«Gare du Nord» de Claire Simon; la globalización y el nomadismo

Además de actriz, la francesa Claire Simon tiene en su biografía varios documentales en los que ha demostrado un interés por la sociología y las relaciones humanas. Ella misma fue en su juventud estudiante de etnología. Con motivo de la presentación de sus dos últimos filmes en el Doc Buenos Aires, un documental y una ficción, nos fijamos en este último, «Gare du Nord», aunque ambas películas tienen conexión entre sí, ya que han sido rodadas en el mismo espacio: la multitudinaria estación de trenes del norte de París que es, a su vez, la más grande de Europa.
Simon considera que el cine es un medio de observación que actúa sobre la realidad. Según avanza «Estación del Norte», nos iremos dando cuenta de que se ha rodado en un lugar de afluencia masiva de gente en cualquier momento del día con su frenética actividad. Los actores recrean una historia de ficción predeterminada pero al mismo tiempo, se vinculan de manera espontánea con gente que está de paso o que está trabajando en ese espacio de confluencia que parece una reproducción en miniatura de la aldea global que se diseñó para nuestra época y un reflejo fiel de cómo es la Francia actual.
El hilo conductor de esta historia nos sitúa en el personaje de un estudiante argelino de sociología, Ismael (Reda Kateb), que aprovecha una encuesta que tiene que hacer a los transeúntes de la estación, por encargo de la autoridad de tránsito de la ciudad de París, para incluir sus conclusiones en una futura tesis doctoral que completará sin contar con una beca a la que no puede acceder por sus orígenes extranjeros.
Mientras hace la encuesta, se acerca a una mujer unos 30 años mayor que él llamada Mathilde (Nicole Garcia) para hacerle las preguntas de rigor que les va realizando a todos los desconocidos que se detienen ante su requerimiento, pero el hecho rutinario de estar o pasar todos los días por el mismo sitio, favorece que en siguientes jornadas ambos vayan manteniendo nuevas conversaciones y eso lleva a que lo que en un principio es un admiración mutua se vaya transformando en un inevitable enamoramiento.
«Gare du Nord» ha sido filmada en un lugar cargado de simbolismo sobre lo que significa la movilidad en un mundo globalizado. Mathilde es una mujer enferma a punto de ser operada y el joven Ismael le proporciona un impulso y una razón para seguir tratando de orientarse en el caos de la estación moderna de la vida. Obviamente ese caos es solamente para las personas y no para la estación en sí, cuyo sistema y estructura están perfectamente compartimentados, tanto en su aspecto funcional como en el de la seguridad que se aplica, como veremos, en actuaciones que rayan la paranoia y no solamente en lo que respecta a las cámaras de vigilancia.
Claire Simon ha mezclado distintos actores con no actores en el relato y podemos encontrar a un padre que se ha plantado obstinadamente en la Estación con una foto de su hija desaparecida y a una mujer que fue antigua alumna de Mathilde y que ahora se dedica al comercio de bienes raíces con continuas idas y venidas en tren y su matrimonio que se tambalea. También encontramos a un vendedor de dulces nepalí o a una tímida vendedora de una tienda de lencería, mucho antes de una manifestación contra los recortes en la sanidad pública que paraliza todo el tránsito de trenes en la Estación y donde se muestra la actual desfiguración del Estado de Bienestar en Europa aunque, paradójicamente, el mejor ejemplo que da la película en ese sentido se ubica en los baños públicos donde escucharemos de su encargada de mantenimiento una viva representación de ese desmoronamiento y la asociación que cada uno le quiera dar según su concepto del sentido común.
Como la película se nutre de algunas características del género documental, nada más terminarla se le ocurrió a la realizadora ampliar los puntos de vista con otro film documental sobre ese espacio tan necesario e inherente a la «Geografía humana», -que así se llama-, y presentó este año esa otra parte sobre lo diverso que es el flujo de personas. Excelente trabajo a pesar de que la historia original de los enamorados va perdiendo fuerza a medida que avanza el metraje hasta casi el final donde la volvemos a recuperar, pero muy rica en su contexto y en sus matices.
©José Luis García/Cinestel.com