Isaki Lacuesta da rienda suelta a la imaginación y la polémica con «Los pasos dobles»

Gran diversidad de opiniones entre la crítica destacada en Donostia despertó el último trabajo del realizador Isaki Lacuesta.
Aunque el protagonismo es para el pintor Miquel Barceló, la filosofía del film emana de los pensamientos del escritor y también pintor francés François Augiéras.
Ese pensamiento no es otro sino que arremeter contra el habitante de la vieja Europa buscando en el sur, en el continente africano, un ser humano de nuevas características capaz de forjar una nueva civilización en la que se mire por otros valores relacionados con el entorno.
«Los pasos dobles» es una película de ficción que puede considerarse gemela al documental «El cuaderno de barro» que tampoco se ha visto todavía en España. Ni la visión de la película ni la del personaje encarnado por Barceló gustaron especialmente en San Sebastián, sobre todo porque se trata de una historia costumbrista que no emociona y que busca un paralelismo entre los dos pintores, el mallorquín y el francés, que casi nadie en Donostia supo encontrar, entre otros motivos porque la mayoría desconocen por completo a Augiéras.
Barceló explicó que él se limitó a hacer su trabajo cotidiano y dejar que las cámaras trabajaran y Lacuesta sostuvo que su intención no era «utilizar a los negros de Mali como centro del argumento sino mostrar» y que le gusta hacer películas imperfectas porque «está bien que las cosas no sean redondas».
A modo de conclusión, el realizador valoró el tipo de espectador que podría seguir mejor «Los pasos dobles»: «yo creo que al final es una película que quizá la entiendan mejor algunos niños que gente con más vocación cinéfila o con una trayectoria como críticos».
©Carlos Bermúdez/Cinestel.com