegue al público requieren de mucho trabajo, no solo de los artistas sino también de administrativos, funcionarios, personal de limpieza, de seguridad, técnicos, etc. Sentía, por otro lado, que la mejor manera de describir una institución es a través del registro del presente. El CETC son las obras que se exhiben en su sala, pero también el día a día del trabajo que hace posible eso.

Juan Villegas, director de “Los trabajos y los días” Foto: Celina Murga
– ¿Y por qué preferiste dejar fluir lo que allá ocurre antes de optar por otros elementos más limitativos quizá, como son las entrevistas?
Me interesa el registro documental de observación. Creo que en la observación minuciosa, detallada, hay algo de la realidad de un espacio, de su lógica de funcionamiento, que se termina manifestando de la mejor manera. Mi faro en ese sentido sigue siendo la obra de Frederick Wiseman.
– En «Los trabajos y los días» recuerdas que más allá de las representaciones que vemos, existe un trabajo de autores, preparación del material y duros ensayos. ¿Era esa tu intención inicial?
Sí, siempre fue mi intención registrar más la preparación que la obra en sí. De hecho, la decisión de incluir la representación del estreno fue al final del montaje. Sentí que había contado cómo se preparaba la obra desde lo técnico y burocrático, había mostrado los ensayos de los músicos y la preparación artísitica, pero faltaba un vértice, el del encuentro del público con la obra. No muestro tanto la representación de la obra, sino ese encuentro.
– Precisamente, los teatros se van a enfrentar en los próximos años a una nueva posibilidad: el cine de eventos que permitirá que, por ejemplo, en salas de cine de Buenos Aires podamos ver en directo una obra de teatro que se esté haciendo en Nueva York o cualquier otra ciudad del mundo. Como cineasta, ¿qué opinión te merece esa nueva misión de algunos espacios de exhibición? ¿Y qué tanto desvirtúa lo que ya conocemos?
En cierto sentido, yo creo que una obra pensada para ser mostrada en un escenario pierde mucho en una exhibición filmada. Creo que las artes performáticas pueden filmarse, pero solo como registro. No reemplazan el hecho de estar presentes. En todo caso, lo que puede hacer el cine es ofrecer otra cosa. En mi caso, como dije, lo que se ve es el encuentro del público con la obra. Pero también el cine puede intervenir una obra que se está desarrollando en vivo y, desde su propio lenguaje, crear una obra nueva, que tenga valor cinematográfico. Eso sí me parece interesante.
©José Luis García/Cinestel.com