JuanMa Betancort nos adelanta que «Playing Lecuona» estará dedicada al gran músico cubano Bebo Valdés
Es el artífice y creador de una película que nos recordará los sones y las notas de la música del gran maestro cubano Ernesto Lecuona. JuanMa Villar Betancort, productor y director canario, concibió «Playing Lecuona» por su enorme admiración hacia ese genial compositor y para tratar de configurarla en acorde a lo que fue su esencia, convocó al realizador cubano Pavel Giroud, quien la co-dirige junto a él en torno a tres pianistas fundamentales y muy admirados por el público.
Como productor y co-director de la película, nos ofrece más detalles en diálogo para Cinestel.
– Es casi inevitable preguntarte si tuviste otros referentes como «Calle 54» o «Buena Vista Social Club» a la hora de plantearte esta película.
Es cierto que tengo esos referentes porque en realidad el proyecto surge en el año 2006. El primer apoyo que recibe el proyecto es en el año 2007. Quizá sí, por esas fechas estábamos más cercanos a lo que fue «Calle 54» y «Buena Vista Social Club». Yo creo que al fin y al cabo es una película que pertenece a ese mismo género porque «Playing Lecuona» es una obra musical, coral, como lo fueron esos otros dos filmes con grandes figuras del mundo de la música y quizá con esa idea, sí se puede decir que tiene esos referentes.
– ¿Cómo elegiste a los tres participantes principales en la cinta?
La idea inicial ya era hacer la película con tres grandes pianistas del latin jazz. Empezamos a hablar con Chucho Valdés en La Habana y le encantó el proyecto, más tarde con Michel Camilo y después con Gonzalo Rubalcaba. Siempre estuvieron ahí esos tres nombres y también manejaba el nombre de Bebo. Lo que pasó con Bebo es que cuando se estaba hablando de la financiación del film, Chucho nos advertía de que él cada vez se encontraba peor y lamentablemente su padre no pudo participar en la película por su enfermedad pero sino, hubiera participado seguramente en la misma.
– ¿En ese caso, quizá se podría decir que el filme estará dedicado a Bebo?
La película va a estar dedicada a Bebo. Esta es una primicia que te estoy dando a ti, no lo he dicho nunca en ningún medio. Muy poca gente de mi equipo lo sabe también; no se lo he comentado. Lo hablé con Chucho hace unos días, le encantó la idea y tú me lo has sacado muy intuitivamente y en efecto, la película va a estar dedicada a Bebo Valdés.
– Es que Bebo no es un músico cualquiera. Estamos hablando de alguien que pareció haber nacido para vivir la música y contárnosla.
Claro, es que Bebo es el gran Bebo y además amigo personal de Lecuona. Chucho fue de niño a tocar a casa de Lecuona. Lo llevó Bebo un día, con seis años, y le dijo que escuchara tocar al niño el piano, y el tema que interpreta Chucho en ese momento es La Comparsa y él no sabía que estaba tocando el piano en casa de Lecuona, por eso él siempre dice que si llega a saber que estaba tocando en casa de Lecuona, toco otra cosa, no La Comparsa.
– Seguramente, cuando se vea la película, la gente se preguntará que en función de qué se han elegido unos temas musicales de Lecuona y no otros, teniendo en cuenta su amplio repertorio musical.
Eso fue muy difícil porque Lecuona tiene un amplísimo repertorio y muy variado; entonces en la elección de los temas se procuró que estuvieran los más representativos, aunque también se quedaron fuera algunos muy característicos. Los que han quedado son temas emblemáticos de Lecuona y la elección de los mismos fue un poco a caballo entre los pianistas y yo.
– De los tres principales, aunque aparece más gente, Michel, Chucho y Gonzalo, es fácil deducir que deben de tener su agenda plagada de actuaciones, sus bolos. ¿Cómo configurasteis el plan de rodaje teniendo en cuenta esos laberintos?
El plan de producción de esta película es bastante sui géneris, en cuanto a que está supeditado a lo que acabas de decir tú, a la agenda de los artistas. Estamos hablando de los tres más importantes pianistas del latin jazz, artistas que tienen una agenda muy compleja. Yo hablo con ellos muy a menudo, nos escribimos correos y estoy al tanto de esa complejidad; pero no sólo eso, sino que era un puzzle porque cada artista tiene por su parte artistas invitados de talla internacional. Estamos hablando de Michel Camilo con Ana Belén, Gonzalo Rubalcaba con Raimundo Amador y Chucho Valdés con Omara Portuondo. Entonces eso aún lo ha hecho más enmarañado a la hora de la preparación. Fue muy complejo.
El proceso de producción se ha ido armando en función de la agenda de los artistas.
– ¿La culminación de todo lo que vais a mostrar en la película sigue siendo un concierto entre los tres artistas?
Bueno, esa es una idea. Estamos trabajando en ello. No está cerrado, pero esa es una idea inicial que está en el guión la de cerrar con los tres juntos.
– ¿Y los apoyos para la película, de dónde han llegado?
«Playing Lecuona» ha superado siete convocatorias de concursos públicos, lo cual no ha sido nada fácil. Dos de ellas fueron del Gobierno de Canarias, cuando existían las ayudas en las islas para el cine, una para desarrollo y otra para producción; otras dos convocatorias del ICAA, igual una de desarrollo y otra de producción; dos del Programa Ibermedia con esa misma estructura; y una específica de producción en el Instituto de Cine de Venezuela, CNAC. Además contamos con el apoyo de la Fundación SGAE, que antes se llamaba Fundación Autor, la Televisión Pública Canaria, Canal Sur Andalucía, y participaron en algunos organismos públicos de Canarias como el Cabildo de Tenerife a través de Turismo y el Ayuntamiento de La Laguna.
