«Hipócrates» de Thomas Lilti; precariedad y corporativismo

Estrenada en España el 8 de mayo de 2015.
El juramento hipocrático es un acto público y obligatorio que hacen quienes van a comenzar a hacer prácticas con pacientes o se gradúan en medicina y diferentes ramas como la veterinaria o la farmacéutica, que tienen que ver con la salud humana o animal. Su contenido es de carácter ético porque se basa en una tradición que inició Hipócrates y continuó Galeno. El director francés Thomas Lilti aborda en este segundo largo de ficción una de sus dos pasiones, -además de estudiar cine estudió medicina-, desplegando una historia anclada en el presente de un hospital público francés.
Benjamín es un joven que parece seguro de que está destinado a ser un buen médico, pero su primera experiencia como facultativo residente en la sala de ingresos de urgencia del hospital donde su padre trabaja, no sale como él esperaba. La responsabilidad del inexperto siempre es abrumadora, aunque el recurso al consejo y al apoyo de un compañero más experimentado puede ayudar sin duda a aliviar esas lógicas presiones.
«Hipócrates» no es una película abordada desde un concepto romántico de la profesión médica, sino que se fija en problemáticas que son comunes dentro de ella como pueden ser los errores médicos o la persistente discusión respecto a la eutanasia, unido al fuerte corporativismo que se vive entre sus componentes que los obliga a protegerse entre ellos ante sus fallos individuales. El joven protagonista que hace de núcleo narrativo es el actor francés Vincent Lacoste, que aquí ha enfrentado un primer papel en su carrera que no es enteramente cómico, aunque la película tiene sus buenos momentos de relajo, bromas y experiencias festivas entre los médicos.
El hecho de que estemos ante el filme de un cineasta que también es médico, le confiere un plus de sabiduría a la película que Lilti ha sabido aplicar en una dirección correcta y sincera a la hora de describir el funcionamiento de un hospital público en Francia. Lo mismo sucede con la sensibilidad que tienen las historias que se cruzan en determinados temas como pueden ser la percepción dolorosa de los pacientes, la demostración de las miserias humanas o el terrible miedo a la muerte que padecen algunas personas que ya han llegado a la vejez, compuesto dentro de un trasfondo dramático que en todo momento posee la película.
Tratando de hacer esa descripción lo más completa posible, el realizador ha incluido una huelga interna entre los abnegados profesionales, a la que se suma una fuerte protesta frente al agobio de los recortes económicos de una administración pública que ha introducido el controvertido concepto de «rentabilidad económica» dentro del sistema de salud. Tal vez, la asociación que los espectadores puedan establecer entre esta película y series de televisión como ‘Anatomía de Grey’, ‘Dr. House’ o ‘Urgencias’, aunque aquí el estilo es mucho más auténtico y directo, contribuya a su éxito de público en el estreno francés que se produjo al mismo tiempo que su exhibición en la sección oficial del Festival Internacional de Cine de Gijón.
©José Luis García/Cinestel.com