Hala Al Abdallah: «El arte y la cultura siempre han dado fuerza»

12ª Mostra de Cinema Àrab i Mediterrani
«Yo creo que el arte y la cultura siempre han dado fuerza a los pueblos para resistir los problemas», dijo en Barcelona la productora, cineasta, actriz y escritora siria Hala Al Abdallah, una figura indispensable para quien desee acercarse a través del cine a los motivos y las consecuencias de la tragedia que está padeciendo el pueblo sirio en las décadas recientes.
En la Mostra de Cinema Àrab i Mediterrani de Barcelona, Al Abdallah presentó dos filmes fundamentales que sin embargo permanecen censurados por el régimen actual de Siria. Uno de ellos es un documental producido por ella en el año 1976 sobre la vida cotidiana de un pueblo sirio.
La otra producción exhibida en la Filmoteca de Catalunya es una ficción que, a través de una familia, se adentra en las afectaciones del conflicto árabe-israelí entre los miembros de esos familiares en una ciudad recién liberada.
Ambas películas fueron financiadas por el Centro de Cinematografía de Siria y posteriormente censuradas, al comprobar que mostraban sin tapujos el estilo opresivo del régimen autoritario sirio en contra su propia población. Y se da la paradoja de que Al Abdallah ha sido una de las cómplices necesarias para que estas dos obras se pudieran terminar, motivo por el cual fue doblemente interesante escuchar sus presentaciones en Barcelona, ciudad que visita cada año para participar en un master universitario en torno al cine árabe.
El documental exhibido, «Al hayatt al yawmiyah fi quariah suriyah» (La vida cotidiana de un pueblo sirio), es un filme que habla sobre la Siria pobre, abandonada y marginalizada. El director ya fallecido Omar Amiralay quiso aproximarse a la verdad de una pequeña localidad del país. Una de las primeras secuencias de varios hombres vecinos tomando el té con sus sonoros sorbos, supone toda una declaración de intenciones por parte del cineasta.
La película muestra desde una mirada marxista el impacto de unas reformas agrarias que en apariencia prometían mucho, pero que con los testimonios que el realizador recogió para la edición queda evidenciado su lado falso y oscuro, ya que al final todo eso queda en una simple y llana declaración de intenciones.
Al Abdallah contaba en la Filmoteca que si bien la idea inicial era mostrar la vida cotidiana de las personas en las zonas rurales, el director «se encontró con muchas sorpresas como la de los responsables de asuntos sindicales que, cuando hablan de los campesinos, hablan como si fuesen personas estúpidas y sin respeto, como si fueran animales que necesitaban ser castigados».
Amiralay le dio voz al pueblo en este film y, para sorpresa de muchos, los habitantes de aquel pequeño lugar se soltaron la melena y no se quedaron en la parte superficial, entrando a fondo en problemas como el papel del gobierno o la desigualdad con respecto a los ricos.
– La otra película que presentó Hala Al Abdallah es una historia de ficción que forma parte de una trilogía filmada por Mohammed Malas en torno a la inmigración. «Al-lal» fue rodada en 1992, pero está ambientada en algunas décadas anteriores cuando hubo sirios que quisieron ir a ayudar a los palestinos mientras se estaba comenzando a crear el estado de Israel, justo en el momento en que las tropas francesas tenían serios conflictos entre ellos mismos.
En este filme, sus personajes usaron el árabe clásico como lengua, a través de una acción que tiene lugar en una aldea siria que limita con los altos del Golán, un campo de batalla que por ejemplo fue clave en la guerra de 1967 entre Siria e Israel. «Al-lal» parece ser en realidad la exorcización de los sentimientos que el realizador tuvo en torno a la convulsa historia de su propio padre, ante la vergüenza y humillación que sintió cuando la aldea fue ocupada por los israelíes.
En opinión de Al Abdallah, productora del film, el relato se enfrentó a un problema histórico y arriesgó con una narrativa complicada.
«Al-lal» tiene su final en uno de los golpes de estado vivido en el país contra un presidente civil antes de la toma del poder posterior por parte del partido Baath, cuestión sobre la cual el documentalista Omar Amiralay había realizado un documental (Inundación en la tierra de Baath), que le creó numerosos problemas y que incluso provocó su exilio a Francia.
©José Luis García/Cinestel.com