Barcelona: Paolo inauguró un ciclo de los hermanos Taviani (Filmoteca)

Faltó Vittorio porque él «había sido algunas semanas antes atropellado por un automóvil en Roma y todavía estaba convaleciente», por lo que tuvo que ser Paolo Taviani en solitario quien presentara en Barcelona el ciclo de la Filmoteca de Catalunya que incluye casi todos los títulos de largometraje que han sido dirigidos por los hermanos Taviani, cineastas que comparten con los Coen y los Dardenne la honrosa posibilidad en sus vidas de hacer cine en familia, un arte cuya primigenia estructura técnica fue descubierta por los también hermanos Lumière.
Herederos del neorrealismo italiano, los Taviani vivieron de jóvenes la ocupación nazi y se vincularon después al Partido Comunista, tratando en muchas partes de su cine de mostrar un equilibrio entre la individualidad y el marxismo.
Rossellini les entregó en persona la Palma de Oro en el Cannes de 1977 por «Padre Padrone», cuestión que recordó Paolo a su llegada a Barcelona.
Los conflictos obreros y la lucha de clases son temas que se encuentran en la base de muchos de los relatos que forman parte de una filmografía que ambos prefieren no volver a ver, aunque sí que lo hicieron cuando algunas de las películas tuvieron que ser restauradas, «y he de decir que las vimos entonces como si hubieran sido hechas por otros directores» -contó Taviani.
Paolo se mostró maravillado por las instalaciones de la Filmoteca de Catalunya: «En Italia hay muchas salas y muchos espacios dedicados al cine, inclusive en pueblos pequeños desperdigados por todo el país; pero en Roma, en comparación con lo que tenéis aquí en Barcelona, la verdad es que hacéis mucha envidia. Y seguramente seré linchado cuando regrese por haber dicho esto», -ironizó el cineasta, quien prefirió no hacer balance de la carrera con su hermano porque es un asunto que le suena a obituario, mientras piensa que 87 años «son poca cosa» y que les queda «un futuro larguísimo».
La realidad de la guerra
Los hermanos Vittorio y Paolo pudieron reconocer su vocación por el cine viendo «Paisà» de Rossellini en 1946. «Vimos aquella película y nosotros éramos dos adolescentes que habíamos vivido la guerra en carne propia y la habíamos padecido, -contaba Paolo en Barcelona-. Y entonces, ver en la pantalla la realidad que nosotros habíamos vivido, reconocerla y encima, más bien entenderla, para nosotros fue una experiencia muy reveladora al comprobar que una película puede tener la fuerza de revelarte tu propia realidad. A partir de ese momento, (yo tenía 16 años y mi hermano 18), decidimos que nosotros haríamos películas».
El trabajo diario de rodaje
El cine de los hermanos Taviani es una tarea conjunta desde el proceso de guion hasta el de postproducción. «Por las mañanas, dos horas antes de rodar nos ponemos a ver qué encuadre haremos para alguna secuencia de aquel día, y básicamente lo repartimos decidiendo a quién le toca comenzar, porque cuando escribes un guion tú tienes muchas ideas en la cabeza sobre cómo será la escena, pero después, la realidad, el emplazamiento y los actores te lo invade todo, y entonces te has de adaptar a esa realidad. Y por tanto -bromea-, lo repartimos así, un poco como jugando a los chinos. Nuestra tropa sabe que si hoy le toca dirigir a Paolo o a Vittorio, sólo se tendrán que fijar en el que corresponda ese día y no en el otro» -recordó en Barcelona-.
En ese sentido, Paolo Taviani contó una anécdota sobre un rodaje con Marcello Mastroianni, a quien a priori le sorprendió este sistema de trabajo en el set, mostrándose en un principio bastante escéptico. Pero sin embargo, cuando el filme llegó a Cannes y al actor le preguntaron acerca de cómo se había sentido al trabajar con dos directores al mismo tiempo, respondió irónicamente: «Ah, ¿pero eran dos?»
El cine italiano actual
El cineasta también ofreció en la Filmoteca de Catalunya su parecer en torno a una especie de cruce de etapas divergentes ocurrido en el más reciente cine italiano, aun cuando considera que ya está superado el periodo en que que los directores del país no hacían cine «gracias» al gobierno italiano, sino que «a pesar» del gobierno estatal.
Concretamente se refirió a una propuesta de ley de cine efectuada por el ministro de cultura Dario Franceschini; que el 3 de noviembre de 2016 fue votada y aceptada. Taviani aseguró que se trata de un texto muy inspirado en la ley francesa, el cual supone un punto de inflexión para todos los y las cineastas italianos. Pero a pesar de ello, reveló su preocupación porque tras el cambio radical de gobierno habido en el país a inicios de este 2018, la feliz iniciativa pueda llegar a perder fuerza y en su consecuencia, tienda a mermar la atención al cine hecho en Italia en un futuro.
Sobre la más reciente película de los hermanos, «Una questione privata» (2017), que abrió el ciclo de cine que se les dedica en Barcelona, Paolo afirmó haberse sentido extraño e inclusive dolido ante el hecho de haberla rodado en solitario por primera vez en su vida, pues su hermano Vittorio no le pudo acompañar aunque sí que participó en el guion y en el montaje posterior. De hecho, ya habían dirigido por separado en el terreno de la publicidad, donde cada uno de ellos tenía su propia cartera de clientes y competían.
©José Luis García/Cinestel.com (fotos: Oscar Fernández Orengo / Filmoteca de Catalunya)