«NN» de Héctor Gálvez; explorando un secreto enterrado ilegalmente

«Paraíso» fue la primera película en la que el director peruano Héctor Gálvez se dio a conocer y donde ya daba muestras de tener talento para la buena ejecución de un guión. Con «NN» vuelve a confirmarse como un realizador a seguir, porque también nos ofrece una historia que se define muy bien en la primera parte de la película y que explora con posterioridad distintos vericuetos sin que se pierda en ningún momento el interés por el factor esencial de lo que está narrando, que no es otro que el hallazgo de cuerpos enterrados de forma clandestina durante los años ’80 del siglo pasado. Al principio del film se exhuma un cuerpo más de los previstos sobre el que se desconoce la manera de llegar hasta sus familiares.
El descubrimiento de la imagen de una chica sonriente en el bolsillo de la camisa del finado les proporciona una pista importante de cara a averiguar su identidad. En paralelo aparece una señora que perdió a su marido 25 años atrás y que reconoce las ropas que acompañan al cadáver como las de su esposo, así que se comienzan a hacer las pruebas correspondientes a la antropología forense para tratar de determinar su veracidad.
Analizando el conjunto de la película, encontramos que Gálvez es un excelente constructor de engranajes narrativos para que al final nos demos cuenta de que todas esas piezas han ido encajando. Y lo mejor de todo es que se trata de una historia imprevisible, muy rigurosa en su planteamiento, que deja también espacios para el relajamiento y la distensión en algunos de sus personajes, y que presenta una alegoría respecto a ciertos hechos del pasado del Perú que vamos a deducir a través de las imágenes que se van sucediendo. Claro está que, como se entenderá aunque el film en ningún momento entre directamente en aspectos que son más propios de la política, los intentos de ocultación de unos hechos vergonzosos del pasado existen y hay a quienes no les interesa removerlos, a costa del duelo y pena de los familiares de las víctimas.
En el plano estrictamente técnico, «NN» goza de una sincronización perfecta a la hora de mostrarnos diferentes contrastes entre el mundo rural y urbano, el día y la noche -son muy buenas las escenas rodadas en la oscuridad-, y los tiempos de conversación frente a esos silencios que son importantes y que muchas veces hablan más que las palabras. ¿Estamos en paz con los fantasmas del pasado?, es un pregunta que sin mencionarla propone la película a todos y cada uno de los espectadores sin distinción.
©José Luis García/Cinestel.com