Gabriel Retes, del cine de autor al cine personal

Entrevista.
Homenajeado en la edición 2012 del Festival de Cine de Guadalajara, el cineasta mexicano en colaboración con Carlos Sánchez de la distribuidora Zafra Video, ha editado en DVD nueve entregas que se venden en México cada diez semanas.
«El Bulto» (1991) y «Arresto Domiciliario» (2007) fueron los dos filmes incluidos en la primera carátula. Dos películas que definen muy bien la intencionalidad de Retes para con el cine a través de una singular estética y el compromiso con sus principios e ideas.
Casi todos sus largometrajes son de producción propia, él interviene como actor y también como protagonista en algunos casos, y solamente en una coproducción con España y Argentina, «Un dulce olor a muerte», admitió la producción externa en la que contó con actores como Karra Elejalde, Héctor Alterio, Ana Álvarez y Diego Luna.
«Soy el productor de dieciocho de mis películas, director de todas ellas y en muchas, actor y guionista. Estoy en un proceso en el que empecé haciendo cine de autor y ahora hago cine personal, que no entiendo muy bien la diferencia pero creo que la hay». -nos dice de entrada al comienzo de esta entrevista para Cinestel.
– Su película «El Bulto», que da inicio a esta colección, es una reflexión sobre diferentes temas. Un periodista ha permanecido en coma durante veinte años y, a su regreso a la realidad, se encuentra por ejemplo con unos avances tecnológicos impensables dos décadas atrás. Una reflexión que también estaría muy presente hoy en día.
Yo creo que sí. Por un lado traté en esa película de la tecnología y por el otro la familia porque son temas que de alguna manera me interesan.
Esta colección surge porque se liberaron las películas, se acabaron los contratos, y con Carlos Sánchez decidimos que en el Festival de Guadalajara del pasado mes de marzo teníamos que salir con este número uno y ahora está saliendo el número dos con «Bienvenido Welcome» y «Bienvenido Welcome II», y así cada diez semanas vamos a ir sacando dos títulos.
En la primera entrega, además de «El Bulto», viene «Arresto domiciliario» que es una reflexión sobre la situación en la que quedan la gente a la que le llega el alzheimer y todo lo que significa para la familia y seres alrededor, con una trama un poco thriller: un tipo que tiene un arresto domiciliario y llega a dar con su madre que tiene esa enfermedad y a la que no ha visto en 15 años.
Entonces estamos tratando de distribuir los títulos realmente para que haya una unidad entre ellos.
– En el fondo de estas dos películas subyace el tema de la memoria y qué tan importante es gozar de ella para no volver a caer en los mismos errores del pasado.
Absolutamente. Recordemos que el cine es parte de la memoria de los pueblos, la memoria colectiva, y nos está sucediendo como iberoamericanos que nos está ganando, ni siquiera los Estados Unidos, nos está ganando Hollywood porque resulta que ya no tenemos pantallas y nos están dejando sin el fenómeno ritual que era ir a una sala cinematográfica rodeado de puros extraños pero amantes de la cinematografía.
Por eso, lo que estamos haciendo para que nos sigan conociendo y nos sigamos expresando es importantísimo ahora, tanto el DVD y el Blueray como la televisión.
– Sobre todo en la película «El Bulto» se observa un cierto espíritu de rebeldía y por eso me atrevo a preguntarle si es usted un 132 más.
Sí, absolutamente. Pienso que es un movimiento que fue un revulsivo necesario porque todo el proceso preelectoral estaba viciado en origen. Todo el mundo en México, izquierda, derecha y centro, sabe cuáles son los problemas, lo que pasa es que no nos dicen cómo los van a solucionar y yo creo que a partir del «Yo soy 132», que es apolítico, y yo ahí sí que agradezco a los jóvenes que se hayan mantenido apartidistas, lo que necesita este país los ciudadanos lo sabemos ya que lo vivimos y lo sufrimos a todos los niveles.
– Usted tenía la intención de rodar una secuela que se llamaría «El bulto para presidente» pero que no se ha llegado a consumar.
No se hizo. La verdad es que sí lo intenté pero no conseguí financiamiento. La voy a hacer esperar cinco años, a las próximas elecciones.
– ¿Cuantas de sus películas propias se han pasado en España?
Nada, soy un desconocido en Europa. Debo sumar treinta premios internacionales y otros tantos nacionales, diecinueve largometrajes, todos de autor, menos «Un dulce olor a muerte» que lo hice de autor al fin y al cabo y fue el primer protagonista de Diego Luna.
Pero no me conocen, entonces yo creo que me voy a tener que echar un viaje a España de uno o dos meses para ver, si ya tengo todo mi cine en Full High Definition (HD), si me aceptan ustedes los españoles.
– En cualquier caso, algunas de sus películas sí que pasaron por Festivales internacionales.
He competido en la sección oficial una vez en Berlín y en Montreal y dos veces en Moscú.
– El problema entonces es el de siempre, el de la distribución posterior.
Por supuesto. La distribución cada vez es más sencilla a través de Federal Express porque ya ahora se acabó el 35mm. Llegamos al momento del disco y usted lo puede mandar a cualquier parte del mundo y está en 24 horas por DHL, y en ese mismo disco va su poster, su propaganda, sus críticas,… va absolutamente todo para que el exhibidor se haga cargo, lo que pasa es que nos están dejando sin exhibidores, sin pantallas. Ése es el real problema del cine que no es de Hollywood y ahí ustedes los españoles y nosotros los latinoamericanos compartimos lo mismo, los grandes moles con ocho salas y cuatro títulos porque, como las pueden enlazar y en la sala 1 pasan «Los Vengadores» y en la sala 2, treinta segundos después, la misma cinta corre, entonces nos están dejando sin salas, sin pantallas.
Sabe usted, aquí en México si acaso vemos a Almodóvar, a Saura, a Álex de la Iglesia, a Amenábar, a Medem y párele de contar.
– Y evidentemente, no es lo mismo ver el cine en una sala que en una pantalla pequeña de casa o del ordenador-computadora.
Por supuesto, se pierde el ritual, se pierde el ir,… también a veces mi paranoia me lleva a que realmente el status, los que gobiernan el mundo ahorita son los poderes económicos y a ellos no les interesa que nos juntemos a ver películas que si no son de Hollywood, representan al enemigo. Entonces, por eso están aislando y ya está la televisión en 3D, ¿para qué? no más para que usted se junte a tomar unas copas y ver una película con cuatro amigos, pero toda esa posibilidad del fenómeno colectivo que es terminar de ver…, se me viene a la cabeza «Cinema paradiso», eso es algo que no tiene comparación.
Pero bueno, a eso nos están orillando, entonces nosotros los cineastas «independientes» entre comillas, porque de cualquier manera siempre hay una dependencia con la industria, con la exhibición sobre todo, nos estamos tratando de defender vía DVD, Blueray y televisión.
©José Luis García/Cinestel.com