– ¿Qué nos podrías comentar en general sobre los espacios de las locaciones y la fusión de géneros musicales?
Yo creo que esta película tiene un protagonista central que es Lecuona, pero tiene otro fundamental que es el piano como instrumento o vehículo para hacer llegar su música. Para nosotros era muy importante la relación del hombre y el piano, del pianista con su intimidad, y entonces en la película vamos a ver a Chucho en su casa de La Habana ensayando en su intimidad con su piano. Veremos lo mismo de Gonzalo en Miami y a Michel Camilo en su local de ensayo en Manhattan.
Chucho Valdés será el protagonista en La Habana de una línea de fusión del latin jazz con la música afro-cubana. En Sevilla habrá otro espacio con Gonzalo Rubalcaba en una fusión del latin jazz con el flamenco, y en Nueva York y Tenerife veremos a Michel Camilo en otros espacios mostrando también algún tema más cool y elegante de Ernesto Lecuona.
Los lugares tienen su sentido porque son los espacios vitales de Lecuona, ya que él nace en La Habana pero su familia, su padre y todos sus orígenes, están en la isla de Tenerife donde él incluso muere. Esta isla es su bucle natural. Su padre fue un periodista tinerfeño que emigra a Cuba porque ese país era en aquel entonces la metrópolis del Imperio y era donde podía hacer el periodismo con mayores miras y por eso decide emigrar a Cuba a ejercer el periodismo. Después nace Ernesto y Ernestina Lecuona allá, pero su padre su vinculación con Canarias la sigue manteniendo y viaja mucho. Precisamente en uno de esos viajes es cuando fallece.
Lo mismo le pasó a su hijo, a Ernesto Lecuona, que es hijo de tinerfeño, de un canario de primera generación muy vinculado a las islas, y que en uno de los viajes que hace a nuestra isla, también fallece. Le pasó lo mismo que a su padre. Osea que la historia de Lecuona es un bucle con la isla de Tenerife y por eso está presente en este proyecto. Está La Habana, está Cuba, y también está Guanabacoa en la película, que fue donde nació Lecuona, y está Matanzas que fue a donde emigró el padre de Lecuona.
Aparece Nueva York porque allí es donde está enterrado Lecuona ya que allí tuvo la cumbre de su fama. Y surge Sevilla porque Andalucía está muy presente en la obra de Lecuona puesto que tiene una línea autoral muy dedicada a la música española, especialmente la andaluza, y muy importante. Por eso lo decidimos incluir.
– ¿Qué se puede adelantar del resto de los artistas que aparecen?
En cuanto a los artistas invitados, en Cuba tenemos a Omara Portuondo, conocida mundialmente a raíz del «Buena Vista…», y los Muñequitos de Matanzas, tremendo grupo de rumba afro-cubana ganadores del Grammy también. Después, en Sevilla tenemos a Raimundo Amador, haciendo una fusión con guitarra flamenca junto a Esperanza Fernández que es una cantaora flamenca que también aparece haciendo un número de Lecuona con Gonzalo. Y con Michel Camilo está su trío de latin jazz y un tema con Ana Belén que es el mítico Siboney.
– Seguramente habréis podido captar, sobre todo en Sevilla, la sorpresa de algunos al enterarse de que Lecuona fue cubano.
La verdad es que sí. Nos pasaba mucho que hay piezas de Lecuona como La Malagueña o Andalucía que la gente las escuchaba en Sevilla y decían que les parecía andaluz o de algún autor español. Y también ocurría que su música se escuchaba mucho, pero la gente no sabía que era Lecuona el compositor, y yo creo que esta película va a permitir ponerle cara a la música que mucha gente ha escuchado de siempre en un montón de lugares, incluso en los altavoces de los ascensores en Japón y en Centro Europa.
– «Playing Lecuona» la has dirigido junto a Pavel Giroud. ¿Qué parte habéis tocado cada uno de vosotros?
Respecto a la co-dirección de la película, buscaba a un director cubano que la dirigiera conmigo porque estamos hablando de Cuba y de una personalidad de la cultura cubana con bastante impronta en ese país para los cubanos que están tanto dentro como fuera de Cuba. Tanto unos como otros lo reclaman y pasa un poco como con José Martí.
El esquema es el siguiente: el concepto de la película parte de mí y el guión también. Superviso lo que es la parte estética de la película y Pavel maneja el set. Después, la película vuelve a caer en mis manos en el proceso de montaje y posproducción para darle la forma definitiva. Así nos hemos repartido las tareas.
Por otro lado, Pavel me gustaba porque era un director joven que tenía más o menos el mismo número de películas que yo como productor, unos dos o tres filmes, y esa mirada fresca que posee Pavel me interesaba muchísimo porque otra cosa que él tiene muy interesante es que, aparte de ser director de ficción con esa mirada de cineasta, es un documentalista sin complejos. Él hace y dirige documentales habitualmente y no todos los cineastas de ficción lo hacen, quizá porque lo consideran como un género menor. Además es un gran apasionado del jazz y algunos de sus documentales están dedicados al latin jazz cubano, al igual que hay una vertiente de Pavel que para este proyecto cuadraba muchísimo que es su faceta de director de vídeo clips, porque él también hace esos trabajos en Cuba y me parecía que para el proceso más musical de la película, una persona con ese perfil encajaba a la perfección.
©José Luis García/Cinestel.com
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