Pinamar: la coproducción entre Italia y Argentina + películas italianas

Italia es uno de los países que tuvo una presencia destacada en la décimo primera edición de Pantalla Pinamar, a lo largo de la que se anunció una primera reunión de profesionales del cine durante la celebración en mayo de 2015 de Expo-Milán, la feria mundial agro-alimentaria. En resumen, lo que se quiere es reanudar algún sistema de coproducciones con Argentina, pero esta vez dentro de un marco que tenga carácter permanente. Entre las películas italianas que se pudieron ver, destacaremos dos: «En la gracia de Dios» (In grazia di Dio) y «Leopardi, el joven fabuloso» (Il giovane favoloso), al margen de la presentación ampliada de «Una lágrima por Italo Barocco».
Estuvieron la embajadora de Italia en Argentina, Teresa Castaldo (foto superior) y el responsable de relaciones institucionales de la asociación de la industria italiana de cine ANICA, Roberto Stabile, quienes anunciaron que ya se están trabajando algunos guiones para realizar películas que se beneficiarán de este ámbito de cooperación entre los dos países. Actualmente se calcula que la industria cultural italiana abarca un 15,3% del Producto Interior Bruto (PIB). En cuanto a la asistencia de los italianos a las salas para ver su cine, el porcentaje se mantiene en un optimista 30% anual, frente a una reducción de hasta el 40% para el cine estadounidense, siendo el 30% restante para cinematografías de otros países.
Por lo que se refiere a las películas italianas exhibidas en el encuentro de cine argentino-europeo, «En la gracia de Dios», del director Edoardo Winspeare, es un drama que reflexiona sobre los embates de la crisis económica en Europa a través de una familia que se tiene que reinventar para poder salir adelante. Al inicio los vemos como propietarios de una pequeña fábrica textil de gestión familiar situada en Salento, al sur de Italia, pero las ventas están decreciendo y la presión de las deudas va en aumento, por lo que se ven abocados al cierre inmediato.
Mientras que su hermano emigra, Adele trata de superar la crisis trasladándose a una aldea con su hermana, quien quiere ser actriz, y su hija, que aún no está demasiado ubicada en lo que serán sus responsabilidades del futuro, ni tiene especial prisa en ello. La mayor parte de la película describe esa vida rural, con sus aciertos y sus problemas, los contrastes entre las diferentes personalidades que hay en esa familia con claro acento matriarcal, y las opciones que se les presenta para rehacer la vida en diferentes sentidos. Esta es una historia que trata sobre la solidaridad, así como la fuerte influencia del catolicismo en esa parte del país, y que acaba contando de una manera muy sutil determinados «propósitos» de la crisis que se reflejan en el terreno social, íntimo y personal.
Otro filme italiano muy válido que se vio en la muestra pinamarense fue «Leopardi, el joven fabuloso», de Mario Martone. Esta es una historia en parte biográfica, porque comienza cuando ya ha alcanzado la adultez, sobre la corta vida y la creación del gran poeta italiano del siglo XVIII Giacomo Leopardi. Es posible que asuste la duración, que es de casi dos horas y veinte minutos, pero hay que subrayar que todos los sustratos narrativos están muy bien hilvanados y que la mayor parte de la película se sigue con interés. Leopardi es un «devorador» de libros que padece graves problemas de salud que le afectan severamente en su motricidad, hasta el punto de que llega un momento en que, siendo tan joven, tiene que caminar apoyado en un bastón. Su padre pertenece a la alta nobleza y posee una enorme biblioteca en casa, lugar en donde su hijo adquirió el hábito y la pasión por la lectura y escritura.
Llegado un determinado momento, en un salto de diez años que hace la película, decide emanciparse trasladándose a vivir a Nápoles junto a un inseparable amigo con el que comparte algunos respectivos problemas familiares muy parecidos. «Leopardi, el joven fabuloso» es un filme que nos habla sobre ‘la verdad de la duda’, ¿Ciencia o fe?, ¿Revolución del conocimiento o Iglesia?, ¿De verdad, si alguien se pone enfermo y muere es porque Dios lo llamó?
Las preguntas de ese tipo bordean este relato y se reflejan a través de una sensación de infelicidad que tiene el protagonista que inclusive en algún momento futuro pudiera llevarlo hasta la locura. Capítulo aparte merece la excelente actuación de Elio Germano, muy convincente tanto en su expresión oral como en la física, con ese contorneo corporal realmente complejo que tuvo que aprender para encarnar a Leopardi.
La participación italiana en Pantalla Pinamar 2015 se hizo mucho más patente con la exhibición del film «Una lágrima por Italo Barocco» y la presencia en rueda de prensa de su protagonista Bárbara Tabita, que habló acerca de esta historia inspirada en un hecho real sobre cómo la llegada de un perro a una casa puede cambiar la vida de un niño solitario y aislado, hasta el punto de mejorar su autoestima.
©José Luis García/Cinestel.com