Pinamar: «La Gran Noticia» y «Años Felices» nos remiten a los ’70

Pantalla Pinamar 2014 programó en su grilla dos películas recientes europeas cuya acción está encuadrada en el año 1974, «Les Grandes Ondes (à l’Ouest)» del suizo Lionel Baier y «Años Felices» (Anni Felici) del italiano Daniele Luchetti, la primera es un drama con buenas dosis de comedia y la segunda es una comedia con trasfondo dramático. La década de los ’70 del siglo pasado sigue teniendo sus referentes en el cine a pesar de que los ’60 han sido todo un fulgor en muy diversas cinematografías. Ese año en concreto fue un momento convulso en Portugal mientras en otros lados se clamaba por más libertades.
«Les Grandes Ondes», titulada «La Gran Noticia» en la Argentina, es el encargo que el director de la sección en lengua francesa de Radio Suiza les hace a dos periodistas para que visiten Portugal con el fin de grabar algunos reportajes para la emisora que certifiquen los resultados tangibles que la ayuda económica del país helvético ha provocado en el país luso, mucho más desfavorecido en su economía. La visita se convierte en un viaje errático en el que inicialmente tienen que enfrentarse con un idioma que desconocen, aunque poco después encontrarán un traductor que los va a ayudar acompañándoles en su pequeña furgoneta Volkswagen junto con un excéntrico técnico de sonido de la radiodifusora.
En uno de esos días, una emisora lusa difunde la noticia de que ha estallado la revolución de los claveles. Es el 24 de abril de 1974, una fecha histórica sobre la que Baier no ha querido reflejar una fidelidad a los hechos sino que se ubica más bien en una crítica hacia el desconocimiento que sus compatriotas suizos tenían acerca de esa realidad, presentando a unos personajes procedentes de un país egocéntrico con una visión distorsionada del momento, pues todo lo presenta como una fiesta en la que sobresale la libertad sexual con algunas dosis de ironía también, como queriendo igualmente insistir en las múltiples diferencias que existen entre todos los pueblos de Europa. Esa parte irónica y el ritmo que le insufla al relato son lo mejor de esta película romántica con una escena en la que se escucha música de Carlos Gardel y un pequeño homenaje al novelista, dramaturgo y cineasta francés Marcel Pagnol.
La liberación sexual forma parte igualmente del otro filme presentado en Pinamar ambientado en ese 1974. «Años Felices» es una de las dos películas más taquilleras del 2013 en Italia (la otra es «La Gran Belleza»). Aquí Guido es un artista plástico narcisista que trabaja con un grupo de mujeres jóvenes en su estudio de escultura, lo que despierta los celos y la ira de su esposa devota, Serena, quien se cansa rápidamente de los pecadillos de su esposo tras comprobar que existen y suceden a sus espaldas.
Gracias a la ayuda de una galerista, una atractiva mujer de mediana edad, Guido obtiene un pasaporte importante para una exposición de arte en Milán que le acaba yendo desastrosamente mal. Cuando su esposa le revela que se va a llevar a los niños a unas vacaciones en un retiro feminista en Francia, la vida de Guido da un vuelco que lo obliga a enfrentarse a todas esas cosas que han limitado su arte, mientras su mujer hace otros descubrimientos a nivel personal que a él le resultarán sorprendentes cuando se entere.
«Años Felices» cuenta con un tercer protagonista indiscutible en el hijo varón del matrimonio. Darío testimonia todo lo que va sucediendo en la familia a través de las grabaciones de un tomavistas Super 8 Canon Zoom 514 e incluso consigue vender a su corta edad algunas de sus imágenes de las vacaciones para un anuncio de la televisión. El niño es el alter ego del director del filme, Daniele Luchetti, quien comenzó en el cine siendo actor y asistente de dirección de Nanni Moretti y que con éste ya ha realizado seis largometrajes, la mayoría de ellos con su actriz fetiche Margherita Buy, que en esta ocasión no aparece, y con el tema de la familia como recurso continuo.
Ambas películas nos acercan a la ambientación de esa década de una manera muy adecuada, existen locaciones y coches de época que se conservan todavía y con los que se puede rodar, y de los dos filmes podemos concluir que se vivió un momento en el que la gente estaba deseosa de aportar ideas, acertadas o no, para procurar tener un futuro mejor. El idealismo y la liberación social, sexual y de las familias fueron una marca del momento. Y otro punto a comparar con la actualidad es que todavía quedaba lejos la revolución de las pantallas que por todas partes y a todas horas estamos mirando hoy en día.
©José Luis García/Cinestel.com