Celebrada la IX Mostra de Cinema Àrab i Mediterrani de Barcelona
Hacer una revisión histórica y recuperar la memoria estuvo entre los objetivos de la IX Mostra de Cinema Àrab i Mediterrani de Barcelona que tuvo lugar en la Filmoteca de Catalunya, y que también fijó su esquema de reflexión en las diferentes oleadas de colonialismo que históricamente han padecido estos países y en la reacción popular de la llamada Primavera Árabe, que tal vez ha tenido una evolución posterior distinta a la que se pensaba. Los organizadores componen un programa de películas que no está influenciado por la inmediatez de presentar filmes de reciente estreno, sino que se esfuerzan por enriquecer el debate social acerca de problemas genéricos que están presentes entre la población de algunos países, en especial los de la zona del Maghreb, tan cercana a la península ibérica como muchas veces lejana en cuanto a conocimiento mutuo e intercambio de ideas.
Abrió la Mostra el director de la Filmoteca, Esteve Riambau, quien justificó el uso de material que no es de estreno reciente dentro de la mayor parte de la grilla de programación en el deseo de «revisar el pasado para entender mejor el presente». La directora del evento, Meritxell Bragulat, añadió que «hace 5 años que comenzaron las revueltas en los países del sur del mediterráneo y nos parecía interesante hacer un balance en este momento a través del cine». Por su parte, la profesora de Artes Visuales de la Universidad de Barcelona, María Ruido, puso énfasis en el hecho de que en los países árabes se haya pasado «del colonialismo al neo-colonialismo, y después a formas más encubiertas de colonización que ponen en cuestión en qué manera es posible ahora la soberanía audiovisual en estas naciones».
La sesión inaugural se completó con la exhibición de dos mediometrajes documentales propagandísticos. Uno del año 1927 del español Rafael López Rienda, «Marruecos en la paz», que publicita el llamado Protectorado Español queriendo explicar lo buenos que a su juicio eran «los indígenas por haber dejado el fusil para ponerse a hacer labores agrícolas», y que ofrece la llegada en visita oficial del entonces rey de España, Alfonso XIII, a un territorio dominado por el general Sanjurjo. María Ruido fue quien completó el montaje a partir de tres bobinas de película encontradas en un comercio de la Medina de Tanger, entre las que falta una cuarta cuyo paradero se desconoce.
La otra película es «Memorie 14» y fue presentada por el periodista marroquí y crítico de cine Ahmed Boughaba. Producida por el Centro de Cinematografía de Marruecos y dirigida por el cineasta Ahmed Bouanani, que es el único que ha abordado esa época en sus películas, se trata de un compendio de otras cintas rodadas por los franceses y los españoles que iba a ser un largometraje, pero que poco antes de los años 70 fue censurada y recortada a los 30 minutos de la copia encontrada porque el original no se ha podido conservar. El cineasta murió en 1971 y es el único que en el país más occidental del África musulmana ha tratado en sus filmes la época previa a la independencia, a diferencia de sus vecinos argelinos que siempre han estado mucho más predispuestos a retratarla en su filmografía.
La idea de Bouanani era que partiendo de esas imágenes de archivos coloniales, a través de un montaje se podía reconstruir la Historia de Marruecos intentando obviar que se trataba de una mirada colonial y fijándose en aspectos más cercanos a la vida diaria de las personas. El resultado es una sucesión de imágenes con la narración en off de fragmentos de una poesía suya de 1967, que intenta a su vez explicar la historia de ese periodo de una manera que sea comprensible para los marroquíes a través de recuerdos anacrónicos y recuerdos ricos en mitos. El crítico Ahmed Boughaba concluía al respecto en Barcelona que como el montaje es siempre una manipulación, «montar es mentir en el cine», decía en clara alusión a las múltiples interpretaciones que de la Historia se pueden hacer también en fílmico.
Resumen de otras películas presentadas
Durante los seis días de Mostra se pudieron ver distintos trabajos como el de las argelinas Leïla Morouche y Oriane Brun-Moschetti, «Argelia» (2007), documental que sigue a René Vautier, cineasta militante considerado el padre del cine argelino.
Otro documental exhibido fue el de la directora siria Hala Alabdallah, «Como si atrapásemos una cobra» (2012), sobre la libertad de expresión y su represión en Egipto y Siria a través de la periodista y escritora Samar Yazbek.
La libanesa Eliane Raheb es la autora de otro filme también documental, «Noches de insomnio» (2012), que muestra el encuentro de dos personas irremediablemente marcadas por la guerra del Líbano: el antiguo responsable de los servicios secretos de la milicia cristiana de las «Fuerzas Libanesas», Assad Chaftari, que busca la redención; y Maryam Saiidi, que busca desesperadamente a su hijo comunista Maher, desaparecido hace 30 años durante una operación militar planificada por Assad.
También se vio la ficción del argelino Rabah Ameur-Zaimeche, «Historia de Judas» (2015), ambientada en los últimos días de Jesús en Jerusalén desde la perspectiva de un Judas inesperado, presentado como el más cercano de sus discípulos. Judas, la persona de quien se ha tomado su nombre como sinónimo del adjetivo «traidor», es retratado como una víctima de la opresión ejercida por los romanos, como Jesús.
Por su parte, la historiadora de la Universidad de Nantes, Sandrine Mansour-Mérien, autora del libro ‘La historia oculta de los palestinos (1947-1953)’, hizo la presentación del filme «Encuentro de una tierra perdida» (2013) de la cineasta Maryse Gargour que nos lleva a un encuentro con Palestina, desde 1928 hasta el 1952 y más allá. Y lo hace a través de una ingeniosa mezcla de correspondencia consular y personal, de archivos, de artículos y de entrevistas con los hijos de los diplomáticos occidentales que vivieron en Palestina a mediados del siglo XX. Testigos de primera mano de la vida de antes, durante y después de la «Nakba» (término árabe para designar la catástrofe de la expulsión de los palestinos de su tierra, declarada por los judíos como un éxodo de los primeros) de 1948.
«Je suis le peuple» en la clausura
La película «Yo soy el pueblo» (2014), de la libanesa nacionalizada francesa Anna Roussillon clausuró la novena edición de la Mostra de Cinema Àrab i Mediterrani de Barcelona. El documental de cerca de dos horas de duración abarca desde enero de 2011 hasta el verano de 2013 en un intento de explicar lo sucedido entre los habitantes pobres del sur de Egipto, las esperanzas durante la Revolución de la Primavera Árabe y la decepción posterior al comprobar que todo sigue igual. El filme refleja la mirada virtual de esas comunidades a través del canal internacional de televisión Al-Jazeera, sus implicaciones en la vida diaria, así como la diversidad de puntos de vista, aunque las conclusiones decepcionantes respecto de todo ese proceso son muy parecidas entre la mayoría de la población.
©José Luis García/Cinestel.com